Anoche, entre sueños, en un mundo paralelo a mi mundo de fantasia, anoche, entre sueños, me veia, en un castillo, y por donde sus almenas, rincones y muros se llenaban de la alegria y las risas de un niño.
Anoche, entre sueños, veia a un niño precioso, de unos ojos marrones preciosos, con el pelo oscuro, con el nombre de mi padre y el mio, un niño de cara preciosa que me miraba a los ojos y me llamaba tito.
Anoche, entre sueños, lo imposible era posible, y dos corazones que en un tiempo estuvieron lejos ahora, ahora estaban unidos, anoche, entre sueños....
Anoche, entre sueños, me sentia feliz y libre, era independiente, y rodeado, de mi soledad menos sola, me sentia bien, viendo como las penas eran menos penas y las risas y la alegria borraban nubarrones grises y oscuras y chinescas sombras.
Anoche, entre sueños, en un reino donde los deseos son una realidad, veia a esos dos corazones a los que sirvo y tanto quiero, caminando de la mano, bajo el más azul de los cielos y yo desde lo alto de las almenas de un castillo que posiblemente era mio, observaba la sonrisa de un niño mientras jugaba con un camion de bomberos.
Anoche, entre sueños, confundido, ilusionado, aturdido, contento, con el corazon feliz y la cabeza hecha un lio, soñaba, como las estrellas reian conmigo y me contaban al oido, que no estaba soñando, que estaba viviendo un sueño que era real.
Anoche, entre sueños, entre suspiros y el alo de la fatalidad que lo ve todo negativo, imposible, los sueños sueños son, pero a veces, a veces los sueños se cumplen, y por muy loco, lejos o imposible que hoy parezca, dentro de mi hay una lucecita que dice...., ¿y por qué no?
Anoche, entre sueños, en un sueño que tal vez no este tan lejos o que nunca llegue, sentado en la cama de un niño, con mi voz de mapaviejo, contando un cuento que empiece...., y todo empezó, por pedir un abrazo.
Mapashito
