zoe
– Hoy he sido atacado por una
cucaracha.
- ¿Qué tenia, cuchillo,
machete o pistola?
– Es la época de los bichos
en el sótano de la biblioteca, en el almacén donde trabajo, unas cucarachas,
lagartijas, arañas, mosquitos, y demás bichos al cual más gordo, y sabía que
este día llegaría, que me querrían comer, escuché un ruido, alcé la vista y vi
una cucaracha enorme colgando de la estantería más alta, le quise dar un
empujoncito bajé la mirada un segundo para coger algo con la que darle un
mamporro y cuando alcé la vista ya no estaba se había esfumado, bajo la vista
de nuevo para soltar lo que había cogido y vi de refilón una mancha en mi pecho
y miré para ver que de que cosa me había manchado, y ooohhh que asco, era la
cucaracha que había saltado sobre mi pecho y venía caminando con sus ojos
inyectados en sangre, y claro hice lo que cualquiera en mi situación abusar de
mi tamaño, le di un manotazo y la dejé caer al suelo y ya en el suelo la maté a
patadas de puro abusón.
– Claro venía por la
revancha, armada de valor hasta los dientes, era la revancha de la cucaracha
asesina, jajajaja, asesinooooo, pero claro era tu vida o la de ella.
– Jajajaja, me has pillado
soy un cucarachagenocida.
– Tienes que estar prevenido
porque luego llega la familia de la cucaracha a pedir revancha.
– Jajajaja, cuando llegue ese
día me comen a mí y a todo el que pillen.
– Jajajaja, me has hecho reír
eres la hostia.
– La caña de España.
– Jajajaja, conforme lo leía
te imaginaba in situ y me he partido de la risa, lo mejor en esos casos es
hacerse el muerto hasta que la maleante cucaracha se haya marchado.
– No que me unta en mayonesa
y me zampa jajajaja.
– Bueno o por qué no darle un
besito, de pronto se convierte en una dulce princesa.
– O me convierto yo en
cucaracha, maparacha cucachito.
– Ayyy Dios es que sales con
unas, esa me encantó mi maparachito.
A Toni en el trabajo y muchos
de sus amigos lo apodaban Mapa porque en los trabajos o en los institutos en la
época de los estudios es muy común llamar a las personas por su apellido y era
mucho más sencillo decir Mapa que tener que decir Mapaurruticoechea, llevaba
varios años trabajando en la biblioteca como peón de almacén llevando pesadas
cajas de libros de un lado a otro y de una biblioteca a otra y ese esfuerzo le
estaba pasando factura a su salud, a su espalda, ese esfuerzo y también la edad
ese paso inexorable del tiempo que no perdona a nadie, que no entiende de ricos
ni de pobres, fue en la biblioteca donde conoció a Zoe, una chica joven de Martinica
que había viajado a España para perfeccionar su español y aprender como
funcionaban las bibliotecas para poder llevar esa experiencia a su país, se
cruzaron por capricho del destino porque en las dos semanas que llevaba Zoe en
España, estuvo de cara al público, en las oficinas, en las estanterías viendo
como se ordenaban y se clasificaban los libros, y Toni pasaba la mayor parte
del tiempo en el sótano o entrando y saliendo de la biblioteca como una
hormiguita de su hormiguero, pero Dios tiene sus planes para cada uno de
nosotros, Zoe tuvo un esguince de tobillo y tuvo que pasar ese día sentada y
sin apenas moverse como si fuese una maceta, y aunque Toni no sabía ni una sola
palabra de Francés y ella aún no hablaba Español fluido Toni se le acercó
preocupado por su tobillo, lo agarró entre sus manos, lo miró, le preguntaba
por la intensidad del dolor, y saltó la chispa, se encontraron sus ojos y sin
saber como saltó una chispa lo llaman, o la magia, o la química, Toni con el
pie de Zoe entre sus manos nunca había visto unos ojos tan bonitos como
aquellos ojos que lo estaban mirando y aquella sonrisa que le sonreía, aquellos
ojos oscuros como una noche sin luna y donde todas las estrellas brillaban como
perlas en aquella sonrisa, y Zoe quedó prendada de aquellos ojos verdes y del
tacto suave de aquellas manos blancas que tocaron su piel con tanta dulzura.
Enseguida se fueron a vivir
juntos, alquilaron un pequeño piso en el extrarradio de la ciudad y poco a poco
fueron haciendo más hermoso su nido de amor, les dijeron locos, Zoe no regresó
a Martinica por el amor de un hombre mayor que ella, y Toni se fue de casa a
vivir con una mujer más joven y de raza negra, nadie los entendía, nadie los
comprendió, con el paso del tiempo la familia de Zoe lo asimiló, vio que entre
ellos existía un verdadero y puro amor, y se interesaban por como les iba, la
familia de Toni fue otro cantar, para su padre todo aquel que no sea blanco y
casi que español es un mono, africanos, país del este, de América, todos monos
que viven en los árboles, fueron criados así con lo cual tampoco tuvo el apoyo
de sus hermanos y su madre aunque tampoco le gustaba era la única que medio
transigía, dos años sin ver a la familia, sin hablar con ellos porque le
dejaron de hablar, solo se comunicaba por teléfono de modo furtivo con su
madre, mientras, conocía por la cámara del ordenador a su familia política
donde Zoe tenía que hacer de traductora, por la calle cuando salían llamaba
mucho la atención y no solo por exótica o su color de piel, es que Zoe era una
belleza de mujer, tenia una cara preciosa, unos ojos grandes y hermosos, un
cuerpo que podría modelar para que crearan a su semejanza a los ángeles del
cielo, era una diosa griega, o Toni se imaginaba que las diosas griegas tenían
un cuerpo así de bonito y de sensual, le volvía loco con su piel de caramelo,
con su pelo ensortijado unas veces corto y otras veces largo, cambiaba muy
seguido de peinado, o de color de labios, y vestía colores muy vivos, y muchas
veces ligera de ropa, tenia un cuerpo bonito, era joven y no tenia porque
ocultarlo por los convencionalismos ni las mentes enfermas y retrogradas de la
sociedad que no se explicaba como un cuarentón viejo, gordo, feo y calvo podía
tener semejante bellezón de mujer como pareja, le encantaba sus vestidos
blancos, o los amarillos donde resaltaba el color de su piel, o cuando se
dejaba crecer el pelo largo y caía como una cascada de agua y rosas por sus
hombros y su espalda, o la blusa de gasa negra y trasparente con muchas
estrellas pequeñas, en realidad es que le gustaba todo de Zoe, su juventud
fresca y rebelde, su alegría, esa alegría única y difícil de entender para un
troglodita como él y que solo tienen en otros confines del mundo, el pura vida
como lo llaman, se acostumbró a que llamarán la atención, a tragarse las
miradas de los babosos, a tener que marcharse de locales de copas o de
discotecas porque podía pasarles algo malo, le encantaba ver los ojos de la
gente cuando iban a la feria de abril agarrados del brazo y Zoe iba toda regia
y espectacular con un vestido de faralae amarillo de lunares blancos, o cuando
iban a ver a la hermandad de los negritos y le rezaban y le pedían a la virgen
de los ángeles, y Zoe llevaba puesto esos vestidos pegados a su cuerpo tan
bonitos, con sus chaquetas cubriendo sus hombros cuando refrescaba, era una
flor del mismo edén en un cuerpo de primavera, Zoe era la mejor amiga, la mejor
y más fiel de las compañeras, era más que una princesa, era del reino del cielo
y entre todos sus ángeles una reina.
A pesar de vivir juntos se
escribían cartas, o poemas de amor, o las letras de una canción, cada vez
salían menos de casa porque disfrutaban de su única compañía, de estar solos
con quien amas, dando pistas de donde había escondido algún detalle, un regalo,
un libro, un beso, un abrazo, que tenian que buscar como en una yincana por
toda la casa, o por las escaleras del edificio, o por el ascensor, hasta
encontrarla entre risas, no hay besos mejores, besar la risa y la sonrisa de tu
pareja ebrios de vino y de poesía, o de abrazos y caricias, o después de haber
contado todas las estrellas del cielo pidiendo deseos a labios no tan fugaces
porque cuando abres los ojos no se han marchado siguen ahí para ti para darte
más y más besos hasta que pierdes la cuenta y haces el amor tan bonito y
salvaje que caes en un hermoso y profundo sueño, se hicieron un tatuaje en sus
muñecas enfermos de amor en una noche de verano donde tomaron tantas cervezas y
tanto tinto de verano que casi no recordaban ni sus nombres, se habían tatuado
un pequeño ratón Mickey y una Minie que cuando juntaban sus brazos se estaban
besando, estaban unidos por el destino y por el corazón y aunque los dos
echaban mucho de menos a sus familias sentían dentro de las llamas de su pecho
que nadie ni nada podrías separarles que nacieron para estar juntos, que no se
conocieron por casualidad, que la vida tiene planes para nosotros que nosotros
desconocemos, que nacieron para estar juntos y ser felices, cuando se abrazaban
sentían que ese cuerpo que daba calor a su cuerpo, que ese alma que abrazaba
con su luz su alma era su pedacito de alegría en este mundo, que era su pedacito
de magia.
Por arte de vete a saber que
hechizo o que locura la familia de Toni los invita a los dos a pasar un fin de
semana en el apartamento de la playa, no están todos falta como no el cabeza de
familia, el ambiente es tenso pero es lo que hay, Toni feliz de poder jugar con
su sobrina Catalina y poder llenarla de abrazos y de besos, casi solo tiene
ojos para Zoe que sale del agua como Halley Berry en james bond, su Beyonce, su
canija, su morena, tan guapa y
espectacular, se ve increíble con su bikini negro, es sin duda una obra de
arte, se acerca despacio como en cámara lenta y le da un beso, la envuelve con
la toalla y seca su piel toda mojada pero Zoe tiembla por otro motivo, por otra
cosa con los ojos aterrados perdidos en el horizonte.
– Tenemos que irnos ya Toni.
– Yo también vi algo raro,
pero no me creerán Zoe.
– Vamos a morir todos,
tenemos que marcharnos ya.
– Recoge las cosas Pedro y vámonos
ya, viene un tsunami.
– A ti se te ha ido la cabeza
esas cosas no pasan en Cádiz.
– Por una vez en tu vida
hazme caso, mira las señales estamos en peligro.
– Tú sueñas, no nos vas a
joder el día vete tú si quieres.
– No puedo irme sin vosotros
porque vamos a morir si seguimos aquí.
– Deja de asustar a mamá has
visto muchas películas Toni.
– Sino me crees a mí hazle
caso a Zoe que ella sí lo ha vivido.
– Sois como los amantes de
Teruel, tonta ella y tonto él.
– Esas olas que ves en el
horizonte tan pequeñas tienen treinta metros y antes o después llegarán aquí,
tenemos que irnos al apartamento ya.
– Vete a tomar por culo Toni
deja de decir tonterías y deja de asustar a mamá.
– Zoe corre.
- ¿Y tu familia?
– Corre.
Zoe sale corriendo en busca
del apartamento, Toni agarra a Catalina entre sus brazos y sale corriendo como
alma que lleva el diablo, lo siguiente son gritos de sus hermanos, de su
cuñada, de las abuelas, de la hermana de su cuñada, todos corren tras ellos,
los insultan, la gente los mira, unos chicos jóvenes los alcanzan a los pocos
metros de alcanzar el apartamento, sus hermanos le quitan a la sobrina que
llora de sus brazos, lo empujan, lo golpean, Zoe trata de impedirlo y también
se lleva algún golpe, las madres tratan de impedir tanta violencia, de calmar
la situación, entonces un estruendo y gritos de terror a sus espalda lo detiene
todo, miran estupefactos hacia la playa, la gente huye despavorida, una lengua
de agua esta inundando las calles, reaccionan a los gritos de Zoe y de Toni y
corren al apartamento que está cerca, suben las escaleras a la velocidad de la
luz, están en un piso en la segunda planta, el ruido es aterrador, se asoman a
la ventana del salón y olas no dejan de golpear toda la playa y de inundar
calles hasta donde alcanza la vista, lo arrastra todo, lo destruye todo, agua
turbia, negra, marrón, lodo, arrastra coches, árboles, sombrillas, personas,
butacas, mobiliario urbano, cuerpos de personas que no tuvieron suerte, inunda
bajos, la lengua de muerte alcanza casi los dos metros de altura, todos están
aterrados, gritan unos, guardan silencios otros ante la desolación de la que
están siendo testigos, ahora sí oyen con atención, escuchan lo que Zoe y Toni
les dicen, aunque se calme y parezca que pasó vendrán más olas no deben
confiarse, no tendrán luz, deben estar preparados para una noche dura y para
unos días duros, están a salvo, deberían estar todos muertos por incrédulos y
tercos, pero están vivos, a salvo, abrazan y besan a Toni y Zoe y les dan las
gracias por haberles salvado la vida, todo son lágrimas, miedo, viven algo
espeluznante, una pesadilla, estas cosas solo se ven en la televisión y parecen
muy lejanas que nunca ocurrirán cerca y llega un día y sucede.
– Vámonos a Martinica si
quieres.
– Yo no puedo alejarte de tu
familia, eres muy madrero, eres muy familiar.
– Pero no te quieren.
– Ya me querrán, poco a poco
me van aceptando, puedes ir a visitarlos sin mí no hay ningún problema.
– Cuando mi padre te llama
mono, aunque tú no estés presente se me clava un puñal en el corazón.
– No le hagas caso es un
hombre mayor y chochea.
– Desde niño oyendo que los
monos tienen que estar con los monos, los leones con los leones y las cebras
con las cebras.
– Piénsalo en frio yo soy
feliz si tú eres feliz, me dijiste cuando te conocí que nunca te subirías a un
avión.
– Por ti si me subiré a un
avión, aquí ya no tengo trabajo desde que no me renovaron en la biblioteca,
será duro pero seguro que con tu apoyo saldremos adelante.
– Ahora la bibliotecaria seré
yo, o puedo volver a vender zapatos y lencería como hacia antes de venir a
España, pero no puedo alejarte de tu madre, se muere de la pena y tú también.
El exótico soy yo, no me
acostumbro aún al cambio de costumbres, de idioma, de todo, no se lo tomaron
bien en casa, que iba al tercer mundo, a la selva, que me pasarían mil cosas a
cual peor y más mala, y en las llamadas por la webcam o por la pantalla del teléfono
podía ver la pena en los ojos de mi madre, en su cara demacrada que envejeció
por mi culpa cien años de golpe, rompí cadenas, me alejé de las malas
vibraciones, sobre todo de la mala energía de mi padre, y a pesar de mi
melancolía mi salud mejoró de forma notable, aunque sigo sin acostumbrarme, mi
francés sigue siendo horroroso nunca fui un buen estudiante, el lugar es
precioso, en los últimos meses paso muchas horas solo con mis pensamientos con
la mirada perdida en el fondo del mar, un mar de aguas cristalinas que deja ver
su fondo con su vida y sus corales, una playa de arena fina y blanca que deja
que las suaves olas me besen los dedos de los pies con su espuma, camino
pensando rodeado de altas palmeras, llorando a veces como un niño pequeño, mi
madre murió de un infarto eso dijeron los médicos pero yo sé que la maté yo,
que murió de pena, perdí todo el contacto con la familia porque también piensan
como yo y me culpan de su muerte, me imagino como habría sido mi vida mirando
el cielo anaranjado de un atardecer si alguna de las chicas que conocí en el
instituto o en mi juventud de bailes de discoteca me hubiera correspondido al
amor que sentía por ellas, me imaginaba de chiquillo correteando por aquellas
aceras y aquellas avenidas donde fui tan feliz, mi alma y mi corazón están
tristes, no me imaginaba la vida así, estos no eran mis planes ni mis sueños de
niño, quería ser sacerdote es lo que más recuerdo como algo lejano y borroso, o
ser medico y llevar a mis hijos de la mano camino de la hermandad un lunes
santo o camino de la avenida de la palmera para ver un partido de futbol,
siento como me abrazan por detrás, el olor a maracuyá de Zoe me atrapa, siento
el calor de su piel pegado en mi cuerpo, sus labios besando mi nuca, todo va a
estar bien silbando en mis oídos como la brisa de la tarde que acaricia las
olas más mansas, y como casi siempre me saca de mi sueño unas pequeñas manos
que tiene los ojos verdes esmeralda como los de su abuela, mi Candela de seis
años, con su inocencia y fruto del amor más bonito que se puede soñar en una noche
donde Zoe me hizo volar y tocar una a una todas las estrellas, no llores papá
me dice en un perfecto castellano y la estrecho entre mis brazos sintiendo como
su pequeño corazón devuelve a la vida el corazón de mi pecho que dejó de soñar
con tiempos pasados porque ya no me pertenece, ahora pertenece a Zoe y a
Candela, las dos mujeres de mi vida, las dos princesas a las que amo.
Antonio cintas anguas
mapashito
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