Wednesday, June 30, 2021

amor perverso

 



- Es verso y es sexo cada uno de tus besos cada una de tus caricias, tu cuerpo es un lienzo hermoso cuyos poros destilan la más hermosa de las poesías, es el amplio escote de tu mirada que dejan ver esos ojos y la luz de tu alma, es tu piel de fantasía tus sensuales lunares que despiertan las ganas de la lujuria y de las letras del más tierno amor entre tus pechos y ese corazón que late lleno de alegría, es tu luz y tu magia, tu misterio y tu rebeldía, pasan los años y eres más bonita cada día.

 

– Que bonito eres.

 

– Tú sí que eres bonita, y te ves irresistible y sexy con ese camisón transparente y lleno de estrellas.

 

– Me lo acabaré creyendo y me vas a sacar los colores.

 

- En cada una de esas estrellas de un cielo de gasa transparente, brilla un deseo, un suspiro, un gemido, un sueño romántico, a veces erótico y otras pornográfico, de los ojos que te miran y te ven, de los ojos que te sueñan, unas veces con hacerte reír y otras veces con quererte morder, dan ganas de ser el principito para saltar de estrella en estrella, poniendo un beso unas veces chiquito y otras veces profundo hasta encontrar esa rosa con espinas que habita en algún rincón, dan ganas de ser astronauta para poder perderse entre tus lunares, tú que sigues sin saber que lo tienes todo bonito, que tienes bonitos hasta los andares, en cada una de esas estrellas, en cada una de sus puntas hay un beso en el aire, una caricia que no te tocó y se muere por tocarte, también hay envidias de otras que te ven y se mueren por dentro al ver todo lo que tú vales, quien tuviera una nave espacial para recorrer tantas estrellas, sin prisa pero con pausa, para susurrarles a todo ese cielo que hay bajo ellas, madre mía cuanto vales, y así una a una, hasta alcanzar esos planetas, esas galaxias, esos otros mundos que hay tras esa mirada infinita que corta la respiración y te deja sin aire, que deja ver si se mira bien los reflejos de tu corazón y ese alma tan loca y rara de encontrar, tan bonita y llena de magia y tan inimitable, en cada una de esas estrellas, están las ganas de estar contigo a solas, y desnudarte, y enfrentar cogidos de tu mano ese espejo al que tanto quieres y que no deja de maltratarte, a tu estatura no le pasa nada, ni tus tetas son feas son bien bonitas en tus escotes y bajo tus camisetas, tus ojos no son chicos y normales, son bonitos, de un bonito inimaginable, ojala pudiera escribir un poema en esa piel tan alucinante, en ese cuerpo tan sensual que es punto y aparte, o escribir palabras bonitas que puedas leer y sonreír a gusto porque llegan a confortarte, y borrarlas después a besos y caricias, o haciendo el amor bien fuerte y se borre todo con el sudor de dos cuerpos que no dejan de rozarse.

 

Daniel y Paola se besaron fuerte, se hicieron el amor salvaje, se comieron con ganas, poro a poro, escribiendo poemas de saliva en cada centímetro de piel, en cada lunar, en cada herida, en cada rincón, escribieron las letras de una canción que solo podían oír sus oídos la escribieron con sus lenguas, con sus risas y sus gemidos, se aplastaron contra la cama como si se odiasen y el mundo se fuese acabar mañana, se hirieron, se hicieron pedazos, se tenían ganas, Daniel por amor, Paola por cariño, ardieron uno junto al otro y se hicieron cenizas y polvo, y Dios sopló y las cenizas volaron escapando del corazón de los amantes por el hueco de una ventana, aunque no lo sabían y en el fondo lo adivinaban, Daniel estaba enamorado y quería casarse y formar una familia, y Paola quería viajar y vivir aventuras y anhelaba encontrar el amor en un hombre más viril, más grande y más fuerte, un amor maduro lejos del amor infantil que le llenaba el alma de sonrisas pero que no la hacia sentirse mujer, pero los amigos se deberían poder comer, porque no hay sexo mejor, aunque en la vida real era justo al contrario y destruía amistades y pensaba en ello a veces, ya demasiado tarde, en vuelta en sudor y entre los brazos junto al pecho de un Daniel enamorado y jadeante, estaban unidos desde el día que nacieron, eran casi familia, vivían en la puerta de al lado, llevaban tatuados la marca del rey y de la reina de corazones porque se juraron en una noche de verano junto a la luz de una luna llena grande que serian amigos inseparables.

 

Me basta un sueño o un pensamiento, para imaginarme toda una vida contigo, aunque no sepa que hacer con la reina de corazones y me pase los segundos, los minutos y las noches persiguiendo los lunares de tu cuerpo que prometen una sorpresa al final del camino, no sé que hacer contigo, o tal vez sí que lo sepa en mis pensamientos más profundos, en este país de nunca jamás teñido del color de una burbuja azul que late junto a mi alma, donde dibujo, castillos en el aire y charlo y debato con criaturas que no son de este mundo, soy un niño perdido infantil e inmaduro que sueña con el amor incondicional de campanilla pues ella amaba y aceptaba a Peter tal como es y no pretendía cambiarlo, me basta un sueño o un pensamiento, una vida entera en un suspiro, donde mis silencios se rompan con el sonido de tu risa, y mi vida de colores grises desaparezca con los colores de esos ojazos marrones tan bonitos y el arco iris multicolor del embrujo de tu sonrisa, tú eres inmortal con cada cerveza y yo lo sería con poder agarrar tu mano con mis manos, volando en mi fantasía como una brisa ligera y por tus cacaos mentales y tus muchas locuras acompañado, yo aquí desaprovechado y tu allí viviendo ajena a todo lo que despiertas, viviendo y disfrutando tu locura siendo sin saberlo poesía, una poesía aún no escrita, magia de un hechizo que se escapa sin querer por la comisura de mis labios, me basta un sueño o un pensamiento, para creer que saber hacer contigo, se trata de hacerte feliz aunque a estas horas no sepa como conseguirlo, eres un misterio sin respuesta, un laberinto que no tiene salida, así de increíble y contradictorio es tu embrujo, y sueño que sueño con niños que se parecen a ti, que tienen tus ojos, tu sonrisa, ese pelo rebelde mecido por el viento, el as de picas, de tréboles y diamantes, reina de corazones que emocionas a tantos y tantos corazones, de hombres y de niños, que al verte y cruzarse en tu camino dejaron de ser incrédulos y comenzaron a creer en los ángeles celestiales, pero no sé que hacer contigo pues soy un desastre, indeciso y cobarde, camino persiguiendo tus lunares creyendo ser un astronauta y no soy más que el principito, que va de un punto a otro, buscando que lo acepten, buscando que lo quieran, tratando de encontrar un corazón amigo, me basta un segundo para despertar, y ver frente al espejo que no soy un vikingo, tengo alma de templario pero no soy más que Sancho panza deseando encontrarse una loca en su camino, esperando una oportunidad de la vida que reparta buenas cartas, yo sé la carta que quiero llevar en mis bolsillos, la que quiero tener junto a mi alma, la que quiero encontrar entre mis brazos cuando mis ojos se abran al despertar cada mañana, quiero conocer ese corazón tuyo que ni tu misma conoces, encontrar el modo de besar tu alma que la piel te la puede besar cualquiera, mi reina de corazones, me basta un pensamiento, para imaginar lo inimaginable, con el sabor de tu piel y el sabor de la libertad, derramándose por mis manos desnudas y mis mejillas vacías y que no ha tocado nadie, si ya sé, tengo delirios de loco, y sueño con sueños inalcanzables, pero los cuerdos atan, y yo tengo escondida una nave espacial por alguna parte, tú allí, llenándolo todo con tu luz, y yo aquí, extrañándote, con un saco de maldiciones, leyendo libros y mirando estrellas donde encontrarte, mi reina de corazones.

 

– No podemos seguir así Daniel, no quiero hacerte daño.

 

– Quédate un poco más.

 

– Te quiero mucho y lo sabes pero no quiero darte falsas esperanzas.

 

- ¿Dónde vas a ir?

 

– A la universidad.

 

– Pero está muy lejos.

 

– Lo sé pero antes o después tengo que ir estudio y vivo allí, por favor Daniel no te hagas ilusiones conmigo no soy la chica que crees que soy, te mereces alguien mejor, tú eres un ser de luz.

 

– Y tú también.

 

– Joder es que eres precioso.

 

De vuelta a la universidad Paola no podía dejar de pensar en Daniel, lo conocía desde que eran niños, conocía todo de él y por eso sabía que estaba enamorado, la culpa era tal vez suya por no poner limites o por dejar que se hiciera ilusiones, Dani era muy enamoradizo, y la tenia idealizada y en un pedestal, tal vez a la amistad le sobraron los besos y el sexo pero es que le encantaba follar con Dani, le gustaba lo que le hacía, como la aplastaba con su cuerpo hasta casi no poder respirar, eran amigos, amigos íntimos, debía disfrutar de eso igual que hacia ella, pero no, se tuvo que enamorar y eso lo jodió todo, la universidad estaba a casi siete horas en coche y se le hizo eterno, siempre el mismo paisaje, siempre el mismo pensamiento en la cabeza, tenia miedo de hacerle daño a Daniel, tenia miedo de perder su amistad, necesitaba su cariño, sus consejos, sus payasadas, juntos eran más fuertes, ella era la única amiga que tenia y era la única mujer de la que se fiaba porque todas las que se le acercaron le rompieron el corazón porque solo querían aprovecharse de algo, no quería ser como las demás y que se quedase con ese recuerdo, quería a ese loco de alma atormentada, no podía ser su dulcinea pero Dani era su quijote, cuando entró en la habitación del apartamento de la universidad estaba rota de cansancio, tenia el culo dormido, revisó el correo estuvo toda una semana fuera en un hotel rural con Daniel viviendo aventuras, recordando viejos tiempos, emborrachándose, llorando como niños pequeños, abrazados contando las estrellas y follando como locos, entonces lo vio, reconoció la letra de Daniel en una de las cartas y un mal presagio y un sudor frio le comenzó a recorrer toda la espalda.

 

Enamorao de tu piel suave y blanca, que te forjaron los dioses con hilos de plata, enamorao de todos los lunares y todas las pecas de tu cuerpo, no te diré que eres una galaxia y que quiero volar en un cohete camino de orión porque te lo habrán dicho muchas veces, te diré que me hace más feliz pensar que todo eso son pepitas de chocolate y que tú eres mi chips ahoy rellena de chocapic, enamorao de tus locuras, de tus cortes de pelo, de tus peinados, de tus pantalones y tus vestidos, de tus collares, del sonido de tu risa, de tu voz cuando regresas del trabajo cantando, o cantas a viva voz cuando andas limpiando la casa, enamorao de tus demonios, de tu genio, de ese carácter tan fuerte que te hace ser tan libre y tan independiente, tan insoportable a veces, porque tu alma es un animal salvaje cuando lo hieren, o cuando ama y quiere, enamorao de esa sonrisa increíble que te lo habrán dicho también cientos de veces, pero en mi caso es verdad que tiene el poder de sacarme una sonrisa yo que soy un niño pesimista y triste, que a pesar de la distancia lo iluminas todo con tu luz, para ti solo son dientes, pero tienen el don de cambiarme el humor, mi niña tierna, mi bruja pervertida, mi luna y mi sol, enamorao de la magia que esconden tus ojos, que te dolerán los oídos de que te digan que son preciosos, para mí no los hay más bonitos, por todos los mundos que esconden en el fondo, musa de mis poesías que me miran y se dispara mi fantasía y mi corazón late como loco, enamorao de tu sensualidad, porque no te lo propones y eres muy sensual con esos labios espectaculares con el carmín rojo, con tus curvas imposibles, con tus escotes que tanta rabia te dan porque solo miran tus pechos, con tus marcas, tus heridas, tus estrías, tus michelines, para cada trozo de ti tengo guardado bajo llave en mi alma un beso y una caricia, mi niña elegante cuando te arreglas para salir a la calle, o mi princesa mendiga cuando te acuestas en el sofá con el primer trapo que pillas de andar por casa, tú que te ves gorda cuando te miras al espejo, y yo que sueño con estar entre tus caderas y abrazarte y quedarme dormido en tus tetas, sintiendo que vuelo por el más hermoso de los cielos, cuando tus manos recorren con cariño mi cuerpo, enamorao de la imagen de ti que vive en mi imaginación, que no sé si existes, o si eres real solo en mi corazón, enamorao de todo aquello que tu desprendes y despiertas dentro de mí, te quiero en cada sueño, te deseo en cada suspiro, y creo que seguiré queriéndote incluso después de la muerte porque te quiero con el alma y el alma nunca muere, para una historia de amor de las de antes tal vez ya es demasiado tarde, pero yo creo en la reencarnación, y te buscaré hasta encontrarte en la siguiente vida o en la otra, hasta que pueda abrazarte fuerte y darle un beso a esa mirada y esa boca que me da la vida y poder decirte entonces que eres mi galleta de la suerte.

Cásate conmigo que eres preciosa por dentro y eres preciosa por fuera, que me dejas sin palabras, ese cuerpo no puede ser de este mundo, brilla como la más bonita de las estrellas porque tú eres pura magia, cásate conmigo, que me encantas, aunque tu vida sea una montaña rusa de emociones, que eres en este mundo el mayor de los tesoros, tu corazón vale millones, cásate conmigo, aunque contigo sea o todo o nada, que quiero verme en tus ojos cuando me hagas el amor suave y despacito cuando seas todo ternura, o cerrarlos cuando me folles bien fuerte y me dejes sin aliento cuando seas todo fuego, o cuando seas distante y no me dejes ni abrazarte porque eres fría como el hielo, cásate conmigo, aunque no seas nada fácil, lo fácil es salir corriendo y huir de ti, pero tienes el extraño don de hacerme feliz, de sacarme una sonrisa cuando no tengo ganas de sonreír, de alegrarme porque soy un triste y vivo sin vivir en mí, cásate conmigo, porque eres una luchadora incansable, porque te vi rota en pedazos de cuerpo y en alma, sangrando a borbotones decepcionada, triste y hundida y te sacudiste las heridas, y volviste a salir hacia adelante, siempre con una sonrisa puesta en la cara porque contigo no puede nadie, cásate conmigo, aunque sea de mentira, ese será nuestro secreto aunque tú no creas en engaños, deja que en mi imaginación pueda estar entre tus caderas, bajo el tacto de tus manos, durmiendo como un bendito al calor de tu pecho, soñando que estoy soñando, cásate conmigo, para que pueda decirte desnuda frente a un espejo lo que tus ojos no son capaces de ver, que tú solo ves defectos, deja que mis manos te muestren todo lo bonita que eres y cuanto vales, que es verte y dan ganas de hacerte el amor, de abrazarte y llenar ese cuerpo de besos incluso hasta cuando duermes, cásate conmigo, que eres perfecta con tus imperfecciones, tú que te ríes de todo y lloras por cualquier cosa, que te enfadas por nada y eres dramática como ninguna y que se te oye hablando sola, que pones la música que la oyen hasta los sordos y se te ve bailando por los pasillos cantando con una escoba, cásate conmigo, con tus miedos y tus paranoias, con tus manías y tus costumbres, con tus rarezas y tu valentía, con tu pasado y con tus sueños, los nuevos y los rotos, que eres niña y mujer, puta y santa, eres pura poesía, eres todo lo que te salga del coño, y haces lo que te da la gana, esa es la libertad que anhelo y tu risa será el viento para mis alas, cásate conmigo, que eres el encanto más bonito de esta civilización machista, cruel y pobre, de esta sociedad fría de muertos vivientes que en la oscuridad camina, que cuando estoy contigo me siento vivo, que aunque no me merezca ni tu amor ni tu cariño, por inmadurez y cobardía, quiero si me dejas quemarme con tu fuego, el fuego que da la vida, cásate conmigo, que eres demonio y ángel, que eres maravillosa, única e irrepetible, aunque estemos lejos, a pesar de la distancia, que más lejos están los que no se quieren y no son capaces de dar un abrazo sincero o un beso lleno de cariño, cásate conmigo, así sin más, porque no hay más que decir.

 

Cuando Daniel colgó el teléfono, le ardían las lágrimas que caían por sus ojos, le ardía el alma de colera y los trozos por el suelo de su corazón roto, ya no importaban las palabras de Paola, no importaba ni creía su lo siento, no importaba su explicación, ni sus lamentos ni sus lloros, a su cabeza vinieron de golpe todas las veces que su corazón fue un guiñapo en manos de tantas chiquillas y mujeres, todas las escusas, todos los estereotipos, le ardían las extrañas de rabia, había perdido a una amiga, a la única mujer en la que confiaba, a la única persona que le ponía color a su vida gris y le sacaba del infierno de malos tratos y de miedo en el que vivía desde niño, era igual que las demás, era igual que todas, una mentirosa, una embustera, que dicen una cosa cuando en realidad anhelan justo lo contrario, ya estaba cansado de oír las mismas palabras, que era dulce, romántico, bueno, gracioso, buena gente, simpático, que algún día haría muy feliz a una mujer y no se cuantas escusas más, palabras que suenan bonitas y que son un modo elegante de decir que eres feo, que eres muy infantil, inmaduro, inseguro, cobarde, que no eres mi tipo, ya sea por mayor, o por joven, o por tímido, o por bueno, o por callado o paradito, o por ser poca cosa porque era pequeño y un canijo sin fuerza, poco varonil a los ojos de todas las mujeres, y de sus propios ojos cuando se miraba con repugnancia frente al espejo, se sentía feo, basura, una mierda seca tirada en medio de una carretera, y se sentía solo, y ya no creía en el amor, el amor era todo mentira, la gente creaba una mentira con otra persona, y con otra, y con otra, y así es la rueda de la vida por eso solo había parejas felices fugaces, porque el amor no existe, solo en el cine, en los libros, en la televisión con sus novelas, y rompió sus relatos de amor, y quemó todos sus poemas, y su corazón se cubrió de hielo, y se hizo duro como una roca, nunca más volvería a ser tan idiota se prometió llorando como un niño asustado y pequeño, y empezó a odiar el genero femenino, ya no eran sus musas, ni sus sueños, ni los ángeles más bonitos del cielo, dejaron de ser poesía en sus adentros, en su corazón duro y su alma herida, nunca más soñaría con el calor de un abrazo ni de un beso, y llegó al convencimiento que a las mujeres les gusta que las traten como putas, que las maltraten, que las traten como bolsas de basura, que les hace felices los hombres infieles y violentos y él no quería formar parte de ese juego perverso, se quedaría solo y si alguna vez sentía que necesitaba dar o recibir amor, se compraría un gato o un perro.

 

 

 

 

 

 

 

Antonio cintas anguas

mapashito

mi chica valiente

 



Eres mi chica valiente

la que nunca se rinde

porque eres muy fuerte

 

Eres mi chica valiente

la que nada la espanta

porque eres persistente

y a terca nadie te gana

 

Eres mi chica valiente

con los bolsillos llenos

de batallas perdidas

quien lame sus heridas

y va de nuevo al frente

siempre con una sonrisa

 

Eres mi chica valiente

mi mujer maravilla

la del alma inmortal

y mirada invencible

porque eres un ángel

con la espada de fuego

contigo no puede

nada ni nadie

ni abajo en la tierra

ni arriba en el cielo.

 

 

 

 

 

 

 

 

Antonio cintas anguas

mapashito

Thursday, June 24, 2021

zoe

 



– Hoy he sido atacado por una cucaracha.

 

- ¿Qué tenia, cuchillo, machete o pistola?

 

– Es la época de los bichos en el sótano de la biblioteca, en el almacén donde trabajo, unas cucarachas, lagartijas, arañas, mosquitos, y demás bichos al cual más gordo, y sabía que este día llegaría, que me querrían comer, escuché un ruido, alcé la vista y vi una cucaracha enorme colgando de la estantería más alta, le quise dar un empujoncito bajé la mirada un segundo para coger algo con la que darle un mamporro y cuando alcé la vista ya no estaba se había esfumado, bajo la vista de nuevo para soltar lo que había cogido y vi de refilón una mancha en mi pecho y miré para ver que de que cosa me había manchado, y ooohhh que asco, era la cucaracha que había saltado sobre mi pecho y venía caminando con sus ojos inyectados en sangre, y claro hice lo que cualquiera en mi situación abusar de mi tamaño, le di un manotazo y la dejé caer al suelo y ya en el suelo la maté a patadas de puro abusón.

 

– Claro venía por la revancha, armada de valor hasta los dientes, era la revancha de la cucaracha asesina, jajajaja, asesinooooo, pero claro era tu vida o la de ella.

 

– Jajajaja, me has pillado soy un cucarachagenocida.

 

– Tienes que estar prevenido porque luego llega la familia de la cucaracha a pedir revancha.

 

– Jajajaja, cuando llegue ese día me comen a mí y a todo el que pillen.

 

– Jajajaja, me has hecho reír eres la hostia.

 

– La caña de España.

 

– Jajajaja, conforme lo leía te imaginaba in situ y me he partido de la risa, lo mejor en esos casos es hacerse el muerto hasta que la maleante cucaracha se haya marchado.

 

– No que me unta en mayonesa y me zampa jajajaja.

 

– Bueno o por qué no darle un besito, de pronto se convierte en una dulce princesa.

 

– O me convierto yo en cucaracha, maparacha cucachito.

 

– Ayyy Dios es que sales con unas, esa me encantó mi maparachito.

 

 

A Toni en el trabajo y muchos de sus amigos lo apodaban Mapa porque en los trabajos o en los institutos en la época de los estudios es muy común llamar a las personas por su apellido y era mucho más sencillo decir Mapa que tener que decir Mapaurruticoechea, llevaba varios años trabajando en la biblioteca como peón de almacén llevando pesadas cajas de libros de un lado a otro y de una biblioteca a otra y ese esfuerzo le estaba pasando factura a su salud, a su espalda, ese esfuerzo y también la edad ese paso inexorable del tiempo que no perdona a nadie, que no entiende de ricos ni de pobres, fue en la biblioteca donde conoció a Zoe, una chica joven de Martinica que había viajado a España para perfeccionar su español y aprender como funcionaban las bibliotecas para poder llevar esa experiencia a su país, se cruzaron por capricho del destino porque en las dos semanas que llevaba Zoe en España, estuvo de cara al público, en las oficinas, en las estanterías viendo como se ordenaban y se clasificaban los libros, y Toni pasaba la mayor parte del tiempo en el sótano o entrando y saliendo de la biblioteca como una hormiguita de su hormiguero, pero Dios tiene sus planes para cada uno de nosotros, Zoe tuvo un esguince de tobillo y tuvo que pasar ese día sentada y sin apenas moverse como si fuese una maceta, y aunque Toni no sabía ni una sola palabra de Francés y ella aún no hablaba Español fluido Toni se le acercó preocupado por su tobillo, lo agarró entre sus manos, lo miró, le preguntaba por la intensidad del dolor, y saltó la chispa, se encontraron sus ojos y sin saber como saltó una chispa lo llaman, o la magia, o la química, Toni con el pie de Zoe entre sus manos nunca había visto unos ojos tan bonitos como aquellos ojos que lo estaban mirando y aquella sonrisa que le sonreía, aquellos ojos oscuros como una noche sin luna y donde todas las estrellas brillaban como perlas en aquella sonrisa, y Zoe quedó prendada de aquellos ojos verdes y del tacto suave de aquellas manos blancas que tocaron su piel con tanta dulzura.

Enseguida se fueron a vivir juntos, alquilaron un pequeño piso en el extrarradio de la ciudad y poco a poco fueron haciendo más hermoso su nido de amor, les dijeron locos, Zoe no regresó a Martinica por el amor de un hombre mayor que ella, y Toni se fue de casa a vivir con una mujer más joven y de raza negra, nadie los entendía, nadie los comprendió, con el paso del tiempo la familia de Zoe lo asimiló, vio que entre ellos existía un verdadero y puro amor, y se interesaban por como les iba, la familia de Toni fue otro cantar, para su padre todo aquel que no sea blanco y casi que español es un mono, africanos, país del este, de América, todos monos que viven en los árboles, fueron criados así con lo cual tampoco tuvo el apoyo de sus hermanos y su madre aunque tampoco le gustaba era la única que medio transigía, dos años sin ver a la familia, sin hablar con ellos porque le dejaron de hablar, solo se comunicaba por teléfono de modo furtivo con su madre, mientras, conocía por la cámara del ordenador a su familia política donde Zoe tenía que hacer de traductora, por la calle cuando salían llamaba mucho la atención y no solo por exótica o su color de piel, es que Zoe era una belleza de mujer, tenia una cara preciosa, unos ojos grandes y hermosos, un cuerpo que podría modelar para que crearan a su semejanza a los ángeles del cielo, era una diosa griega, o Toni se imaginaba que las diosas griegas tenían un cuerpo así de bonito y de sensual, le volvía loco con su piel de caramelo, con su pelo ensortijado unas veces corto y otras veces largo, cambiaba muy seguido de peinado, o de color de labios, y vestía colores muy vivos, y muchas veces ligera de ropa, tenia un cuerpo bonito, era joven y no tenia porque ocultarlo por los convencionalismos ni las mentes enfermas y retrogradas de la sociedad que no se explicaba como un cuarentón viejo, gordo, feo y calvo podía tener semejante bellezón de mujer como pareja, le encantaba sus vestidos blancos, o los amarillos donde resaltaba el color de su piel, o cuando se dejaba crecer el pelo largo y caía como una cascada de agua y rosas por sus hombros y su espalda, o la blusa de gasa negra y trasparente con muchas estrellas pequeñas, en realidad es que le gustaba todo de Zoe, su juventud fresca y rebelde, su alegría, esa alegría única y difícil de entender para un troglodita como él y que solo tienen en otros confines del mundo, el pura vida como lo llaman, se acostumbró a que llamarán la atención, a tragarse las miradas de los babosos, a tener que marcharse de locales de copas o de discotecas porque podía pasarles algo malo, le encantaba ver los ojos de la gente cuando iban a la feria de abril agarrados del brazo y Zoe iba toda regia y espectacular con un vestido de faralae amarillo de lunares blancos, o cuando iban a ver a la hermandad de los negritos y le rezaban y le pedían a la virgen de los ángeles, y Zoe llevaba puesto esos vestidos pegados a su cuerpo tan bonitos, con sus chaquetas cubriendo sus hombros cuando refrescaba, era una flor del mismo edén en un cuerpo de primavera, Zoe era la mejor amiga, la mejor y más fiel de las compañeras, era más que una princesa, era del reino del cielo y entre todos sus ángeles una reina.

A pesar de vivir juntos se escribían cartas, o poemas de amor, o las letras de una canción, cada vez salían menos de casa porque disfrutaban de su única compañía, de estar solos con quien amas, dando pistas de donde había escondido algún detalle, un regalo, un libro, un beso, un abrazo, que tenian que buscar como en una yincana por toda la casa, o por las escaleras del edificio, o por el ascensor, hasta encontrarla entre risas, no hay besos mejores, besar la risa y la sonrisa de tu pareja ebrios de vino y de poesía, o de abrazos y caricias, o después de haber contado todas las estrellas del cielo pidiendo deseos a labios no tan fugaces porque cuando abres los ojos no se han marchado siguen ahí para ti para darte más y más besos hasta que pierdes la cuenta y haces el amor tan bonito y salvaje que caes en un hermoso y profundo sueño, se hicieron un tatuaje en sus muñecas enfermos de amor en una noche de verano donde tomaron tantas cervezas y tanto tinto de verano que casi no recordaban ni sus nombres, se habían tatuado un pequeño ratón Mickey y una Minie que cuando juntaban sus brazos se estaban besando, estaban unidos por el destino y por el corazón y aunque los dos echaban mucho de menos a sus familias sentían dentro de las llamas de su pecho que nadie ni nada podrías separarles que nacieron para estar juntos, que no se conocieron por casualidad, que la vida tiene planes para nosotros que nosotros desconocemos, que nacieron para estar juntos y ser felices, cuando se abrazaban sentían que ese cuerpo que daba calor a su cuerpo, que ese alma que abrazaba con su luz su alma era su pedacito de alegría en este mundo, que era su pedacito de magia.

Por arte de vete a saber que hechizo o que locura la familia de Toni los invita a los dos a pasar un fin de semana en el apartamento de la playa, no están todos falta como no el cabeza de familia, el ambiente es tenso pero es lo que hay, Toni feliz de poder jugar con su sobrina Catalina y poder llenarla de abrazos y de besos, casi solo tiene ojos para Zoe que sale del agua como Halley Berry en james bond, su Beyonce, su canija, su morena,  tan guapa y espectacular, se ve increíble con su bikini negro, es sin duda una obra de arte, se acerca despacio como en cámara lenta y le da un beso, la envuelve con la toalla y seca su piel toda mojada pero Zoe tiembla por otro motivo, por otra cosa con los ojos aterrados perdidos en el horizonte.

 

– Tenemos que irnos ya Toni.

 

– Yo también vi algo raro, pero no me creerán Zoe.

 

– Vamos a morir todos, tenemos que marcharnos ya.

 

– Recoge las cosas Pedro y vámonos ya, viene un tsunami.

 

– A ti se te ha ido la cabeza esas cosas no pasan en Cádiz.

 

– Por una vez en tu vida hazme caso, mira las señales estamos en peligro.

 

– Tú sueñas, no nos vas a joder el día vete tú si quieres.

 

– No puedo irme sin vosotros porque vamos a morir si seguimos aquí.

 

– Deja de asustar a mamá has visto muchas películas Toni.

 

– Sino me crees a mí hazle caso a Zoe que ella sí lo ha vivido.

 

– Sois como los amantes de Teruel, tonta ella y tonto él.

 

– Esas olas que ves en el horizonte tan pequeñas tienen treinta metros y antes o después llegarán aquí, tenemos que irnos al apartamento ya.

 

– Vete a tomar por culo Toni deja de decir tonterías y deja de asustar a mamá.

 

– Zoe corre.

 

- ¿Y tu familia?

 

– Corre.

 

Zoe sale corriendo en busca del apartamento, Toni agarra a Catalina entre sus brazos y sale corriendo como alma que lleva el diablo, lo siguiente son gritos de sus hermanos, de su cuñada, de las abuelas, de la hermana de su cuñada, todos corren tras ellos, los insultan, la gente los mira, unos chicos jóvenes los alcanzan a los pocos metros de alcanzar el apartamento, sus hermanos le quitan a la sobrina que llora de sus brazos, lo empujan, lo golpean, Zoe trata de impedirlo y también se lleva algún golpe, las madres tratan de impedir tanta violencia, de calmar la situación, entonces un estruendo y gritos de terror a sus espalda lo detiene todo, miran estupefactos hacia la playa, la gente huye despavorida, una lengua de agua esta inundando las calles, reaccionan a los gritos de Zoe y de Toni y corren al apartamento que está cerca, suben las escaleras a la velocidad de la luz, están en un piso en la segunda planta, el ruido es aterrador, se asoman a la ventana del salón y olas no dejan de golpear toda la playa y de inundar calles hasta donde alcanza la vista, lo arrastra todo, lo destruye todo, agua turbia, negra, marrón, lodo, arrastra coches, árboles, sombrillas, personas, butacas, mobiliario urbano, cuerpos de personas que no tuvieron suerte, inunda bajos, la lengua de muerte alcanza casi los dos metros de altura, todos están aterrados, gritan unos, guardan silencios otros ante la desolación de la que están siendo testigos, ahora sí oyen con atención, escuchan lo que Zoe y Toni les dicen, aunque se calme y parezca que pasó vendrán más olas no deben confiarse, no tendrán luz, deben estar preparados para una noche dura y para unos días duros, están a salvo, deberían estar todos muertos por incrédulos y tercos, pero están vivos, a salvo, abrazan y besan a Toni y Zoe y les dan las gracias por haberles salvado la vida, todo son lágrimas, miedo, viven algo espeluznante, una pesadilla, estas cosas solo se ven en la televisión y parecen muy lejanas que nunca ocurrirán cerca y llega un día y sucede.

 

– Vámonos a Martinica si quieres.

 

– Yo no puedo alejarte de tu familia, eres muy madrero, eres muy familiar.

 

– Pero no te quieren.

 

– Ya me querrán, poco a poco me van aceptando, puedes ir a visitarlos sin mí no hay ningún problema.

 

– Cuando mi padre te llama mono, aunque tú no estés presente se me clava un puñal en el corazón.

 

– No le hagas caso es un hombre mayor y chochea.

 

– Desde niño oyendo que los monos tienen que estar con los monos, los leones con los leones y las cebras con las cebras.

 

– Piénsalo en frio yo soy feliz si tú eres feliz, me dijiste cuando te conocí que nunca te subirías a un avión.

 

– Por ti si me subiré a un avión, aquí ya no tengo trabajo desde que no me renovaron en la biblioteca, será duro pero seguro que con tu apoyo saldremos adelante.

 

– Ahora la bibliotecaria seré yo, o puedo volver a vender zapatos y lencería como hacia antes de venir a España, pero no puedo alejarte de tu madre, se muere de la pena y tú también.

 

El exótico soy yo, no me acostumbro aún al cambio de costumbres, de idioma, de todo, no se lo tomaron bien en casa, que iba al tercer mundo, a la selva, que me pasarían mil cosas a cual peor y más mala, y en las llamadas por la webcam o por la pantalla del teléfono podía ver la pena en los ojos de mi madre, en su cara demacrada que envejeció por mi culpa cien años de golpe, rompí cadenas, me alejé de las malas vibraciones, sobre todo de la mala energía de mi padre, y a pesar de mi melancolía mi salud mejoró de forma notable, aunque sigo sin acostumbrarme, mi francés sigue siendo horroroso nunca fui un buen estudiante, el lugar es precioso, en los últimos meses paso muchas horas solo con mis pensamientos con la mirada perdida en el fondo del mar, un mar de aguas cristalinas que deja ver su fondo con su vida y sus corales, una playa de arena fina y blanca que deja que las suaves olas me besen los dedos de los pies con su espuma, camino pensando rodeado de altas palmeras, llorando a veces como un niño pequeño, mi madre murió de un infarto eso dijeron los médicos pero yo sé que la maté yo, que murió de pena, perdí todo el contacto con la familia porque también piensan como yo y me culpan de su muerte, me imagino como habría sido mi vida mirando el cielo anaranjado de un atardecer si alguna de las chicas que conocí en el instituto o en mi juventud de bailes de discoteca me hubiera correspondido al amor que sentía por ellas, me imaginaba de chiquillo correteando por aquellas aceras y aquellas avenidas donde fui tan feliz, mi alma y mi corazón están tristes, no me imaginaba la vida así, estos no eran mis planes ni mis sueños de niño, quería ser sacerdote es lo que más recuerdo como algo lejano y borroso, o ser medico y llevar a mis hijos de la mano camino de la hermandad un lunes santo o camino de la avenida de la palmera para ver un partido de futbol, siento como me abrazan por detrás, el olor a maracuyá de Zoe me atrapa, siento el calor de su piel pegado en mi cuerpo, sus labios besando mi nuca, todo va a estar bien silbando en mis oídos como la brisa de la tarde que acaricia las olas más mansas, y como casi siempre me saca de mi sueño unas pequeñas manos que tiene los ojos verdes esmeralda como los de su abuela, mi Candela de seis años, con su inocencia y fruto del amor más bonito que se puede soñar en una noche donde Zoe me hizo volar y tocar una a una todas las estrellas, no llores papá me dice en un perfecto castellano y la estrecho entre mis brazos sintiendo como su pequeño corazón devuelve a la vida el corazón de mi pecho que dejó de soñar con tiempos pasados porque ya no me pertenece, ahora pertenece a Zoe y a Candela, las dos mujeres de mi vida, las dos princesas a las que amo.

 

 

 

 

 

 

 

Antonio cintas anguas

mapashito

Thursday, June 17, 2021

¿como no te voy a querer?

 



Nuria no sabía de donde le venía ese amor que sentía por los lunares, era casi una obsesión y en la familia a nadie más le pasaba, pero le encantaban los lunares, anchos, pequeños, grandes, de todos los tamaños y colores, en la ropa de cama, en el pijama, en camisas y camisetas, en vestidos, y sobre todo los de su cuerpo, los de su piel de bronce que brillaba con los besos y las caricias de Adrián, lo miró un momento con dulzura y con una sonrisa pícara recordando como sus almas usaron sus cuerpos para amarse durante la noche a la luz de las estrellas que entraban por la ventana de la habitación mientras se devoraban con hambre y dejaban las sábanas arrugadas y mojadas de poesía húmeda y de las más bonitas caricias y miradas de amor, allí estaba su gran amor, tirado de cualquier manera, desecho, jirones de fantasía en un pobre cuerpo que desde niño solo sabía de dolores, le besó la frente antes de abrir el armario y decidir que ropa se pondría para ir a trabajar a la guardería, estaba indecisa como siempre, la ciudad empezaba a despertarse, el cielo comenzaba a clarear y a teñirse de un azul celeste y los primeros rayos de sol intentaban entrar por las cortinas blancas de gasa trasparente, miró detenidamente y sonrió estaba feliz había despertado de muy buen humor y lo tuvo claro la camisa blanca de pequeños lunares oscuros, se miró al espejo, se veía guapa, se sentía guapa, el amor todo lo cura, el amor todo lo sana, besó los labios de su bello durmiente y se fue a trabajar con el sol en su amplia sonrisa y el cielo más azul y más limpio en el fondo de sus ojos, Adrián no era guapo, pobre lo que le costó que se rindiera a sus encantos, lo que tuvo que pelear y que soportar, siempre fue un buen amigo, sabía que estaba enamorado y trató de no ser cariñosa y darle falsas esperanzas, y no se movió de su lado y le conoció mil novios ufff había besado muchos supuestos príncipes y solo eran sapos, el príncipe lo tenía tan cerca que no supo verlo porque los príncipes en la vida real no son como los de los cuentos, en una feria de abril su pareja estaba tratando de ligar con una rubia despampanante de enormes tetas, se sintió tan mal, tan humillada, y allí estaba Adrián para abrazarla cuando ella se sentó en sus piernas, para decirle palabras bonitas, para hacerle sentir guapa y sacarle una sonrisa, para enamorarla aunque eso en ese momento ninguno de los dos lo sabía.

 

Adrián amaba a Nuria, la amaba como no sabía que se podía amar a una mujer, la amó desde la distancia, en sueños, con su amistad, su apoyo, robándole sonrisas a la tristeza y a la melancolía, porque cuando Nuria sonreía todas las putas penas y todo el puto dolor había merecido la pena, desaparecían como por arte de magia, no existía en este cochino mundo cosa más bella, lo tenia loco, lo tenia en las nubes soñando con poesía y canciones de amor, cuando no había ni canción ni poema más bonito que ella, no podía seguirle el ritmo, su cuerpo enfermo le recordaba a cada minuto que no podía llevar una vida normal y que no se merecía una mujer como aquella que se acurrucaba entre sus brazos y abrazaba sus sueños cada noche hasta que el alba los despertaba con un beso de esperanza cada nueva mañana, habían estado haciendo el amor durante la noche y ahora no podía mover ni un musculo sin sentir como le ardían los huesos, le quitaba la vida y se la daba con su piel de caramelo y sus besos dulces, tantos años suspirando por su amor, tantos novios, tantos pretendientes que solo veían en Nuria una cara bonita, un cuerpo bonito, tantos años recogiendo del suelo sus pedazos y juntándolos de nuevo para que volviese a brillar como si nada hubiese pasado, y ahora estaban juntos, y vivía el sueño que tantas veces había soñado, le escribía notas de amor, o poemas, o cartas que iba dejando por la casa, o en el buzón, siempre un detalle de romanticismo infantil para sacarle una sonrisa y para que nunca olvidara que era una mujer preciosa, especial, y que la amaba aunque nunca o pocas veces su boca lo dijera, últimamente se marchaba feliz a trabajar pero regresaba enfadada porque tenía una mala relación con una compañera, le preparó algo, sabía o presentía que volvería con la boca escupiendo palabrotas consumida por la ira, le preparó un baño de agua caliente, con mucha espuma, se puso guapo solo para sus ojos y en cuanto la vio entrar por la puerta la abrazó y le besó los labios y tocó su cuerpo como si sus dedos escribiesen en su piel el más hermoso de los poemas, sí, había vuelto a tener un mal día, había vuelto a discutir, la abrazó y calmó a la fiera, la agarró de la mano y la llevó hasta el cuarto de baño, la desnudó como haría un padre con su hija pequeña, era una diosa ante sus ojos, cuanta belleza, en verdad que cuando Dios la creó rompió el molde, no había ni en el cielo con sus estrellas ni en la tierra una criatura más bella, se sentó junto a ella al lado de la bañera y le leía en voz alta una de sus muchas cartas de amor que escribía pensando en ella, porque la amaba.

Recuerdo aquella mañana de primavera donde cantaban alegres los pájaros, donde el aire olía a flores frescas, y todas las flores y la copa de los árboles rezumaban vida y explotaban en colores y aromas, recuerdo que era medio día cuando te vi llegar con tu peinado de peluquería y con ese vestido blanco pegado al cuerpo y pensé que eras la reina de las hadas y te habían prestado su magia las margaritas, las más hermosas y más bellas, con tu piel de caña de azúcar, con tus labios de nácar, con los ojos pintados del color de los sueños que los enamorados sueñan por las noches suspirando a una luna de plata, no podías ir más bella, y me dejaste sin palabras como tantas otras veces y te diste cuenta y me agarraste del brazo cosa que nunca antes hiciste, y fuimos a pasear al castillo agarrados como novios, y nos perdíamos por sus almenas, por sus pasillos y me contabas sus historias y sus leyendas, y yo miraba tus ojos, los ojos más bonitos del mundo en ese universo que eres y que hace latir mi corazón muy fuerte y suspirar muy profundo, y en un momento nos quedamos solos, cosas del destino, y fue la primera vez en años que pude sentir como me besaban tus ojos, que me miraban acariciados por los rayos del sol que juguetones dibujaban lunares de luz en tu cara al entrar por las celosías de tantos siglos y que tanto saben de amores a través de las noches de los tiempos, nunca fuiste más guapa ante mis ojos que en ese momento en el que me mirabas tan bonito que cuando tus dedos tocaron mis manos era más tuyo que mío, no podía estar más emocionado, y me dejaste rodear tu cintura con mis manos y mirar los dos la inmensidad del mar en el horizonte como si tú fueses mi princesa árabe y yo tu amor cristiano, nos besamos sin tocarnos, y nos dijimos más de lo que podían decir nuestros labios, nos miramos y sonreímos, y el amor nos atrapó, nos dejamos atrapar, y esa noche en un bar de copas tus manos rodearon mi cuello, y nuestros labios chocaron, chocaron en una tormenta de besos de esos que primero enamoran y que luego hacen que se caigan la ropa, y yo fui tuyo y tú fuiste mía en las cuatro paredes de aquella habitación tan pequeña, y los dos supimos al despertar que yo era tu ángel y tú mi diosa y que nunca más nos volveríamos a separar, la luna pintaba alas en tu espalda, y yo la acariciaba tratándolas de encontrar, sobre mí es donde tu cuerpo se ve mejor, volando con tus manos en mis pechos, y las mías en tus caderas, viendo entre nuestros suspiros esas alas de poemas que hacen a mis ojos que como un ángel mi alma te vea, eres una hermosa galaxia, y yo ese poeta que sueña, con viajar entre tus puntos besando tus lunares, me conozco te voy a querer siempre, cuando pienso en ti se me hace poesía la boca, entre los dos existe una conexión intocable, un calor intenso que deja huella en la piel, una magia que no comprendemos, nos miramos a los ojos y nuestros corazones se gritan en silencio, ¿cómo no te voy a querer?.

Nuria lo agarró de la camisa y lo metió dentro de la bañera sin importarle que estuviera vestido, no le importaba la ropa, tenia que besarlo, tenia que comerse esa boca como sino hubiera un mañana, tenia que besar y abrazar esa imaginación privilegiada que ahora le pertenecía, lo besó profundo, largo, fuerte, suave, y lo abrazó fuerte contra su pecho, hundió su cara en su cuello y lo llenó de las caricias más bonitas que podían dar sus dedos, se merecía todo lo mejor del mundo, dejar de vivir con dolor, tener más autoestima, valorarse porque valía todo un imperio, su suerte iba a cambiar, tenia que cambiar, era un ser maravilloso y lleno de luz, un amor bonito como el de los libros, como el del cine, y era suyo, era todo suyo y no lo dejaría escapar.

 

- Adrián una vez me contaste que cuando eras un adolescente, una noche tus padres fueron a darse una vuelta y te quedaste en casa solo con tus dos hermanos, me contaste una historia fantástica y al mismo tiempo de miedo, que tu hermano pequeño cuando niño era sonámbulo y que hablaba solo pero que esa noche fue en tu busca llorando porque decía que en su cama había alguien, y como hermano mayor fuiste de su mano a llevarlo a la cama y que el pobre niño llorando y asustado seguía viendo a alguien en su cama, y que entonces tú te pusiste a dar golpes al aire y a decir palabrotas a ese alguien para que se fuese y sí, se marchó y ya tu hermano pudo dormir tranquilo.

 

– Sí fue más o menos así, ¿por qué lo dices?

 

– Tú sabes que te he contado en alguna ocasión que no siempre he trabajado en una guardería, que soy una santera y que vengo de familia de santeras, mi madre, mi abuela, mis hermanas, que te digo que somos energía, que puedo ver o sentir ciertas cosas, que he vivido cosas en el seno de mi familia que no te sabría explicar pero que marcaron mi infancia.

 

- ¿Dónde quieres llegar?

 

– Me gustaría tener tu permiso para hacerte un exorcismo, o un hechizo de purificación.

 

- ¿Estás de broma?

 

– Estoy hablando completamente enserio.

 

– Esas cosas me dan mucho miedo pero confío plenamente en ti.

 

- ¿Eso es un sí?

 

– Eso es un vale.

 

– Vale, vale, vale, vale.

 

– Ese vale noooo, eres mala.

 

– Toda la vida mala.

 

Nuria con la ayuda de su hermana y de una prima lo disponen todo, Adrián viste cómodo, en el suelo una colchoneta, han preparado un brebaje, recita unas palabras de un libro que lleva en la familia desde hace siglos, su hermana y su prima las repiten, Adrián entra en un sueño, lo tienden en la colchoneta sobre el suelo, en sus manos colocan un cuaderno y un bolígrafo, da inicio el exorcismo, el hechizo, la brujería, Nuria quiere saber que demonio se ha metido dentro de Adrián, le pregunta una y otra vez su nombre, le ordena abandonar ese cuerpo, Adrián se retuerce en el suelo, poses rígidas, grotescas, un sonido gutural brota de su garganta, yo no soy Adrián, déjame en paz bruja, durante más de tres horas Nuria pregunta el nombre y le ordena abandonar ese cuerpo, lo amenaza con darle de beber agua bendita, el cuerpo no deja de retorcerse, se levanta, grita, vuelve a caer, grita más fuerte, pero el cuerpo de Adrián no tiene ni una sola gota de sudor, no es Adrián quien lucha y quien grita, sus manos no dejan de hacer garabatos en las hojas de papel del cuaderno hasta que en una de ellas alcanzan a leer un nombre, las sospechas de Nuria se confirman, vive un ser maligno dentro de su gran amor y lo está haciendo pedazos por dentro, lo atan de pies y manos, grita, maldice, las insulta, la hermana y la prima tratan de sujetar el cuerpo que no deja de moverse, escupe, vomita, habla palabras en una lengua extraña, gime, llora, una voz de terror sale de sus entrañas y unos ojos rojos como el fuego mira a las brujas y les dice cosas horribles, le dan de beber agua bendita, le bañan la frente, la cabeza con agua bendita, el cuerpo y las manos con agua de azahar, las tres se concentran, hacen fuerza, es agotador es un demonio muy fuerte, le ordenan abandonar ese cuerpo, grita tan fuerte que temen que un vecino llame a la policía y se las puedan llevar presas, pero ahora no pueden abandonar, tienen que sacar a ese demonio como sea, la oración es más fuerte, constante, en el nombre de los dioses antiguos y nuevos yo te ordeno sal de este cuerpo, el cuerpo jadea, tiene violentas convulsiones, tienen que sujetar la cabeza para que no se la destroce contra el suelo, gime, llora, grita, putas brujas es lo último que se oye y después un silencio que hace daño en los oídos, un silencio de los que asustan, las tres mujeres empapadas en sudor se miran entre si, el cuerpo de Adrián en el suelo, inerte, sin ni una sola gota de sudor, aguantan la respiración, Nuria lo llama con dulzura, trata de despertarlo, abre los ojos.

 

Resultó que Nuria tenia razón, como casi siempre, y tuve durante años un demonio agarrado a mis entrañas que me estuvo haciendo polvo por dentro, de eso todas mis enfermedades y todos mis males, cuando abrí los ojos no comprendía nada, fue como despertar de un sueño, pero de un sueño bonito porque cuando me puse de pie no me dolía absolutamente nada, y lloré, joder lloré, y pude recuperar parte de mi vida, una vida que no tuve jamás, ahora sí puedo seguirle el ritmo a Nuria, sí puedo bailar con ella hasta que me sangren los pies, sí puedo hacer el amor más veces y más intenso, puedo hacer cosas que solo podía soñar, puedo ir a correr con Nuria al parque, puedo remar en la barca junto al foso, o hacer piragüismo juntos, o dar largos paseos por la arena de la playa agarrado de su mano, hoy Nuria no ha ido a trabajar, ha llamado esta mañana diciendo que tenia unos asuntos que arreglar que no se encontraba bien, mentira, estaba media muerta de estar toda la noche con mimos, y tal como ha colgado el teléfono hemos seguido otro asalto más por donde lo dejamos, no me equivoqué contigo aquel día de verano que nuestros ojos se cruzaron por primera vez en la playa, nunca tuve mejor gusto y más acierto, nada que ver con todas las demás que se cruzaron en mi camino, han pasado los años y estoy muy orgulloso de la mujer que eres, eras maravillosa entonces y sigues siendo maravillosa hoy y siempre, mi corazón siempre fue tuyo, ahora está dormida, tirada en la cama como cualquier cosa, desecha, jirones de piel y fantasía que vive con una alegría plena, ya es de día la luz del sol entra a borbotones por ventanas y cortinas, la he acariciado muy suave, le he besado toda la espalda, toda la columna, todos sus lunares, y la he cubierto con las sábanas, me he marchado de la habitación porque no quiero despertarla, podría darme una ducha relajante, pero no me da la gana, por mí no me ducharía nunca, porque quiero tener el olor de su piel desnuda en mi cuerpo para siempre, mejor me voy un rato a escribir en el ordenador algo bonito para cuando ella despierte, ella está dormida, yo estoy contento y de buen humor, me siento inspirado, tengo una musa hermosa que es puro amor, no me ha dado tiempo a escribir todo lo que tengo en la cabeza cuando ella aparece despeinada y con mi camisa puesta, esa camisa blanca de pequeños lunares azul celeste que ella me regaló en mi último cumpleaños, tiene cara de cansada y la sonrisa más bonita del universo pintada en la cara, se ha sentado sobre mí y me abraza, puedo sentir en mi cuerpo el calor de su piel, nos miramos y sonreímos, nuestros ojos se dicen mucho más de lo que podrían decir nuestros labios, nuestros corazones se gritan en silencio, ¿cómo no te voy a querer?

 

 

 

 

 

 

 

 

Antonio cintas anguas

mapashito

Thursday, June 10, 2021

imperfecta

 


Ella tiene más historias que años. Carga consigo más decepciones que aciertos, más heridas que trofeos y muchas más soledades que abrazos. De los quinientos defectos que tiene, cuatrocientos noventa y nueve le pertenecen, el otro resto es inventado; pero no le pesan porque aprendió a quererlos, a mejorarlos, a llevarlos, como lleva la sonrisa en la boca aunque le duelan los labios.

Ella es un sueño de carne y hueso, un ángel de fuego, un universo con alma, un planeta extraño. Es la que le puso coraje a todo cuando el mundo le dio la espalda. Ella, la que está jodida y baila, la que está hundida y viaja, la que tiene miedo y acelera; la que se mantiene fiel y no cambia. Perfectamente imperfecta, nada de belleza estándar. Distinta a todas, loca, furiosa, rebelde, apasionada. Esa a la que le apagan la luz y más brilla, a la que le tapan el sol y más renace, la que puede ser semilla, árbol, flor y primavera.
Ella es la lluvia que inunda cuando llora, grita su dolor en forma de poesía, es fuerte, irradia, impone y del sufrimiento ella surge. Mira con ternura como si fuese dibujada. Se desafina con el desamor, pero tiene la dicha de afinarse como un amanecer precioso.
La mujer que carga con un cuerpo que a veces no soporta, la que se tiñe de defectos que se inventa en un solo día, la rabia de labios rojos que desafía todas causa de derrota.
Completa, rota, partida, agria, así toda imperfecta, se ondea con cautela frente a los ojos del mundo, se estremece en las manos del mismo infierno, dura, áspera, hostil, voluble un día y amante por meses. Grandiosa como la mires, en ruinas como el mayor de los derrumbes. No necesita las manos de nadie pero si la abrazas sabrás de que está hecha.
Impredecible, así es ella, mujer libre, mujer con sueños, fantástica, única.
Esa mujer que vive en ti, en mí, esa maravillosa mujer imperfecta que repara cuando sonríe, que es magia cuando te desnuda y te compone con un beso el alma.
Yika Yika / Amy Rodriguez

Thursday, June 03, 2021

hija de la luna

 



Oigo gritos, disparos, desde lo alto de la loma se divisa todo el valle, cuatro hombres atacan a una mujer india, hay un quinto en el suelo con la cabeza reventada, dos perros en un charco de sangre, todo son gritos y risas, la mujer esta desnuda sus ropas jirones desparramados por el suelo, tratan de violarla, se resiste como una fiera salvaje en el suelo, no puedo quedarme quieto, sacó mi revolver y voy a galope hacia ellos, a uno de ellos le hago un colador en la barriga, los otros tres me disparan, la mujer escapa de entre sus cuerpos, caigo al suelo, me han alcanzado, me duele la cadera y por como arde el abdomen debo tener otro balazo, puedo ver desde el suelo como la mujer los ha sorprendido por detrás y le ha cortado el cuello a uno de ellos y a otro le ha clavado un hacha en la sesera, queda uno que huye, la mujer desnuda y llena de golpes y arañazos no tiene prisa, admiro su temple y aplomo, desnuda arroja sus armas al suelo y agarra un arco y una flecha, se toma su tiempo, unos segundos, y atraviesa la espalda de aquel desgraciado, agarra de nuevo su hacha y su cuchillo y corre hacia sus cuerpos, los apuñala con rabia, les arranca uno a uno sus corazones y los muerde, va de un lado a otro serena, yo miro al cielo, no puedo moverme, parece mentira que el invierno esté a la vuelta de la esquina, un cielo precioso, limpio, azul celeste lo llena todo hasta donde alcanza la vista, un sol grande y hermoso lo baña todo con su cálida luz parece un día de primavera, la mujer me mira con su boca y su rostro cubierto de sangre, me mira a los ojos y me da las gracias antes de desaparecer, cuando regresa lleva una túnica, me da de beber un brebaje de color verde que no puede estar más amargo, esto te ayudará a dormir dice entre susurros, de cerca puedo verla mejor aunque la cabeza me esté dando vueltas, no pareces una india, no soy una india soy una cheroqui es lo último que alcanzo a oír como un eco muy lejano y me atrapa un sueño profundo y pesado, una oscuridad me abraza, me siento tan cansado que parece que jamás despertaré de este sueño, siempre fui un niño y un hombre enfermo, con muchos dolores durante toda mi vida, con enfermedades diversas, y me siento viejo y vencido de tanto luchar con ellas, pero en esta oscuridad, en este sueño pesado siento que floto, siento que ya no me duele nada, vuelvo a sentirme joven tal vez todo fue solo un sueño una mala pesadilla y despertaré de adolescente de nuevo, pero con la sabiduría que dan los años, disfrutaría más de la familia, no lloraría y le daría importancia a tonterías y le daría su lugar y su valor a lo realmente importante, sería un hombre normal, con problemas normales, con problemas de amores, para casarme, para formar una familia, para que nunca falté comida en la mesa, mis problemas serían velar y cuidar por los sueños de las personas más queridas y cercanas, tendría tres o cuatro hijos todos sanos y hermosos como los ojos y el rostro de su madre, y sería feliz por todo porque todo sería un regalo del cielo y podría olvidar este infierno y recuperar la sonrisa y la alegría que no recuerdo donde perdí, que bonito sueño, oigo a lo lejos unas palabras que se repiten, una letanía en una lengua extraña, cuando abro los ojos estoy dentro de la tienda de la mujer cheroqui, en una especie de cama cubierto de pieles, me está pasando un huevo por todo el cuerpo, dice palabras que no comprendo, le debe estar rezando a un Dios o me está haciendo algún hechizo, parece que fuma de una gran pipa, grita y me cubre de humo, vuelvo a quedar dormido, mi cuerpo suda, arde, me duele la cadera y el abdomen como si un animal salvaje me estuviera despellejando con sus afiladas garras, para cuando vuelvo abrir los ojos, la encuentro sentada, mirando mis ojos, no me quita ojo, me cambia un trapo mojado que tengo puesto sobre la frente, tiene razón no es una india, pero no se parece a ninguna cheroqui, es preciosa, con su piel blanca de muñeca de porcelana, con su pelo largo y castaño casi pelirrojo que cae por su cara, sus hombros y su espalda, la boca pequeña y rosada, los ojos pequeños y rasgados, sus rasgos orientales me hacen suspirar, nunca vi un ángel del cielo pero supongo que deben ser más o menos así.

 

- ¿Eres una cheroqui china?

 

– Soy una cheroqui, si le quieres añadir algo no soy china, mi madre era japonesa.

 

– Es usted preciosa, gracias por los cuidados pero debo seguir mi camino.

 

– Gracias por salvarme la vida, estamos en paz, me temo que vamos a pasar mucho tiempo juntos, lleva semanas durmiendo y sus heridas no han sanado del todo, hasta primavera que la nieve se derrita de los caminos no podrá ir muy lejos.

 

– Estoy cansado, ¿tiene nombre?

 

– Hija de la luna.

 

– Precioso, yo soy Bill.

 

- ¿Tiene oficio Bill?, ¿una familia que lo espera?

 

– Tuve varios oficios y ninguno se me daba bien, fui Bill el niño atracador de bancos, búfalo Bill cazador de búfalos, Bill el buscador de oro, y ahora solitario Bill, no tengo nadie esperando, ni tengo oficio, ni donde caerme muerto, iba a buscar un empleo como ayudante de sheriff o como payaso de rodeo.

 

– No me gusta ninguno de ellos.

 

- ¿Hay un señor de luna?

 

– Vivo sola, no necesito la compañía de un hombre.

 

– De eso estoy casi seguro.

 

Pronto llegaron las nieves, Bill no podía salir de la tienda, le dolían mucho las piernas sobre todo la derecha, pasaron meses conversando, tratando de aprender el uno del otro, Bill sabía leer y escribir, y le leía cuentos y poemas a hija de la luna que bebía cada palabra fascinada como una niña pequeña, los poemas les gustaban menos porque pensaba que eran zalamerías del hombre blanco para engañar a mujeres ilusas, pero amaba los cuentos, los que más le gustaban era el de las mil y una noches y el de la lámpara mágica que concedía tres deseos, soñaba por las noches con esas historias, que era una princesa que volaba en una alfombra mágica, Bill no sería un buen guerrero, era un hombre débil y viejo, sobre todo por dentro, por dentro era un anciano, era inmaduro como un niño pero su cuerpo era el de un anciano no podría hacer feliz a ninguna cheroqui, le contó una noche que apenas recordaba a su madre, que no recordaba como fue a parar a un pueblo cheroqui, que ella era la hija del amor que uno de los jefes del poblado sentía por su madre, que murió joven, que no supo acostumbrarse a esa vida, que se hizo cargo de ella su abuela, recordaba algunas cosas de su madre, costumbres de un pueblo que no conocía y que enfadaban mucho a su padre, creció como una más, aunque su color de piel molestaba a otras mujeres y eso la hizo más fuerte, que una mañana de noviembre los hombres blancos, los soldados azules aparecieron de la nada y asesinaron a todos, todo quedó destruido, por algún motivo a ella la dieron por muerta o no la vieron, se había quedado sola y se marchó con las justas a emprender su propio camino, que llevaba años muy tranquila, que por ese lugar no pasaba nadie, hasta el día en que se conocieron, quería aprender a escribir, quería aprender a leer, soñaba con poder acariciar las letras de aquellas hojas que hacían volar su imaginación hasta lugares remotos, anhelaba poder dormir algún día con aquel libro maravilloso abrazado contra su pecho, ella le enseñaría a amar a la madre tierra, a escuchar a la naturaleza, a tener fe, a comer sano, el poder curativo de las plantas, a pescar, cazar, diferenciar que puedes comer en el bosque y evitar a los animales peligrosos, le enseñaría a ser un buen rastreador y a soportar el frio del invierno, tal vez le pudiese ser útil en alguna profesión en el futuro, y aprendieron el uno del otro, y aprendieron y recibieron mucho más de lo que esperaban, aprendieron de miradas, de sonrisas, de abrazos que quitan el frio del alma, aprendieron a reír a carcajadas, como solo ríen los puros de corazón cuando el amor más bonito les abraza, aprendieron a vivir y respirar una paz que nunca habían conocido antes, juntaron sus camas, sus pieles, dormían abrazados muy pegados los cuerpos y los sueños el uno del otro, aprendieron de caricias que te dan la vida, eran amigos, sin darse cuenta más que amigos, un tremendo equipo, y algo más grande que ellos, más grande que el cielo y que la vida latía y crecía dentro de sus pechos.

 

– Vente a vivir conmigo.

 

– Me gusta mi tienda, me gusta mi vida.

 

– Puedes llevarte tu tienda y tu vida, quiero construir una casa de madera, lo haremos juntos yo solo soy un desastre, y podemos tener algunos animales, y puedes poner tu tienda donde quieras, en la casa pondré un mueble para tus libros, te compraré todos los que pueda.

 

– No podrás comprar libros y lo sabes.

 

– Tienes razón, pero puedo regalarte un caballo, y podrás ir donde te plazca.

 

– Quiero uno blanco como la nieve, lo llamaré Sherezade.

 

– Y uno blanco tendrás, ¿eso es un sí?.

 

– Eso es un sí, tú no puedes estar solo, solo conseguirías que te maten, debo seguir cuidando de ti Bill.

 

Hija de la luna era feliz, con su gran tocado lleno de plumas blancas y oscuras y sus ropas de vivos colores donde predominaban los colores blancos, rojos y naranjas, seguía llevando casi la misma vida que antes de conocer a Bill, construyeron una modesta casa de madera, un poco rustica y pequeña, Bill aspiraba a algo mejor pero era un palacio para los dos, su tienda estaba cerca, podía verse desde la gran ventana de la sala, ahora tenía dos perros grandes, fieles y leales que darían su vida por ella, tenía un pequeño corral con gallinas, y el bosque y un pequeño río no quedaban muy lejos, le gustaba pasar muchas noches en su tienda a la luz de una hoguera y pasarse horas mirando a las estrellas, Bill no tenía oficio y no podría tenerlo aunque quisiera su pobre salud le impedía llevar una vida normal, pero la naturaleza les daba todo cuanto necesitaban, y tenía a Sherezade, galopaba por todas partes sintiendo el viento en su cara, si le alcanzaba la noche aullaba a la luna a lomos de su yegua blanca como la más pura nieve, Bill se pasaba la mayor parte del tiempo en casa, le sonreía y le saludaba desde la ventana, o desde el angosto porche lo encontraba sentado sin dejar de mirarla, sentía un calor en su cuerpo, en su piel, perdía el miedo y cada vez era más descarada, había encontrado el amor en aquel pobre diablo, y aunque no fuese un guerrero cheroqui ella era su india oriental, en el mueble que hizo torpemente con sus propias manos descansaba el libro que tanto le gustaba, últimamente estaba más distante, solitario, algo se traía entre manos, aquella noche durante la cena le pidió perdón por si la noche anterior fue demasiado descarada, pero era feliz y no podía y no quería contenerse, y un deseo empezaba a resbalar por su espalda, como cada noche después de cenar fue a por el libro para que Bill le leyese como aquel genio de la lámpara le concedía deseos a Aladino, ella ya sabía leer, pero le gustaba oír a Bill, su voz le daba paz y todo cuanto leía sonaba y se veía más hermoso desde la voz de Bill, y se llevó una sorpresa, había otro libro, pero era imposible, no tenían dinero porque no lo necesitaban, y Bill no había ido a ningún lugar, ni aunque quisiera no había ninguna ciudad cerca, y descartó el paso de algún forastero habría oído ladrar a los perros, lo agarró y lo abrió, acariciaba el cuero con sus dedos, cada letra, en la primera pagina pudo leer, de mí para ti, de Bill para hija de la luna.

 

– Eres muy sensual, muy segura de ti misma, erótica, traviesa, provocativa, juguetona, caliente, sexy, húmeda, ardiente, divertida, bellísima, un cuerpo y unos ojos donde escribir o leer poesía, con caricias, con besos, con gemidos, con suspiros, con el sudor del deseo, con uñas y abrazos que nos quiere dentro, con esa magia de luz y amor que solo sueñan los despiertos, un cielo, con el color de tu piel, con el sabor de tus labios, con la ropa por el suelo, con mis manos en tus lunares y en mi espalda tus manos, soñando en el calor de tu pecho, con mi cara invadida por tu pelo, respirando el aroma de mujer de fantasía, poesía de la que no quieres abrir los ojos, porque no quieres despertar de ese sueño, no sé si fuiste descarada, pero no puedo dejar de besar la boca de nácar de tu cara.

 

– Te amo Bill.

 

– Te amo mi cheroqui oriental, hija de la luna.

 

 

 

 

 

 

Antonio cintas anguas

mapashito

el lobo y la bruja

 


EL LOBO Y LA BRUJA.


El lobo, cansado de ser el malo del cuento, harto de ser visto como el villano de la historia, se fue a recorrer nuevos senderos, donde nadie lo conociera, donde nadie tuviese prejuicios hacia él, quería ser capaz de comenzar una nueva historia donde él no fuese el odiado, donde nadie fuese odiado.

Después de mucho caminar, después de pasar mucho tiempo en soledad, entonces la encontró a ella, sentada sobre una roca en el camino, con sus manos cubriendo su rostro, su vestido negro, hermoso pero no tan llamativo, su cabello enmarañado, con una belleza nada común, sus zapatos, también negros, algo polvorientos por tanto caminar.

Él le preguntó:

- Hola ¿qué haces acá tan sola?

Y ella, sorprendida, le dijo:

- Estoy acá tratando de alejarme de la maldad de los demás, que sólo ven tu exterior y te juzgan por tu apariencia sin siquiera intentar descubrir ni conocer nada más de ti, alejarme de aquellos seres que dicen ser buenos pero actúan contrariamente a sus palabras, seres llenos de hipocresía y faltos de compasión.

El lobo la miró, sabiendo claramente a qué se refería, se acercó un poco sabiendo que no sería rechazado por lo que es, deseoso de compañía y sintiendo la necesidad de dar compañía.

- ¿Quieres compañía? ¿me permites acompañarte un rato?

Ella, enjugando sus lágrimas y dejando ver sus hermosos ojos, lo miró y le dijo:

- Claro que puedes, para mí sería un placer, sólo te pido que me acompañes, no por lástima, sino por que nace de tu corazón, quiero sentirme amada por lo que soy sin que me señalen ni sigan estereotipos de bondad que terminan siendo crueles y, por ende, mucho más malvados.

- Me quedo porqué quiero, porqué, cómo tú, soy un incomprendido y porque, en mi corazón, siento que podemos derribar barreras y ser felices juntos.

Ella río mientras él se acurrucada a sus pies.

- Eres muy tierno, por lo visto tu apariencia es sólo una coraza, una pétrea coraza, pero en tu interior eres blando y llevas dulzura, eso lo puedo sentir.

Él la miró con una mirada que desprendía amor.

- Entonces me quedaré a tu lado hasta que la luna deje de ser motivo de poemas y las estrellas no se asomen más en el cielo nocturno.

- Siéntate cerca de mí, no a mis pies sino a mi lado, dijo ella mientras acariciaba su cabeza.

- No puedo rechazar tu invitación, aunque quisiera, hay algo en ti que me hechiza, creo que son tus ojos profundos o tu voz que suena a poesía.

Ella se sonrojó, pero él apenas lo notó, ella estaba oculta bajo su capucha y la luna apenas dejaba ver algo de su rostro que en verdad era hermoso, no la hermosura que puedas encontrar en la mayoría, era la hermosura que le daban esos ojos tan expresivos, esa sonrisa tan elocuente, sin nada de maquillaje, ella resplandecía de belleza.

- ¿Sabías que las estrellas más brillantes no son siempre las más cercanas? - preguntó ella - a veces simplemente las más lejanas brillan con tanto fulgor que se dejan ver desde la lejanía.

- Pues así pasa con todo, hay seres que brillan tanto que no pueden ocultar su belleza aunque quieran - lo dijo mientras colocaba su cabeza en su regazo.

- No me conoces por completo, no puedes saber cómo soy.

- Ya conozco lo suficiente de tí como para saber que eres alguien especial.

Ambos miraron al vacío, como buscando las palabras correctas para continuar la conversación pero ya estaban tan conectados que no necesitaron más palabras por un buen rato, ambos se perdieron en sus pensamientos que se entrelazaban.

- Siempre he sido temido - dijo él rompiendo el silencio - mis fauces, mis garras y mi apariencia en general, hacen huir a cualquiera y me hacen ser odiado.

- Algo parecido pasa conmigo, la apariencia es lo que más le importa a la mayoría, parece ser que una mujer siempre debe vestir con tonos pasteles para ser buena.

- Adoro tu apariencia, lo común no es lo mío, y puedo ver que eres una hermosa mujer, no me refiero meramente al exterior.

- Pero insisto, no me conoces por completo, has de conocer mis locuras, mi lado más endiablado y no tan bello.

- Eso no hace falta, somos seres muy parecidos, te conozco porque me conozco, te amo porque me amo, miro a tus ojos y puedo perderme en ellos, tienen un brillo que no he visto jamás, me puedo quedar a vivir en tu sonrisa por siempre.

Desde entonces un nuevo cuento fue escrito, sin estereotipos ni prejuicios, en el cual importa más el interior que el exterior, un verdadero cuento de amor.

Y cuentan que desde entonces, en noches de luna llena, ella se convierte en loba para recorrer el bosque junto a él y amarse por completo, pero en otras noches ella, siendo una bruja, prepara algún brebaje para que él pueda sacarse la piel de lobo y vestirse de hombre, no de un príncipe azul montado sobre un brioso corcel blanco, sino de un plebeyo común, con ojos brillantes como estrellas, con fuertes brazos para poder cargarla a ella hasta su lecho de amor, porque

¿Quién dijo que los villanos no saben amar?...💕

~Créditos a quien corresponda

Tomado de la Web