Thursday, June 17, 2021

¿como no te voy a querer?

 



Nuria no sabía de donde le venía ese amor que sentía por los lunares, era casi una obsesión y en la familia a nadie más le pasaba, pero le encantaban los lunares, anchos, pequeños, grandes, de todos los tamaños y colores, en la ropa de cama, en el pijama, en camisas y camisetas, en vestidos, y sobre todo los de su cuerpo, los de su piel de bronce que brillaba con los besos y las caricias de Adrián, lo miró un momento con dulzura y con una sonrisa pícara recordando como sus almas usaron sus cuerpos para amarse durante la noche a la luz de las estrellas que entraban por la ventana de la habitación mientras se devoraban con hambre y dejaban las sábanas arrugadas y mojadas de poesía húmeda y de las más bonitas caricias y miradas de amor, allí estaba su gran amor, tirado de cualquier manera, desecho, jirones de fantasía en un pobre cuerpo que desde niño solo sabía de dolores, le besó la frente antes de abrir el armario y decidir que ropa se pondría para ir a trabajar a la guardería, estaba indecisa como siempre, la ciudad empezaba a despertarse, el cielo comenzaba a clarear y a teñirse de un azul celeste y los primeros rayos de sol intentaban entrar por las cortinas blancas de gasa trasparente, miró detenidamente y sonrió estaba feliz había despertado de muy buen humor y lo tuvo claro la camisa blanca de pequeños lunares oscuros, se miró al espejo, se veía guapa, se sentía guapa, el amor todo lo cura, el amor todo lo sana, besó los labios de su bello durmiente y se fue a trabajar con el sol en su amplia sonrisa y el cielo más azul y más limpio en el fondo de sus ojos, Adrián no era guapo, pobre lo que le costó que se rindiera a sus encantos, lo que tuvo que pelear y que soportar, siempre fue un buen amigo, sabía que estaba enamorado y trató de no ser cariñosa y darle falsas esperanzas, y no se movió de su lado y le conoció mil novios ufff había besado muchos supuestos príncipes y solo eran sapos, el príncipe lo tenía tan cerca que no supo verlo porque los príncipes en la vida real no son como los de los cuentos, en una feria de abril su pareja estaba tratando de ligar con una rubia despampanante de enormes tetas, se sintió tan mal, tan humillada, y allí estaba Adrián para abrazarla cuando ella se sentó en sus piernas, para decirle palabras bonitas, para hacerle sentir guapa y sacarle una sonrisa, para enamorarla aunque eso en ese momento ninguno de los dos lo sabía.

 

Adrián amaba a Nuria, la amaba como no sabía que se podía amar a una mujer, la amó desde la distancia, en sueños, con su amistad, su apoyo, robándole sonrisas a la tristeza y a la melancolía, porque cuando Nuria sonreía todas las putas penas y todo el puto dolor había merecido la pena, desaparecían como por arte de magia, no existía en este cochino mundo cosa más bella, lo tenia loco, lo tenia en las nubes soñando con poesía y canciones de amor, cuando no había ni canción ni poema más bonito que ella, no podía seguirle el ritmo, su cuerpo enfermo le recordaba a cada minuto que no podía llevar una vida normal y que no se merecía una mujer como aquella que se acurrucaba entre sus brazos y abrazaba sus sueños cada noche hasta que el alba los despertaba con un beso de esperanza cada nueva mañana, habían estado haciendo el amor durante la noche y ahora no podía mover ni un musculo sin sentir como le ardían los huesos, le quitaba la vida y se la daba con su piel de caramelo y sus besos dulces, tantos años suspirando por su amor, tantos novios, tantos pretendientes que solo veían en Nuria una cara bonita, un cuerpo bonito, tantos años recogiendo del suelo sus pedazos y juntándolos de nuevo para que volviese a brillar como si nada hubiese pasado, y ahora estaban juntos, y vivía el sueño que tantas veces había soñado, le escribía notas de amor, o poemas, o cartas que iba dejando por la casa, o en el buzón, siempre un detalle de romanticismo infantil para sacarle una sonrisa y para que nunca olvidara que era una mujer preciosa, especial, y que la amaba aunque nunca o pocas veces su boca lo dijera, últimamente se marchaba feliz a trabajar pero regresaba enfadada porque tenía una mala relación con una compañera, le preparó algo, sabía o presentía que volvería con la boca escupiendo palabrotas consumida por la ira, le preparó un baño de agua caliente, con mucha espuma, se puso guapo solo para sus ojos y en cuanto la vio entrar por la puerta la abrazó y le besó los labios y tocó su cuerpo como si sus dedos escribiesen en su piel el más hermoso de los poemas, sí, había vuelto a tener un mal día, había vuelto a discutir, la abrazó y calmó a la fiera, la agarró de la mano y la llevó hasta el cuarto de baño, la desnudó como haría un padre con su hija pequeña, era una diosa ante sus ojos, cuanta belleza, en verdad que cuando Dios la creó rompió el molde, no había ni en el cielo con sus estrellas ni en la tierra una criatura más bella, se sentó junto a ella al lado de la bañera y le leía en voz alta una de sus muchas cartas de amor que escribía pensando en ella, porque la amaba.

Recuerdo aquella mañana de primavera donde cantaban alegres los pájaros, donde el aire olía a flores frescas, y todas las flores y la copa de los árboles rezumaban vida y explotaban en colores y aromas, recuerdo que era medio día cuando te vi llegar con tu peinado de peluquería y con ese vestido blanco pegado al cuerpo y pensé que eras la reina de las hadas y te habían prestado su magia las margaritas, las más hermosas y más bellas, con tu piel de caña de azúcar, con tus labios de nácar, con los ojos pintados del color de los sueños que los enamorados sueñan por las noches suspirando a una luna de plata, no podías ir más bella, y me dejaste sin palabras como tantas otras veces y te diste cuenta y me agarraste del brazo cosa que nunca antes hiciste, y fuimos a pasear al castillo agarrados como novios, y nos perdíamos por sus almenas, por sus pasillos y me contabas sus historias y sus leyendas, y yo miraba tus ojos, los ojos más bonitos del mundo en ese universo que eres y que hace latir mi corazón muy fuerte y suspirar muy profundo, y en un momento nos quedamos solos, cosas del destino, y fue la primera vez en años que pude sentir como me besaban tus ojos, que me miraban acariciados por los rayos del sol que juguetones dibujaban lunares de luz en tu cara al entrar por las celosías de tantos siglos y que tanto saben de amores a través de las noches de los tiempos, nunca fuiste más guapa ante mis ojos que en ese momento en el que me mirabas tan bonito que cuando tus dedos tocaron mis manos era más tuyo que mío, no podía estar más emocionado, y me dejaste rodear tu cintura con mis manos y mirar los dos la inmensidad del mar en el horizonte como si tú fueses mi princesa árabe y yo tu amor cristiano, nos besamos sin tocarnos, y nos dijimos más de lo que podían decir nuestros labios, nos miramos y sonreímos, y el amor nos atrapó, nos dejamos atrapar, y esa noche en un bar de copas tus manos rodearon mi cuello, y nuestros labios chocaron, chocaron en una tormenta de besos de esos que primero enamoran y que luego hacen que se caigan la ropa, y yo fui tuyo y tú fuiste mía en las cuatro paredes de aquella habitación tan pequeña, y los dos supimos al despertar que yo era tu ángel y tú mi diosa y que nunca más nos volveríamos a separar, la luna pintaba alas en tu espalda, y yo la acariciaba tratándolas de encontrar, sobre mí es donde tu cuerpo se ve mejor, volando con tus manos en mis pechos, y las mías en tus caderas, viendo entre nuestros suspiros esas alas de poemas que hacen a mis ojos que como un ángel mi alma te vea, eres una hermosa galaxia, y yo ese poeta que sueña, con viajar entre tus puntos besando tus lunares, me conozco te voy a querer siempre, cuando pienso en ti se me hace poesía la boca, entre los dos existe una conexión intocable, un calor intenso que deja huella en la piel, una magia que no comprendemos, nos miramos a los ojos y nuestros corazones se gritan en silencio, ¿cómo no te voy a querer?.

Nuria lo agarró de la camisa y lo metió dentro de la bañera sin importarle que estuviera vestido, no le importaba la ropa, tenia que besarlo, tenia que comerse esa boca como sino hubiera un mañana, tenia que besar y abrazar esa imaginación privilegiada que ahora le pertenecía, lo besó profundo, largo, fuerte, suave, y lo abrazó fuerte contra su pecho, hundió su cara en su cuello y lo llenó de las caricias más bonitas que podían dar sus dedos, se merecía todo lo mejor del mundo, dejar de vivir con dolor, tener más autoestima, valorarse porque valía todo un imperio, su suerte iba a cambiar, tenia que cambiar, era un ser maravilloso y lleno de luz, un amor bonito como el de los libros, como el del cine, y era suyo, era todo suyo y no lo dejaría escapar.

 

- Adrián una vez me contaste que cuando eras un adolescente, una noche tus padres fueron a darse una vuelta y te quedaste en casa solo con tus dos hermanos, me contaste una historia fantástica y al mismo tiempo de miedo, que tu hermano pequeño cuando niño era sonámbulo y que hablaba solo pero que esa noche fue en tu busca llorando porque decía que en su cama había alguien, y como hermano mayor fuiste de su mano a llevarlo a la cama y que el pobre niño llorando y asustado seguía viendo a alguien en su cama, y que entonces tú te pusiste a dar golpes al aire y a decir palabrotas a ese alguien para que se fuese y sí, se marchó y ya tu hermano pudo dormir tranquilo.

 

– Sí fue más o menos así, ¿por qué lo dices?

 

– Tú sabes que te he contado en alguna ocasión que no siempre he trabajado en una guardería, que soy una santera y que vengo de familia de santeras, mi madre, mi abuela, mis hermanas, que te digo que somos energía, que puedo ver o sentir ciertas cosas, que he vivido cosas en el seno de mi familia que no te sabría explicar pero que marcaron mi infancia.

 

- ¿Dónde quieres llegar?

 

– Me gustaría tener tu permiso para hacerte un exorcismo, o un hechizo de purificación.

 

- ¿Estás de broma?

 

– Estoy hablando completamente enserio.

 

– Esas cosas me dan mucho miedo pero confío plenamente en ti.

 

- ¿Eso es un sí?

 

– Eso es un vale.

 

– Vale, vale, vale, vale.

 

– Ese vale noooo, eres mala.

 

– Toda la vida mala.

 

Nuria con la ayuda de su hermana y de una prima lo disponen todo, Adrián viste cómodo, en el suelo una colchoneta, han preparado un brebaje, recita unas palabras de un libro que lleva en la familia desde hace siglos, su hermana y su prima las repiten, Adrián entra en un sueño, lo tienden en la colchoneta sobre el suelo, en sus manos colocan un cuaderno y un bolígrafo, da inicio el exorcismo, el hechizo, la brujería, Nuria quiere saber que demonio se ha metido dentro de Adrián, le pregunta una y otra vez su nombre, le ordena abandonar ese cuerpo, Adrián se retuerce en el suelo, poses rígidas, grotescas, un sonido gutural brota de su garganta, yo no soy Adrián, déjame en paz bruja, durante más de tres horas Nuria pregunta el nombre y le ordena abandonar ese cuerpo, lo amenaza con darle de beber agua bendita, el cuerpo no deja de retorcerse, se levanta, grita, vuelve a caer, grita más fuerte, pero el cuerpo de Adrián no tiene ni una sola gota de sudor, no es Adrián quien lucha y quien grita, sus manos no dejan de hacer garabatos en las hojas de papel del cuaderno hasta que en una de ellas alcanzan a leer un nombre, las sospechas de Nuria se confirman, vive un ser maligno dentro de su gran amor y lo está haciendo pedazos por dentro, lo atan de pies y manos, grita, maldice, las insulta, la hermana y la prima tratan de sujetar el cuerpo que no deja de moverse, escupe, vomita, habla palabras en una lengua extraña, gime, llora, una voz de terror sale de sus entrañas y unos ojos rojos como el fuego mira a las brujas y les dice cosas horribles, le dan de beber agua bendita, le bañan la frente, la cabeza con agua bendita, el cuerpo y las manos con agua de azahar, las tres se concentran, hacen fuerza, es agotador es un demonio muy fuerte, le ordenan abandonar ese cuerpo, grita tan fuerte que temen que un vecino llame a la policía y se las puedan llevar presas, pero ahora no pueden abandonar, tienen que sacar a ese demonio como sea, la oración es más fuerte, constante, en el nombre de los dioses antiguos y nuevos yo te ordeno sal de este cuerpo, el cuerpo jadea, tiene violentas convulsiones, tienen que sujetar la cabeza para que no se la destroce contra el suelo, gime, llora, grita, putas brujas es lo último que se oye y después un silencio que hace daño en los oídos, un silencio de los que asustan, las tres mujeres empapadas en sudor se miran entre si, el cuerpo de Adrián en el suelo, inerte, sin ni una sola gota de sudor, aguantan la respiración, Nuria lo llama con dulzura, trata de despertarlo, abre los ojos.

 

Resultó que Nuria tenia razón, como casi siempre, y tuve durante años un demonio agarrado a mis entrañas que me estuvo haciendo polvo por dentro, de eso todas mis enfermedades y todos mis males, cuando abrí los ojos no comprendía nada, fue como despertar de un sueño, pero de un sueño bonito porque cuando me puse de pie no me dolía absolutamente nada, y lloré, joder lloré, y pude recuperar parte de mi vida, una vida que no tuve jamás, ahora sí puedo seguirle el ritmo a Nuria, sí puedo bailar con ella hasta que me sangren los pies, sí puedo hacer el amor más veces y más intenso, puedo hacer cosas que solo podía soñar, puedo ir a correr con Nuria al parque, puedo remar en la barca junto al foso, o hacer piragüismo juntos, o dar largos paseos por la arena de la playa agarrado de su mano, hoy Nuria no ha ido a trabajar, ha llamado esta mañana diciendo que tenia unos asuntos que arreglar que no se encontraba bien, mentira, estaba media muerta de estar toda la noche con mimos, y tal como ha colgado el teléfono hemos seguido otro asalto más por donde lo dejamos, no me equivoqué contigo aquel día de verano que nuestros ojos se cruzaron por primera vez en la playa, nunca tuve mejor gusto y más acierto, nada que ver con todas las demás que se cruzaron en mi camino, han pasado los años y estoy muy orgulloso de la mujer que eres, eras maravillosa entonces y sigues siendo maravillosa hoy y siempre, mi corazón siempre fue tuyo, ahora está dormida, tirada en la cama como cualquier cosa, desecha, jirones de piel y fantasía que vive con una alegría plena, ya es de día la luz del sol entra a borbotones por ventanas y cortinas, la he acariciado muy suave, le he besado toda la espalda, toda la columna, todos sus lunares, y la he cubierto con las sábanas, me he marchado de la habitación porque no quiero despertarla, podría darme una ducha relajante, pero no me da la gana, por mí no me ducharía nunca, porque quiero tener el olor de su piel desnuda en mi cuerpo para siempre, mejor me voy un rato a escribir en el ordenador algo bonito para cuando ella despierte, ella está dormida, yo estoy contento y de buen humor, me siento inspirado, tengo una musa hermosa que es puro amor, no me ha dado tiempo a escribir todo lo que tengo en la cabeza cuando ella aparece despeinada y con mi camisa puesta, esa camisa blanca de pequeños lunares azul celeste que ella me regaló en mi último cumpleaños, tiene cara de cansada y la sonrisa más bonita del universo pintada en la cara, se ha sentado sobre mí y me abraza, puedo sentir en mi cuerpo el calor de su piel, nos miramos y sonreímos, nuestros ojos se dicen mucho más de lo que podrían decir nuestros labios, nuestros corazones se gritan en silencio, ¿cómo no te voy a querer?

 

 

 

 

 

 

 

 

Antonio cintas anguas

mapashito

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