Monday, November 09, 2020

abierto hasta el amanecer

 


Amanece, o tal vez sea media mañana, hay poca luz en la habitación, la pereza me puede, tengo tanto sueño que me cuesta abrir los ojos, me duele hasta el cerebro, el pensamiento, tengo frío en el cuerpo, o tal vez en el corazón, ya están en la ventana, como cada mañana fiel a su cita, los cuervos, majestuosos con sus plumas de un negro que hipnotiza, con sus alegres y melódicos cánticos, no se detendrán hasta que los moradores de la casa despierten y salgan de debajo de sus sábanas, cumplen con su cometido, me despiertan, abro los ojos, los miro buscando encontrar tres ojos, a lo mejor soy el lisiado de juego de tronos, pero solo tienen tres ojos si cuenta el ojo del culo, no, solo tienen dos, no soy el lisiado de ninguna serie de televisión, soy el lisiado de otra pesadilla, mis monstruos son otros, son solo míos, la casa es oscura, en algunos rincones parece que se cae a pedazos, se respira tristeza, pesadumbre, solo el amor de una madre pone algo de color pintando alguna habitación de color azul, o pone la radio en la cocina para que pueda existir una pizca de alegría, está en la cocina lo sé, se despierta muy temprano, no hay música porque aun cree que los cuervos no me despertaron, ya me vestí, ya me arrastré, y como cada mañana ya no se oyen, se habrán ido a despertar a otro con el corazón roto a carcajadas, ya casi no se oyen en el resto del día, hoy tengo ganas de llorar, últimamente me sucede mucho, estoy cansado, me siento derrotado, me pesa el cuerpo, no tengo ánimos, ni ganas, ni fuerzas para nada, no sé que no me duele, solo quiero que deje de doler, necesito una cura de sueño, quedarme dormido y no despertar jamás, a veces pienso que estoy en coma, que estoy enfermo en otro lugar, y que todo lo que vivo es solo un sueño, que en algún momento despertaré y nada será igual, a veces creo que estoy viviendo la vida de otro, necesito unas vacaciones, dejar atrás los hospitales, las medicinas, los dolores, la ansiedad, y reinventarme en otro lugar, no importa donde, si en la montaña con el sonido de los bosques y de sus animalillos, o caminando por la playa donde pueda cerrar los ojos con el sol dando de lleno en mi cara, llenar muy profundo mis pulmones de aire, y sacarlo por mi boca despacio como si flotase entre las nubes y sentir que por fin ya no me duele nada, se acabó el silencio, se acabaron mis pensamientos tristes, suena por toda la casa heavy metal a toda mecha, Salma esta aquí, y en segundos abrirá la puerta de mi habitación y lo llenará todo con su luz y con su magia, ella no entiende de mamonadas, es un huracán, mi mexicana escritora, poetisa, así nos conocimos, en un grupo de escritores noveles, abierto hasta el amanecer se llamaba, a mi me gusta escribir y leer me evade de mis problemas y de mis tormentos por un rato.

- Buenos días ¿cómo está el padre del sueño?
- Tirando
- Uy que cara ¿una mala noche?
- Una más, con dolores, con ansiedad, mierda de vida.
- No te pongas así de pesimista que no me gusta.
- Tanta vida, ¿para qué tanta vida?
- Para vivirla, para soñarla, para sufrirla, para admirar la belleza, la de una obra de arte, una canción, un hijo, la naturaleza o tal vez la luz de las estrellas, para ver cosas horribles, para llorarla, para mal decir, para reír a carcajadas solos o con la mirada que nos mira, para escribir como poetas, que ven la vida de un modo diferente, para abrazar el alma una así como la tuya que mira por la noche a la luna y se la come a cucharadas.
- De mayor quiero ser como tú.
- Ya sé como quitarte esa cara de muerto viviente, agarra aquí verás como te animas.
- Me gusta tu modo de pensar, buena terapia agarrar tus tetas.
- ¿A que sí? agarrar tetas ajenas alivia el estres y quita la depresión, pero solo puedes agarrar las mías o te la corto, mi angelito bello, libre de pecado, yo soy la que despierta tus lujurias.
- No ya no estoy libre, mi pecado eres tú, mi pecasminosa, mis lunareszajes, mi pecaslactea, mi universo de lunas, mi pentagrama, mis notas mágicas, yo-no-he-si-do, musa provocadora, un te quiero siempre en el corazón, un beso en los labios, un fóllame en la mirada, y un abrazo de aquí no te escapas, mi venus, siempre mi venus, por eso tal vez yo, no puedo dejar de a marte, eres una puta galaxia, y no puedo dejar de sentir o de creer, que soy un puto astronauta perdido en tus lunares.
- Dios es precioso.
- Tú eres preciosa.
- Jorge solo te ha faltado decir que acaricio a cerbero mientras guardo la puerta del infierno con mi pelo largo y rojo con una guitarra diabólica toda vestida de cuero.
- No sé como no sé me ha ocurrido, estás loquisima Salma.
- Tú eres mi loquito bello Jorge, ¿cómo me quedaría el pelo rojo y hasta la cintura?
- Bonito, a ti todo te queda bonito.
- Tú sí que eres bonito.
A Salma le gustaba amar bonito y hacerlo fuerte, como el tequila, se ponía encima y cabalgaba hasta dejarlo sin aire, lo hacia rodar por la cama, lo arañaba, tenía que tirarle fuerte del pelo, azotarle con cariño y con lujuria su culo respingón, y no se cansaba nunca o eso parecía, Salma era puro fuego, pura fantasía, erótica, una amazona de abundante sensualidad, fuerte, segura de si misma, sin complejos, amaba su cuerpo y sus curvas, sus marcas, sus michelines, cada lunar, cada peca, cada cicatriz, y sudaba amor, destilaba deseo y amor por cada poro, en cada gemido, en cada grito, la música ahogaba esa media hora escasa donde él quedaba muerto en la cama y ella se levantaba fresca como una lechuga con una sonrisa en los labios y bailaba desnuda llena de una felicidad que solo los locos sienten, estaba loca joder, pero no podía dejar de quererla, no podía dejar de anhelar ser como ella, era su heroína, su chica marvel.
Jorge no era su tipo, era muy infantil, miedoso, inseguro, y amaba los hombres de carácter fuerte, pero algo que no era capaz de comprender le atraía de aquel hombre triste, frío y mustio, la hacia reír aunque no era gracioso, le partía el alma y le reventaba su lado oscuro, pero aun así le sacaba una sonrisa con sus ocurrencias, con su sarcasmo, con sus chistes malos, cualquiera que no lo conociese se llevaría las manos a la cabeza, pensaría que era un depravado que solo decía barbaridades, pero al conocerlo, en su cabeza sonaba bien, en su contexto sonaba bien, porque por sucio que hablase o por bruto, no importa dijera lo que dijera había un pozo de inocencia insondable, pero era especial, tenía algo especial, no era guapo, era pequeño, enfermizo, débil, pero le gustaba su barba, su bigote, su cabeza huérfana de pelo, no era un semental en la cama, pero le daba muchas otras cosas que la excitaban, ella era un libro en manos de un escritor, le gustaba sentir como se deslizaban sus manos por sus costados hasta sus pechos, como los acariciaba y se los llevaba a la boca para llenarlos de besos, como recorría con sus dedos su columna como si escribiese los te quieros que no era capaz de decir en su piel, y la enamoraba cada vez que abrazaba sus ángeles y sus demonios y llenaba de besos el millón de lunares que tenía por todo su cuerpo, y aunque no pudieran aplaudir sin manos todo lo que a ella le gustaría porque acababa enseguida, Jorge tenía otros dones, sin duda tenía un don para dar ánimos, incluso a desconocidos, o para levantar la autoestima, no sabía como lo hacia pero decía las palabras exactas en el momento adecuado y eso la enamoraba profundamente, tenía un carácter muy fuerte y Jorge era todo lo contrario eso la desesperaba, trabajaba de enfermera y él siempre oía atento y en silencio todo cuanto le contaba, como la gente no hacia caso y enfermaba cada día y llegaban a uci, lloraba destrozada fisicamente y emocionalmente, sentada en el suelo, Jorge la abrazaba, le besaba en la frente, hoy vi morir a una chica joven, tenía toda la vida por delante, vi a un señor que me pidió que llamase a un familiar por video llamada para poder despedirse, al pasar junto a una cama una abuelita me agarró de la mano y me dijo quédate conmigo no quiero morir sola, mierda de virus, estamos en una guerra y la gente no se da cuenta, locos que no reaccionan, o que creen que es mentira, o que no es para tanto, y Jorge en silencio la abrazaba y decía cosas que no sabía como se le ocurrían y renacía como ave fenix, tenía que sanarlo, la medicina en España no era como se había imaginado, en México habían mejores profesionales, con dinero le atenderían enseguida, curarían todos sus males, y sino con otra alimentación, o respirando otro aire, siempre dijo que no se subiría a un avión, que nunca pondría un pie en Mexico, pero pueden más dos tetas que dos carretas y en eso estaba muy bien despachada, lo sacaría de España como Salma que se llamaba, fue abriendo armarios y cajones y sacando ropa, preparando maletas para un largo viaje.
- ¿Qué haces salma?
- Nos vamos Jorge.
- No podemos ir a ningún lado con la que está cayendo.
- Nos vamos Jorge y no hay más que hablar.
- Sí hay que hablar no voy a ir a ningún sitio y lo sabes.
- Me tienes que durar muchos años, no te puedes ir antes que yo.
- ¿Qué neura te ha dado ahora? ya lo hemos hablado no voy a moverme de aquí.
- ¡Sí vas a moverte, te vas a venir a México conmigo!
- Te has vuelto loca ni lo sueñes.
- Aquí no puedo hacer nada por ti y en México sí que puedo, te vas a venir conmigo por las buenas o por las malas.
- A ti se te ha ido la cabeza.
- ¡Sí se me ha ido la cabeza, te vas a venir conmigo y punto, en México hay médicos extraordiarios, y puedo darte mango cada día está a mejor precio, y papaya, y guacamole y arandanos, y mil cosas más, y plantas medicinales que aquí no existen!
- No voy a moverme.
- ¡Sí vas a moverte!
- ¡No me grites!
- ¡Sí te grito porque no te enteras!
- No estoy sordo, no me hables en ese tono, relaja esa actitud.
- ¡No me da la gana, no te enteras, no comprendes, aquí vas a morir sufriendo terribles dolores y yo te estoy dando la oportunidad de sanar Jorge, de sanar, o al menos de llevar una vida mejor, por eso te grito porque me da rabia que no lo veas, que no muevas un dedo por mejorar, te llevo a México aunque sea arrastras lo juro.
- Vale no te pongas así vamos a calmarnos y no me gusta un pelo esa tos que tienes desde hace días.
- No me da la gana calmarme, y mira quien me viene hablar de tos ¿y la tuya?
- La mía es la alergia ya lo sabes.
- Pues la mía será un resfriado.
- Salma, relájate, entiendo tu punto de vista cuando nos conocimos te dije que nunca viajaría.
- Lo sé y me lo tragué, pero ya no, ya no.
- Deja que acabe, te dije que nunca me subiría a un avión, ahora sé que por ti sí lo haría, lo hablamos con calma y nos vamos un tiempo si es que nos dejan viajar.
- Te amo Jorge, seremos muy felices ya lo verás, iremos al lugar donde preparan los tamales más ricos del mundo, y no has probado unos nachos como los que preparan mis tías, ya verás Jorge, ya verás.
- Te creo Salma, te creo.
- Vamos al hospital que una amiga nos hace las pruebas y en un par de días ya estamos volando, vamos a ser muy felices.
- Yo también te quiero mucho, no nos gritemos más.
- Ven aquí deja que te abrace, te quiero angelito bello.
No subieron a ningún avión, no pudieron salir del hospital, la tos no era de una alergia, no era de un resfriado, los dos dieron positivo, los tuvieron que hospitalizar, y la cosa pintaba mal, cada día peor, con enchufe como todo lo que se hace en España consiguieron estar juntos en la misma habitación, casi no podían hablar, el bichito se los estaba llevando, se miraban a los ojos y no podían evitar las lágrimas, la vida se les estaba escurriendo entre los dedos, se agarraron de la mano, no importaba lo que viniese lo afrontarían juntos, no se soltarían, se agarraron de la mano, y no apartaban la mirada el uno del otro, oyó como Salma decía te amo, y un segundo despúes se marchaba, no podía dejar de llorar, se acordó sin saber el motivo de una canción de Alejandro Sanz que decía se le apagó la luz, su mexicana, su chica marvel, su metalera se había marchado para siempre, que lejos estaba ahora aquellos días en abierto hasta el amanecer cuando leía sus poemas, cuando la vió por primera vez en un video recitando, aquellos ojos enormes y preciosos, aquella sonrisa única lo enamoraron al instante, su voz, sus maquillajes, sus labios siempre tan sensuales, pintados de rojo pasión o de negro, siempre riendo por todo, siempre preciosa y llena de una luz única, Salma era poesía y su corazón fue suyo desde antes de conocerse, desde ese primer día, donde ella le daba las gracias por sus comentarios y sus poemas y él le daba las gracias por existir, aún sostenía su mano, aun caliente estrechando sus dedos, sus ojos oscuros miraban al infinito, su pelo oscuro tan hermoso, su cara tan hermosa al natural aunque Salma estaba casi siempre muy maquillada porque le gustaba, fueron los cinco minutos más tristes y amargos de su vida, se había ido antes que él, el tiempo pasa muy rápido o muy lento según las circunstancias, pero después de todo son cinco minutos, donde Jorge también con su último suspiro dijo te amo antes de entregarse en brazos del creador.
Caminaba descalzo por la arena de la playa, nunca el cielo fue más bonito y azul, nunca un sol fue tan hermoso, nunca el mar fue tan inmenso y precioso, el viento acariciaba su cuerpo y mecía sus cabellos, el sol bañaba su cara de donde resbalaba una lágrima, sentía que flotaba, si el viento fuese solo un poco más fuerte volaría como una cometa, estaba en silencio oyendo el sonido de la vida, la brisa, las olas, no había dolor, se sentía ligero, y fuerte, y feliz, inmortal, parecía oír una voz a lo lejos, cerró los ojos muy fuerte y llenó su pecho de aquella libertad, no abriría los ojos nunca más, no quería despertar de ese sueño, sintió un fuerte abrazo por la espalda, abrió los ojos y vio un perro que lo miraba, se adentraba unos pasos en el mar, lo volvía a mirar y huía de las olas.
- Cerbero saluda a papi, te estaba esperando, ¿por qué has tardado tanto mi angelito bello?


antonio cintas anguas
mapashito

0 Comments:

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home