Saturday, December 19, 2020

corazones de colores



 - He pensado tantas veces a lo largo de mi vida que de tener una pistola en casa me habría pegado un tiro, que he perdido la cuenta, me he disparado tantas veces, para dejar de sufrir algún dolor insoportable, un dolor de oídos, un dolor de muelas, un dolor que no tenía explicación, algún virus extraño, los años que me pasé en una cama sin que nadie pudiera dar un motivo, o esos dolores que no son físicos y que te llenan de tanta ira y frustración o de tanta tristeza que quieres empezar de nuevo en otra dimensión o desaparecer, y esos pensamientos, esa pistola, esos disparos me han ido siguiendo, con el dolor de la espalda, con los dolores de riñones, cuando el dolor no me dejaba dormir, con la ansiedad, con la depresión, con tantas y tantas cosas que no podría enumerar y no sabría ni como empezar anotar en una lista tan larga que tal vez no acabaría nunca, he pensado tantas veces, ojala pudiera abrir un cajón, encontrarla y tener los huevos para acabar con todo, me puse el cañón tantas veces cuando cerraba los ojos con fuerza mientras me ahogaba en lágrimas, en la frente, en la sien, en la cara, dentro de la boca, en el cuello, en el corazón, en la barbilla, he muerto tantas veces para escapar y empezar de cero, y me habría perdido tantas y tantas cosas, ver mi ciudad vestida de camelot para la boda de una princesa y todo se veía como en un cuento de hadas, ver llorar a un pontifice desde el balcón de la giralda, conocer a mi mejor amiga, la mejor amiga del mundo, la boda de mi hermano, ver a mi sobrino y que se me caiga la baba cuando me miran sus ojitos, ver a todo un país en la calle cuando consiguieron por fin llevar esa estrella en el pecho que tantos y tantos soñaron conseguir, reírme con un intento de golpe de estado, una exposición universal, el encuentro de las dos esperanzas cara a cara, descifrar el braille de los lunares en la piel de una mujer que es fantasía y poesía, tantos libros que pude leer, conocer otra ciudad, sus playas, sus mujeres, amores que fueron y que no fueron, vivencias que no recuerdo o no puedo contar y que llevo como un tatuaje marcado a fuego muy dentro, tantas despedidas que nunca quise, tantas veces que me hice pedazos para juntar los trozos y comenzar de nuevo, aunque ya no era el mismo, era parecido, un poco más oscuro, un poco más roto, y así hasta hoy, un millón de besos después, un millón de ojos en el corazón, un millón de comas etílicos y de risas a carcajadas mientras miraba la luz de la luna y me comía su magia a cucharadas.

- Eres tan frío Toni, que me haces llorar con tu indiferencia, o cuando te pones así de triste, tan pesimista, o con tu humor negro o sarcástico que no me gusta nada cuando tienes días así. - Soy muy frío lo sé Pepa, te hago llorar, como hice llorar alguna vez a mi madre, o a mi mejor amiga, o aquellos que me quieren, no te voy a decir esto es lo que hay tienes que acostumbrarte, solo te estoy dando la razón. - Tienes que cambiar eso Toni, eres un hombre maravilloso, un ser lleno de luz, solo debes tener un poco más de fe, rezaremos los dos para hacer más fuerza y verás como Dios te oye, aunque no te lo creas Dios te oye y traerá alegría a tu corazón, solo ten fe hombre de poca fe. - A mi me gusta cuando estás de rodillas y rezas con mis manos agarrando tu cabeza, acariciando tus mejillas, agarrando fuerte tu pelo mientras tú me transportas al cielo, que digo al cielo, al puto cosmos con la magia de tus labios. - Eres un hombre muy travieso para lo que quieres, para otras cosas eres muy inocente, o muy infantil. - Algún día me explicarás eso Pepa - Algún día te haré un hombre. - ¿Pepa es una amenaza? - No Toni, es una promesa. A Toni le gustaba leer, le gustaba escribir era una rata de biblioteca y creía ciegamente que leer y escribir es lo que lo mantenía con vida en los momentos más duros de su vida, que era su bisagra su luz de esperanza entre la vida y la muerte, era un hombre muy solitario, huraño, anti social, frío, extremadamente infantil, algo ingenuo, amante del silencio y de la tranquilidad aunque por dentro su corazón y su cabeza libraban tantas batallas que le estaba costando la salud, ya de niño los profesores en la guardería se dieron cuenta que era más que timidez, no se relacionaba con los demás niños, no hablaba, parecía una planta, es como si quisiera ser invisible, sus padres lo llevaron al psicologo, lo apuntaron al equipo de fútbol del colegio, a taekwondo, a todas las actividades extraescolares posibles para que hiciese amigos, pero no hubo forma, no se sentía cómodo rodeado de gente, no aceptaba bien las burlas, las bromas, las risas, no encajaba en ningún lugar y con nadie y se fue encerrando más y más en su burbuja azul, en su mundo imaginario donde no dejaba entrar a nadie, y pasaron los años y no maduró lo suficiente, seguía siendo un niño perdido de un cuento de peter pan buscando nunca jamás, tenía una imaginación prodigiosa, privilegiada, podía escribir poesía, o relatos muy bonitos, con los estudios muy por los pelos, ni él mismo sabía como lo hacia, cuando le preguntaban decía la verdad, algo o alguien me susurra las palabras que debo escribir yo solo escribo, siempre le costó un mundo hacer amigos y aún más relacionarse con una mujer, mientras todas las madres de su calle castigaban a los niños sin salir si se portaban mal a él le pasaba justo lo contrario le quitaban los libros, los comics y lo obligaban a bajar y a jugar con otros niños de su edad, y así creció, sin salir apenas de casa, sin relacionarse con el mundo que lo rodeaba de forma saludable y ahora era un niño irascible y miedoso atrapado en el cuerpo de un hombre enfermo y frustrado, con muchos temores pero con mucho amor que dar, un corazón oscuro y triste, pero con mucha luz luchando sin conseguirlo por querer salir. Pepa era todo lo contrario que Toni, era una mujer alegre, activa, que necesitaba el calor de la gente, el ruido de la gente, dar abrazos y que la abracen, no le gustaba el silencio, la ponía triste, nerviosa, ella necesitaba oír música, cantar, bailar, sentirse viva, una mujer que luchaba por sus sueños, valiente, fogosa, sin excusas, trabajadora, tenaz, independiente, no necesitaba a nadie si quería la luna ella misma se la bajaba, lo único que tenía en común con Toni era su romanticismo, la poesía, la fantasía, Toni no lo sabía pero era un ser lleno de luz, había mucha ternura en ese corazón frío, había mucho amor en ese corazón triste, había mucho humor y muchas risas en ese chiquillo cobarde y solitario incapaz de romper las cadenas del pasado, con sus ojos, con sus escritos, con sus palabras le puso su mundo patas arriba, y ahora sería ella quien pondría patas arriba el mundo de Toni, ese hombrecito parecía que se esforzaba en apartarla de su lado, en espantarla, en quitarle las ganas, pero cuando dudaba leía sus cartas, sus libros, veía sus fotos, y sonreía recordando como le sostenía la mano en sus días más oscuros con sus locuras y bobadas, Toni no sabía en donde se había metido ella lo haría madurar, lo sacaría de esa burbuja de negatividad, era un diamante en bruto, y en su piel una super nova, aprenderían juntos a vivir un amor bonito como estaban aprendiendo a descubrir su sensualidad, ese hombre raro, emocionalmente dificil era un reto de dimensiones bíblicas pero a ella le gustaban los retos y con abrazos, mimos y sexo sería arcilla en sus manos y modelaría al hombre maravilloso que veían su corazón y sus ojos. Pasaron la tarde paseando, estuvieron en la biblioteca donde la mente y el espíritu de Toni volaban, parecía que estuviera solo, no oía, absorto iba de un lado a otro, fueron a su librería favorita a traficantes y compraron un par de libros a Toni le cambiaba el humor y hasta la cara cuando respiraba a libro, estuvieron en la peluquería donde Pepa cambió de peinado y se hizo uno más moderno ahora era morena con dos trenzas que llamó mucho la atención de Toni lo vio en sus ojos cuando levanto la mirada del libro que estaba leyendo y ya solo tuvo ojos para ella, bebieron un par de coronitas de regreso a casa y agarrados de la mano se dieron besos con sabor a cerveza, a la sombra de los árboles donde cantaban alegres los pájaros. - ¿Toni que miras tan callado por la ventana? - La calle. - Pero la calle está vacía. - Sí, y en silencio, ¿lo oyes? - No se oye nada. - Exacto y es hermoso, y me miras como lo hacia mi abuela cuando miraba por la ventana del lavadero y tenía la misma conversación que acabo de tener contigo. - Eres un hombre muy extraño, tienes salidas geniales que me hacen reír hasta llorar y luego tienes cosas como estas que no se que decir. - Creo que fue cuando murió mi abuela que empecé a ir cuesta abajo y sin frenos, algo muy grande dentro de mí murió con ella, creo que es desde entonces que lo veo todo negro y soy tan pesimista y tan triste, las abuelas deberían deberían vivir para siempre, se fue demasiado pronto y me hace tanta falta. - Yo no tuve abuelas, no las conocí, pero no nos pongamos tristes hemos tenido una tarde fantástica. - Me acuerdo del balcón que daba a una pequeña glorieta con forma de ojo, cubierta de matorrales, de maleza, y de tablas de maderas a modo de valla, dentro vivían cientos de gatos, en mi fantasía infantil a veces pensaba que incluso eran miles, no se les podía ver la maleza era muy espesa, pero sí se les podía oír con toda claridad, me gustaba quedarme largo rato mirando por la ventana y los podía ver entrar y salir de entre los matorrales, y si madrugabas te los podías encontrar entre las ramas de los árboles, y se te quedaban mirando, inmóviles, eran muy graciosos, y de todos los tamaños y colores, los veía subir y bajar de los árboles con una agilidad prodigiosa, en aquellas calles había muchos pájaros, gorriones, vencejos, golondrinas, y eran muy cantarines sobre todo por las mañanas, da igual lo oscuro que fuese el día, o lo oscura que fuese la habitación, sabías que estaba amaneciendo por el canto de los pájaros, eran tantos que había que estar sordo para no oírlos, luego por la tarde noche no se oía nada, increíble, como si no hubiese ni gatos ni pájaros, me encantaba pasar el día en casa de mis abuelos, y me encantaba pasar las horas asomado a las ventanas de aquel balcón, hasta el azul del cielo me parecía diferente, hasta el color del cielo me parecía más hermoso. - Me dejas sin palabras, te espero en la cama Toni. - Perdón tal vez hablé de más, ahora voy. Los gatos se fueron cuando la expo, reformaron la calle, ahora hay una carretera, quitaron los árboles para poner aceras más anchas, la magia como el viejo barrio se marcharon a la par de sus abuelos y de su infancia, mirando a la luna llena con nostalgia se fue a la cama para dormir abrazado al calor del cuerpo y el corazón de Pepa. Tú estás dormida, quieta en la cama, yo tengo un montón de rotuladores y soy travieso, y en tu espalda desnuda lleno de colores mil versos, y escribo todo cuanto te quiero, todas las veces que no dije te amo y te quedaste esperando, eso lo escribo de hombro a hombro, te amo, te amo, te amo, te amo, así varias lineas voy bajando, cambio de color bajo tus omoplatos, para escribir que eres poesía, alegría, un amor cálido, empalagosa hasta morir de cólico de dulce, que eres un ave fenix de fuego, que existen en tu cuerpo mil océanos, sin tiburones, sin aguas heladas, solo con tesoros llenos de poemas imposibles dedicados a tus ojos y a la magia de tu mirada, y así escribo piropos que te gustan, los versos que tu piel suspira en llamas, voy cambiando de colores, ya navego por tu cintura, he dejado atrás tus caderas dibujando barquitos mecidos por las olas del mar que así me siento cuando bailas para mi o sobre mi, como un pececito pequeño ante tanta grandiosidad, yo soy un marinero perdido y tú el faro de Alejandría todo majestuoso con su luz que me lleva a un puerto y me guía para que deje atrás la oscuridad, bueno usa la imaginación es un barquito no sé dibujar, en tu cintura escribo te quiero te quiero te quiero te quiero, así tres lineas de lado a lado, o hasta llegar donde la espalda pierde su nombre, y escribir al inicio de tus nalgas, eres mía, me perteneces, escribir mi nombre como si fuese Andy y tú mi juguete favorito, seguir bajando escribiendo en otros colores, te necesito, eres un sueño del que no quiero despertar, besar aquí, aquí, aquí, ya no queda más culo, firmo al final en ese pliegue donde empieza tu muslo, ahí sonrío travieso se me ha ocurrido algo, derramo todos los rotuladores en la cama y comienzo a dibujar un corazón alrededor de todos los lunares de tu otro lado, frente, mejillas, cuello, pecho, tetas, vientre, me río como un niño pequeño, rosa, verde, amarillo, negro, morado, un puto arco iris desordenado, imagino tu cara de sorpresa y de susto, ¿qué coño me hiciste? y yo te explicaré que vi un lienzo y escribí en él por ambos lados, versos y corazones, porque eres un poema de amor, para borrarlo hay que frotar fuerte, tú eliges el orden, con el agua de la ducha y mis manos frotando, o con nuestro sudor yo sobre ti empujando duro entre tus piernas, o resbalando por tu espalda, y hacer música o recitar sus letras en voz alta y que nos oiga todo el mundo, y dejar manchadas las sabanas de un arco iris mojado, húmedo, con tus ganas y mis ganas, con una sonrisa en los labios, con una sonrisa en el alma, y llenar de orgasmos los ojos que nos miran y ese corazón que nos ama, frotar, frotar, salvaje contra la pared, en el suelo, en la mesa, en el sofá, en la ducha, hasta que no quede nada, solo dos cuerpos agotados y el brillo de tus ojos, un poeta enamorado desecho y moribundo rendido sobre el pecho, de una musa enamorada, el ángel más hermoso que bajó de los cielos, musa, canción, maga, y sino se borra y te comentan algo siempre podrás decir que tienes un niño en casa.

antonio cintas anguas
mapashito

Wednesday, December 16, 2020

margaritas



 - Estás muy calladito Alejandro, mejor me voy y te dejo tranquilo.

- Dime otra vez que estoy calladito y apartame de tu lado, dímelo, y te pongo en cuatro, a la orillita de mi cama, y te lleno de besos, desde los limites de tus muslos, hasta tus nalgas, no dejo que te muevas, beso tu cintura, tus caderas, de lado a lado, subiendo por tu columna, tan lento que te desesperes, y lleno de besos tus hombros, y bajo por tu omoplato y por un lado, para besar de nuevo los limites donde tu espalda pierde su nombre, y subir por el otro lado, esta vez con mis manos tocándote desde tu pubis, besar tu cuello, tu nuca, estrujando fuerte tus tetas dejando escapar tus pezones entre mis dedos, bajar suave por el centro de tu espalda con mi lengua, y bajar tus bragas, besar tu océano caliente como lava, sentir como tiemblas, como suspiras, como gimes, y me pides que la meta, y yo te hago sufrir, entre besos y caricias, mi lengua sube por tu espalda, estoy loco, demoro haciendo eses, borracho de tu sabor, del sudor a poesía porno que desprendes, agarro tu pelo y tiro hacia atrás, quiero ver tus ojos cuando te penetre, y entro dentro de ti, te invado, te inundo, y al sentir como te estremeces, te beso profundo y fuerte, y ahora si hacemos el amor, hasta desfallecer en tu espalda y en esa paz paz paz tan tuya y mía musa loca que no deja de quererme.
- Eres un ser de luz, un regalo del cielo, me tienes todo de punta, ya me excitaste como no te imaginas, amo nuestros mañaneros, ya no te me escapas, me pones nerviosa cuando me miras así.
- Solo veo tus lunares, como me miras, no te quedes con las ganas, fóllame, poseeme, déjame sentir tu fuego, ver como cabalgas, ver el bamboleo de tus tetas, tus caderas aplastando mis caderas, exprime lo que es tuyo, mi amazona extraterrestre, déjame sin aliento, empapame en sudor, hazme verso con la poesía de tu cuerpo, uufff así, así, con ganas, como las olas a la playa, una vez tras otra, erosioname de amor, que mis ojos solo vean estrellas de colores, que mis suspiros sean más fuerte que el viento, así no pares, déjame imaginar como se mueven las alas a tu espalda, se mi ángel, yo seré tu cielo, así así así, siento que muero, me ahogo, aire aire, no te detengas, resucitaré en tu pecho, o en los besos de tu cuello, así así con frenesí, desencadenada, como un huracán de fuego, no pares no pares no pares, así así como demonios, y acabar abrazados como ángeles.
Se conocieron el día o uno de los días más bonitos del año, un domingo de ramos, Alejandro iba a la iglesia dos tardes por semana para sacarse la confirmación y poder ser el padrino en el bautizo de su sobrino, y Elena iba todas las tardes a dar clases de corte y confección o a otras actividades de la iglesia, y los dos fueron escogidos para leer aquella mañana, los presentaron las catequistas más mayores con una sonrisa especial en los labios, y se acabaron saliendo con la suya, Elena era una belleza y Alejandro quedó cautivado en segundos, Elena era una chica peruana que se ganaba la vida sirviendo en casas por las mañanas y que disipaba la mente por las tardes en las actividades de la iglesia, una mujer muy devota y alegre que hablaba por los codos y siempre tenía cosas interesantes que contar, anécdotas, historias, El metro cincuenta de mujer más hermoso que Alejandro había visto jamas, con su piel canela, su pelo largo, negro y lacio hasta los hombros, apretadita en carnes, grandes muslos, y un culo que resucitaría a un muerto, con unos ojos oscuros increíbles y misteriosos y una sonrisa que le cambió la vida para siempre no había nada más hermoso en ningún universo, Alejandro era todo lo contrario que Elena, no trabajaba, se pasaba las mañanas jugando con el ordenador y las tardes viendo videos porno, Alejandro fue esa chispa que necesitaba, despertó su lado oscuro, uno travieso que no conocía y que cada vez le gustaba más, todos decían que no hacían buena pareja y los dos también lo creyeron más de una vez, pero cuanto más tiempo pasaban juntos, más y más diferentes eran y esas diferencias más les unía, eran el uno para el otro, la talla perfecta, su sol y su luna, Elena no sabía que era tan caliente hasta que conoció a Alejandro y Alejandro no sabía que era tan caliente hasta que conoció a Elena, eran super tímidos con todo el mundo, y lo fueron entre ellos los primeros tres meses hasta que se soltaron, eran fuego y gasolina, se hacían el amor casi a diario, a veces varias veces al día y casi que en cualquier lugar, a Elena ya no le importaba arder en el infierno siempre que estuviera entre los brazos de Alejandro, y Alejandro encontró la paz y la fe entre los brazos de Elena, iban juntos a todas partes, todas las tardes juntos en las actividades de la iglesia, todos los domingos juntos agarrados de la mano en misa, Elena leía en el pulpito con sus vestidos entallados y sus grandes plataformas en sus zapatos y Alejandro veía a un ángel, eran de la generación que no tenían abuelos por la pandemia, el covid se los llevó por cientos de miles, las abuelas y las madres deberían ser inmortales.
- ¿A todas tus novias las despertabas con poemas?
- No, solo a ti.
- Me siento afortunada, querida, lo haces riquisimo, alegras todos mis amaneceres.
- Tengo que ser romántico, tengo una novia romántica.
- Te hacia falta un buen revolcón para limpiarte los chacras y quitarte los pajaritos de la cabeza.
- Y amén que me lo diste y no solo uno sino miles así me tienes que me duele la cadera ¿no me la habrás sacado?
- Jajajaja mi loquillo siempre haciéndome reír, vas a tener la culpa de que muera ahogada en un ataque de risa.
- Es lo que hay.
- Eres lo que necesitaba y tantas veces le recé a Dios.
- Se le ha escapado del cielo su ángel más hermoso y sexy.
- Ya me sacaste los colores otra vez.
- ¿Elena qué celebramos?, ¿por qué las velas y la música?, ¿por qué las flores amarillas y las margaritas en la cama?
- Porque es un día especial.
- ¿Qué tiene de especial?
- Porque voy a pedirte que te vengas a vivir conmigo.
Se abrazaron con fuerza, se besaron como nunca antes, se hicieron el amor de todos los modos y poses posibles, la música ahogo los gemidos y los jadeos cada vez más escandalosos, se devoraron oyendo heaven y everithing i do de brayan adams y reason de Hoobastank, y se hicieron el amor con tanta fuerza que rompieron todos los momentos tristes de sus vidas.
antonio cintas anguas
mapashito

Wednesday, December 02, 2020

padre del sueño



 Un sueño recurrente, una pesadilla que se repite mucho y que no me deja dormir, que me angustia y me despierta con lágrimas en los ojos y que despierta la ansiedad que me ahoga y presiona con fuerza mi pecho, en ocasiones incluso me cuesta respirar, estoy en una cama creo que dormido, despierto y estoy en una habitación pequeña con mucha claridad con una potente luz blanca, no es mi habitación, parece un hospital pero es raro, la ropa de mi cama, las sábanas, la manta parece de un hogar, parece de casa, pero no estoy solo, estoy rodeado sobre todo de mujeres, de lamentos, mi madre está a los pies de la cama llorando desconsolada, no deja de mirarme, a su lado mi prima Sonia y María José rotas en llanto tratan de consolarla, lloran las tres, me miran y no pueden detener el llanto, no pueden dejar de llorar, no están solas, oigo más voces, más lamentos, reconozco a las primas aunque no las pueda ver, es como si no pudiese girar la cabeza, solo puedo mirar a los pies de la cama, me siento muy pesado, muy cansado, con mucho sueño, hablan y lloran como si me hubiese muerto, y quiero hablar, decirles que no estoy muerto, que no pasa nada, que estoy bien, que solo cierro los ojos porque tengo un sueño increíble, que me pesa el cuerpo, hasta el pensamiento, que tengo un agotamiento que hasta duele, pero no me sale la voz, o no me pueden oír, es como estar presente en mi último adiós, puedo oírlo todo, sentirlo todo, parece tan real que duele, que resbalan lágrimas por mis ojos, y entonces todo se desvanece, me atrapa una oscuridad pesada y profunda, poco a poco las voces desaparecen, se apagan, hasta que todo queda en silencio, no sé cuanto tiempo transcurre, abro los ojos y una luz cegadora y blanca lo inunda todo, estoy rodeado de gente, en un ambiente festivo que conozco ya lo he vivido antes, estoy en la capilla de la hermandad con mi túnica blanca y los mismos nervios que mi primera vez cuando lo viví a mis dieciséis años, uno de los días más felices de mi vida, hay algo extraño, hay algo diferente, antes de que pueda darme cuenta la banda llega a la puerta, los nervios de la salida inminente, ese pellizco en el pecho, ocupo mi lugar, el cerrojazo, las puertas del templo se abren y una luz blanca y única lo inunda todo, la plaza está de bote en bote, ya está la cruz de guía en la calle, suena alma de Dios, y es cuando me doy cuenta que no es igual, veo lo diferente, los tramos de nazarenos son gigantes, casi interminables, tratando de asimilar todo cuanto ocurre a mi alrededor, el golpe definitivo, reconozco en la plaza a familiares que hacia años no veían mis ojos, porque se había ido del mundo de los vivos, puedo ver a mis abuelas, a mis abuelos, a mi tía, a mis tíos, y antes de decir algo o de poder oírlos vuelvo a quedarme profundamente dormido, en una oscuridad absoluta, en un silencio que da miedo y es puro frío, lágrimas en mis ojos, sin voz en mi garganta, solo siento sueño, dormido hasta el infinito. Lo siguiente ya no lo recuerdo, es confuso, es un sueño dentro de otro sueño, tal vez un deseo, tal vez otra vida que viví, o la que vivir, tal vez un sueño aún más profundo que no comprendo, ya no diferencio la realidad de la fantasía, abro los ojos, salgo de ese silencio y de esa oscuridad, estoy en una habitación con las paredes pintadas de color naranja butano, una cama grande de matrimonio con una colcha como las de antes, una mujer acompañada de dos niñas pequeñas no deja de llorar, no deja de mirarme.

-Margot corre ve y llama al doctor, cielo no cierres los ojos, quédate conmigo. -Buenos días Antonio, no se preocupe, le haré unas preguntas rutinarias, ¿Qué edad tiene?, ¿su nombre?, ¿en qué año estamos?, ¿sabe que día es hoy?, cosas simples. -¿Dónde estoy?, ¿qué me ha pasado?, ¿quién es esa mujer? -Soy yo, ¿no me reconoces?, soy Sandra tu mujer, y estas son tus hijas, Sara de los Ángeles y Margot, saludar a papá niñas. -Hola papá. -No cierres los ojos Antonio, no se agobie, respire hondo y poco a poco, las cosas volverán a su lugar, no se asuste, responda a mis preguntas. -Me llamo Antonio, tengo cuarenta y cinco años, no tengo claro que día de la semana es, creo que es martes uno de diciembre de dos mil veinte. -¿Es grave doctor?, no me reconoce ni a mi ni a las niñas, desvaría, parece un extraño. -No se preocupe señora, es completamente normal, con medicación y cuidados volverá a ser casi como el de antes y podrá llevar una vida casi normal. -No comprendo nada, ¿dónde estoy? -No vuelvas a cerrar los ojos Antonio, no voy a dejarte dormir nunca más, haz un esfuerzo los ojos bien abiertos. Es todo muy extraño, sí me llamo Antonio, pero tengo veintiocho años, estoy casado y tengo dos hijas, una de nueve años y otra de siete, y aún falta mucho para que llegue el dos mil veinte, y no saben de que hablo cuando hablo del covid, no me dejan solo, me llenan de amor y de atenciones, me siento como Charlie con estos tres ángeles que son mi sombra y mis guardaespaldas, los primeros meses dormimos los cuatro en la misma cama, me siento extraño, es la misma ciudad, las mismas calles, pero en la mayoría cambia el nombre, hablo de personas que no existen, me siento confuso, aturdido, no me dejan trabar ni conducir, ni me dejan ir a ningún lado solo, mis abuelos están vivos, no falta nadie en la familia, vivo en un cuarto piso en la avenida de Coria, nunca estuve en las tres mil viviendas, los estudios los hice en el Gustavo Adolfo Bécquer y en el Elena Canel, la familia tiene otros nombres, otras caras, no es así como lo recuerdo, tengo una vida más o menos tranquila, no sé cual era mi oficio, me ha quedado una paga creo por el accidente que sufrí, nadie habla de ello, fue bonito ir a la hermandad a realizar la estación de penitencia los cuatro, las niñas agarradas de mi mano, eso me emocionó, tengo que aprender a ser padre y esposo porque en mi cabeza estoy soltero, con la medicación y con el tiempo el doctor está convencido que todo volverá a ser como antes, no sé a que se refiere, no creo que eso suceda soy otra persona, una persona perdida que vive una vida que tiene olvidada, no me duele nada, no tengo la hernia en la espalda, no tengo piedras en el riñón, no tengo fibromialgia y todos los dientes son míos, solo tengo una pequeña sordera y una pequeña alergia a los acaros, el Sevilla nunca ganó la europa league ni título alguno y el Betis no es un club de perdedores y mediocres, es un grande que juega todos los años competiciones europeas y que cada seis o siete años gana algún título, las niñas son preciosas, Margot tiene los ojos verde esmeralda de su abuela, siempre está sonriendo y bailando y es cariñosa hasta el cansancio, parece una chinita con sus ojos pequeños y sus mofletes, Sara de los Ángeles es rubia oscura, más pálida de piel y con los ojos color miel, es muy viva y muy lista con lo chica que es y siempre anda inventando alguna travesura, son dos ángeles celestiales llenas de vida que adoran a sus padres, a sus abuelos, a sus tíos, a sus primos, Sandra es una mujer muy fuerte, una super mamá, gordita, con el pelo negro y lacio hasta los hombros, de boca pequeña y con los ojos chiquitos, tiene los ojos marrones claros más bonitos del mundo, es una mujer guapa, alegre, amorosa, tiene magia en la sonrisa y su piel es poesía, y es muy pasional, le deja las niñas a la madre para que podamos hacer el amor, se recoge el pelo con una cola de caballo, y lo hacemos, a mí me daba miedo, me veo poca cosa y ella es grande y muy mujer, pero me puso frente al espejo y no soy el canijo que recordaba, soy un tipo alto, fortote, con mucho pelo por todas partes, parezco un oso, no reconozco a ese extraño, sus gemidos y sus suspiros me matan, nunca me sentí tan feliz y tan querido, no sé el tiempo que estuve dormido, pero no me puedo quejar, esta vida es una vida bonita de ser vivida. -Me gusta mirar como me miras, me gusta cuando te sientas encima de mi en el sofá y me haces sudar, me gusta cuando estamos en la cama, en la ducha, sobre la mesa o contra la pared y me pides que te agarre del pelo, me gusta el sonido de tu voz, el sonido de tu risa, como te ves guapa con gafas, mirar en tus ojos y perderme en la magia de sus universos, me gusta verte con un libro en las manos viajando a otros mundos, me gusta ver tus caderas cuando estás bailando, me gusta como eres, eres un misterio precioso, un ángel del cielo, será por eso que te quiero y te amo, porque me gustas, así tal como eres, al natural, sin aditivos, fuerte, libre y loca, me gusta tu forma de amar, me encantas, me gusta cuando me abrazas, cuando me besas, cuando me pones los pies en la tierra y cuando me haces volar, eres prosa en mis labios, mi poema favorito, me gustas, no me dejes de besar. -Eres tan bonito mi príncipe. -Un príncipe durmiente, tú sí que eres bonita. -Mi príncipe encantado, eres el padre del sueño. -Mi princesa azul de brillante armadura. -Te escuchaba hablar en sueños, aunque casi no se te entendía. -¿Y que hablaba?. -No lo sé, mencionabas a las niñas, o a mí, pero desvariabas, vivías situaciones extrañas, pero parecían tan reales que daba miedo, tenías momentos de tranquilidad, y tenías momentos como si te atrapara una pesadilla de la que no puedes despertar. -No quiero hablar de ello. -Quédate conmigo, vas a sufrir de insomnio, no te dejaré cerrar los ojos nunca más. -Te creo Sandra. -Te dejaré una luz encendida todas las noches hasta el fin de los tiempos. -No es necesario que hagas eso. -Si te molesta porque te da directamente en los ojos cambio la lámpara de posición, pero la luz se queda encendida. -Tú eres toda la luz y la única luz que necesito. -Me vas hacer llorar tonto. -Puedo sentir tus lágrimas calientes resbalando por tus mejillas en mi cara. -No te vuelvas a ir, no cierres los ojos nunca más. -Sandra abrázame fuerte y no me sueltes. -No te soltaré jamás.


antonio cintas anguas
mapashito