Sunday, June 21, 2020

Betty y Vilma



-Pasaría mis uñas rozando toda tu columna, toda tu espalda, pasaría por el centro de tu columna, solo una uña, ya te veo estremecer, luego pasaría dos uñas rozándote todo el centro de tus costados, así sucesivamente hasta rozar toda mi mano en círculos por tu espalda, y tus glúteos no se salvan, los tendría rojitos de placer, también puedo pasar las uñas por tus piernas, desde la ingle hasta tus pies, arañando suave, con mis dos manos rodeo tu pierna derecha y araño lento y suave hasta llegar a la punta de tus pies, ya no te cuento lo que te haría después.

-Yo te daría un masaje de aceite por toda la espalda, desde tus hombros hasta donde la espalda pierde su nombre, primero una primera capa con mis manos desde tu culo respingón hasta los hombros y suspiraría en tu cuello, y creo que la segunda capa la extendería por toda tu piel con mis pechos, suave, lento, viendo como se te ponen los pelos de punta y como te humedeces, bajaría muy despacio, y te daría la vuelta de golpe, y frotaría mi cadera con tu cadera, y besaría fuerte y profundo tus labios, hasta saber a qué sabe tu sudor y tu orgasmo.

-No podemos ducharnos juntas, somos muy traviesas y nos calentamos enseguida, una mirada, una broma, una sonrisa, el solo roce de las manos, y se despierta nuestra mente sucia y perversa, pasamos de hielo a fuego en segundos, ningún hombre ha sido capaz de excitarme tanto.

-No tengo nada más que decir a todo lo que has dicho, contigo está despertando mi sexualidad, solo dame un beso en los labios, de esos que solo tú sabes dar, agárrame de la mano, vamos a la cama a dar rienda suelta a nuestros deseos, así tal como estamos, mojadas y todas llenas de jabón.

-Estás cada vez más loca, dame tu boca.

El Mundo había cambiado de un día para otro, primero tuvieron que sobrevivir a los golpes de la vida, y cuando por fin lo habían logrado el mundo que las rodeaba cambió de forma brusca para siempre, llegó una pandemia mundial, un virus que asolaba el mundo y lo llenaba todo de muerte a su paso, la primera ola dejó a los gobiernos y sus recursos muy tocados, ingenuos creyeron que lo peor había pasado, creyeron que tenían una vacuna a corto plazo, ingenuos, ingenuos, ingenuos, la vacuna salió mal las prisas no son buenas consejeras, algunos hablaban de chips o nanobots para controlar el cerebro humano, ingenuos, ingenuos, ingenuos, todo fue mucho más perverso y surrealista, la segunda ola fue la que lo cambió todo, ni la vieron venir, la gente moría en sus casas, por las calles, los hospitales no daban abasto, y todo se vino abajo, los gobiernos, ejércitos, leyes, las infraestructuras, en pocas semanas los que sobrevivieron a tres meses de oscuridad y muerte, vivían en una película de mad max y la cúpula del trueno, anarquía, el lado más salvaje del ser humano, pillaje, violaciones, la ley del más fuerte, ingenuos, ingenuos, ingenuos, la vida, aquella pesadilla de cine de terror tenía un giro aún más perverso, después de siglos preguntándose la humanidad si los extraterrestres existen lo supieron, existen, el eslabón perdido siempre fueron los humanos, modificados genéticamente para trabajar para ellos, para sus fines, para sus oscuros planes, y decidieron que ya era hora de cambiar a los operarios por unos más eficientes, los híbridos, mitad humano y mitad extraterrestre, llevaban décadas aquí, nadie se lo pudo imaginar, eran humanos, imposible distinguirlos, pero ellos si saben distinguir, y perseguían a los supervivientes, a unos los mataban sin mas, a otros se lo llevaban a trabajar como esclavos, a otros los usaban para experimentos como siempre hizo la humanidad con los animales, ahora eran ellos las cobayas, y tenían que huir, esconderse, luchar por sus vidas en un mundo donde ya no había esperanza.

-Vilma, ¿echas de menos a Pedro?.

-No, la verdad no, ojala se pudra en el infierno, nunca le perdonaré todo lo que me hizo.

-¿crees que sino hubiese ocurrido aquel accidente con los niños habría cambiado algo?

-Betty ya lo hemos hablado muchas veces, no fue culpa tuya, no te castigues de ese modo, no habría cambiado nada, quien tiene esa condición antes o después aflora, tal vez lo hizo salir antes, o hacer que Pedro fuese más violento, pero lo llevaba dentro, siempre tan egoísta, siempre fue un troglodita, siempre dando gritos, con malos modos, con malos modales, era cuestión de tiempo que me levantase la mano, aun no puedo creerlo, la decepción, el miedo que se siente, el auto inculparte, el perdonar, el intentar arreglarlo, y no darte cuenta que te van acabar matando un día a golpes, fue un cabrón y deja ya de sacar el tema, sé que echas de menos a Pablo, sé que piensas que deberías ser tú quien llevase el coche aquel día, pero no te hagas eso, no te lo mereces, y Pablo era un buen hombre y no querría verte así, déjalo en paz que esté donde esté tiene la pena de que en el coche iban los niños con él.

-Pablo era un hombre bueno, atento, educado, servicial, siempre pendiente de mí, de todos, siempre cariñoso, trabajador, noble, sincero, dulce, era mi roca Vilma, siempre será el amor de mi vida, tú y yo estamos muy bien, nunca se me pasó por la cabeza enamorarme de una mujer, no sé que habría sido de mi sin ti, soy muy feliz contigo, es un amor precioso de verdad, pero hay veces que pienso en mi Pablo y lo echo mucho de menos, era tan bueno, era tan bueno.

-shhh, shhhh, ya está Betty, ya está, ya pasó, ya pasó mi niña, todo va a estar bien, todo va a estar bien, no pasa nada mi vida.

-te quiero Vilma.

Te quiero Betty.

Se besaron, se abrazaron fuerte, dos mujeres de cuarenta años, que se hicieron pedazos la mañana que perdieron a sus hijos una de ellas a su esposo también en un accidente de coche cuando un conductor borracho los embistió a una velocidad endiablada, una de ellas entró en depresión profunda y la otra tuvo que soportar al maltratador de su marido, se apoyaron la una en la otra, se hicieron fuerte la una en la otra, comenzaron a pasar más tiempo juntas, a no separarse, a hablar, a hacer deporte juntas tenían que desahogarse de algún modo, aprendieron defensa personal, artes marciales, a ser el apoyo la una de la otra y sin saber como toda la vida de amigas, de vecinas, y empezaron a mirarse con otros ojos, empezaron a tocarse de otro modo, y se besaron, se hicieron el amor de un modo hermoso, se sintieron renacer, y mandaron a la mierda todo, los miedos, el que dirán, tapujos, estereotipos, todo lo mandaron bien lejos, eran felices juntas, se merecían ser felices de nuevo y juraron que ya nada ni nadie las separaría, Pedro montó en cólera y ciego de ira hizo pedazos la casa y hubiese matado a las dos a golpes, pero la defensa personal hizo su efecto, estaban las dos fuertes, en un estado físico casi de atleta y pusieron a Pedro con su ira en su sitio, le dieron a probar de su propia medicina, luego se lo llevaron detenido y la justicia se lo llevó preso a la cárcel por unos años, ya estaban juntas, felices, volvían a sonreír, cuando las tinieblas se cernieron sobre la humanidad y todo lo que conocían desapareció de un día para otro. Sobrevivieron al letal virus, y ahora se escondían y huían de los híbridos, consiguieron armas, aprendieron técnicas de supervivencia, de lucha, se reían al verse como las heroínas de películas apocalípticas pero era todo real, aquella puta pesadilla era real, ojala hubieran tenido un aliado como terminator, pero eso sí que solo pasaba en el cine, habían sabido defenderse y acabar con la vida de varios híbridos habían tenido mucha suerte hasta el momento, antes o después las cazarían, habían encontrado un pequeño hotel medio destartalado y para su sorpresa estaba muy bien, incluso tenía agua, aprovecharon sus lujos después de unos años privadas de todo, un lujo tener agua y jabón, y algo que encontraron para comer, y lo disfrutaron, se relajaron y se tomaron unas merecidas vacaciones antes de volver a ponerse en marcha y volver a la lucha, una mini luna de miel que no pensaban dejar escapar, y que sus cuerpos, y sus almas aprovecharon durante cada segundo de aquella semana maravillosa que apareció en sus vidas como un oasis en mitad de la devastación más absoluta.

-Vilma tengo un regalo para ti, feliz cumpleaños rubia.

-muchas gracias Betty que sorpresa, que bonita eres morena.

-tú te mereces mucho más, encontré unas cuentas por el camino y poco a poco fui formando un collar y una pulsera, no es mucho pero no hay para más.

-es precioso, no los cambio ni por todos los diamantes del mundo, eres un amor de mujer.

-tú sí que eres preciosa y un amor de mujer.

-no tenías que haberte molestado, tú eres mi mejor regalo.

-me vas a sacar los colores, tú sí que eres un regalo del cielo.

-esto tenemos que celebrarlo, voy a poner música suave y bailamos.

-yo iré al mini bar algo tiene que tener que sea aprovechable.

-ven aquí deja que ponga mis manos en tu cintura, baila conmigo.

-sí, pechito con pechito, cadera con cadera, mejilla con mejilla.

-gracias por tanto todos estos años.

-gracias a ti por existir.

Bailaron abrazadas, despacio, suave, Ricardo Montaner y Carla Morrison se oía suave en la habitación y bien alto y fuerte en sus corazones y sus cabezas, labio con labio, se daban un beso que no tenía fin, su rubia increíble y maravillosa, su morena preciosa y romántica, se amaban con el alma y como decía el poeta se amarían incluso después de la muerte porque el alma nunca muere, pero hacia rato que ya no estaban solas y la vida, esa cruel hija de puta estaba a punto de volver a borrar sus sonrisas.

-¿Qué pasa Betty?

-¿Vilma has oído eso?

-mierda están aquí.

La puerta se vino abajo, los cristales de la ventana estallaron en mil pedazos, un grupo de híbridos asaltaban la habitación, en un acto reflejo saltaron sobre las pistolas y todo el mundo disparaba en todas direcciones, el tipo de la ventana era un queso agujereado en el suelo, el único que entró por la puerta era un charco de sangre viscoso, los disparos volaban de un lado a otro, tenían que salir de allí, estaban acorraladas como ratas, disparos y más disparos, llegaron hasta la puerta, tú derecha yo izquierda, salieron a la de tres, mataron a los dos sujetos que estaban junto a la puerta y echaron a correr pasillo arriba, detrás un grupo las perseguía, estaban cada vez más cerca, pudieron alcanzar la cocina, atrancaron la puerta con lo que tuvieron a mano, pero descubrieron para su horror que no tenían salida, la salida de emergencia estaba cerrada con llave y era imposible abrirla, se oían golpes en la puerta, esta parecía ser su última aventura, si atravesaban la puerta estaban perdidas, Betty vio horrorizada la herida de Vilma, sentada con el vientre ensangrentado, no podía ser verdad, no, su rubia no.

-joder me han dado bien.

-no digas eso, todo va a salir bien ya lo verás.

-Betty mi niña, no dejes que me cojan viva, prométemelo.

-saldremos de esta ya lo verás solo dame un segundo para pensar.

-prométemelo Betty.

-te lo prometo.

La puerta estaba a punto de ceder, no sabía cuanto tiempo había pasado, Vilma yacía medio muerta entre sus brazos, se estaba desangrando entre sus brazos, su roca, su guerrera, la luz de sus días, y no podía hacer nada para salvarla, la abrazó fuerte entre sus brazos, apartó el pelo que le caía por la cara, los ojos aún estaban medio entre abiertos, y la besó, besó sus labios largo y profundo con toda la dulzura y todo el amor del mundo, la puerta cedió haciendo un gran estruendo, se oían pasos apresurados, cuando dos disparos dejaron la cocina en total y absoluto silencio, un silencio roto solo por el sonido de gotas de sangre cayendo contra el suelo, Betty cumplió su promesa, no las cogerían con vida, ni a su gran amor ni tampoco a ella.


Antonio cintas anguas