París
Verónica
lo dejó todo por amor, dejó su trabajo en Uruguay por irse con Simón a vivir a
París, trabajaba en una revista literaria donde escribía una columna de
opinión, opinaba sobre las últimas novedades literarias y sobre escritores
noveles, aún no se acostumbraba a la vida europea, sobre todo al clima, a su frío,
caminaba con un paraguas por las estrechas aceras de una ciudad que bullía
deprisa, y siempre con la misma idea en la cabeza, todo el mundo habla
maravillas de París, la ciudad del amor, la ciudad de la luz, en su caso al
menos sí fue y sí era la ciudad del amor, pero lo de la ciudad de la luz es la
mayor estafa de la historia, París tenía muy pocos días con luz solar, sobre
todo en verano eso sí cuando salía el sol el calor era sofocante y derretía
hasta las piedras, pero la mayor parte del año se lo pasaba lloviendo o
nublado, y esos días la entristecían echaba de menos la alegría y el caos de su
tierra natal, las canciones, las sonrisas, ese calor en el pecho, esa pasión en
la vida y en las tareas, pero ni modo, Simón trabajaba en la embajada de Estados
unidos en París y hasta que no le diesen un traslado no había nada que hacer y
eso podía llevar años, pero su amor era más fuerte que todas las incomodidades,
a Verónica le gustaban los hombres altos desde muy chiquilla y no sabía el
motivo, y Simón era un hombre alto, guapo y espectacular, con una sonrisa y un
sentido del humor que era imposible no sentir un cosquilleo en las bragas, y
era suyo, lo tenía como loco comiendo en la palma de su mano, aunque eran muy
diferentes, a Verónica le gustaba beber en una copa grande un buen vino, le
gustaba escribir poesía, o cuentos cortos para niños, le gustaba el olor de las
flores y respirar el rocío por las mañanas, le gustaba cantar y bailar por toda
la casa, arreglada, desnuda, o en pijama, a Simón le gustaban otras cosas, pero
era tan divertido, siempre estaba de broma, siempre tenía un buen chiste en la
boca, y soportaba como nadie su mal genio y su fuerte carácter, aunque no tenía
detalles, no era muy romántico, aunque bueno poco a poco iba aprendiendo en ese
aspecto, era listo, aprendía, cuando le tocaba la fibra sensible en la noche
había sexo salvaje, o una maratón, y eso si le gustaba al chico, se le
iluminaban los ojos y le salían chiribitas cuando ella se ponía encima llena de
pasión y enamorada, hoy saldrían a cenar estaban de aniversario no lo había
olvidado y le dijo la noche anterior que le tenía sorpresas, que sería el mejor
aniversario de todos, así que se puso esas bragas rojas súper sexy que lo
volvían tan loco, se puso su mejor vestido negro, con mucho escote pues tenía
grandes pechos y bonitos, se puso maquillaje, un buen peinado de peluquería en
su melena negra y un color de labios bonito, se miró al espejo y no pudo
reprimirse y dedicarse un piropo, que guapa eres cabrona.
Guau
Verónica estaba espectacular, cuando pensaba que no podía verla más guapa, zas,
se volvía a superar, no podía apartar los ojos de aquellos ojos, el vestido, el
pelo como caía por sus hombros, del escote y de ese lunar de su escote tan
sensual, no les importó la diferencia de edad, la nacionalidad, la altura, el
color de la piel, él era alto, delgado, casi atlético, y ella su chaparrita,
con curvas, los mejores perfumes vienen en frascos pequeños, y aquella mujer
era una mujer maravillosa que lo tenía fascinado, que lo había dejado todo por
amor, por estar entre sus brazos, y siempre con una sonrisa en la cara, una
sonrisa preciosa que ocultaba sus días malos y cuanto echaba de menos muchas
cosas, pero no se quejaba, siempre sonreía, siempre fuerte, cuando subieron al
taxi le tapó los ojos con cuidado para no estropear su maquillaje, y le entregó
un sobre cerrado entre las manos que solo podría abrir cuando se lo dijera,
todo estaba listo, lo había estado preparando por días y estaba deseando ver su
cara de sorpresa.
– Ya
puedes abrir los ojos.
- ¡Asado!
– Y ya
puedes leer el contenido del sobre.
Estaban
en el mejor restaurante uruguayo de la ciudad, era como un pequeño pedazo de
tierra de su hogar, un detalle romántico que le llegó a lo más profundo de su
ser, todo el mundo había colaborado guardando silencio, luego fueron todo
risas, música, jolgorio, le encantaba el olor que se respiraba volvía a
sentirse chiquilla, abrió el sobre con cuidado, nerviosa, no podía creer lo
romántico que estaba siendo todo, Simón tenía razón no podría olvidar este
aniversario, leyó para si misma, murmurando en voz alta solo para que Simón la
oyera.
Enamorao de sus ojos oscuros
como una noche sin estrellas, porque todas brillan y viven en su mágica
sonrisa, enamorao de su pelo negro como una noche sin luna donde su magia
plateada inmortal nace y muere en su preciosa mirada, enamorao de su piel de
galleta con lágrimas de chocolate donde la acarician los suspiros de poetas y
los corazones de los hombres que la sueñan, enamorao de su cuerpo de guitarra y
de su figura de diosa, de su boca brotan los mejores acordes y los besos más
dulces si sabes como tocarla, ángel celestial que me abrazas con tu corazón de
colores y tus alas de plata, enamorao del poema que es su cara de los labios
carnosos que despiertan el deseo de versarla, porque ella es poesía y poesía de
la buena en las manos indicadas, que escriben versos de amor en sus rincones
más secretos de su piel y de su alma, enamorao de su magia, que la mitad de su
belleza es su forma de pensar una vez te toca con su voz y la luz de sus ojos
aunque no seas correspondido no puedes dejar de amarla, enamorao de su belleza
que no puede ser terrenal que existe solo en los libros o se encuentra en otro
planeta del universo sideral, cuando Dios te creó como una de las maravillas
del mundo rompió el molde en millones de pedazos, eras demasiado para los
torpes humanos y fuiste entre los ángeles su favorita, a los demás los hizo de
fuego o de polvo de estrellas, a ti de sueños y literatura, y eres la única con
la llave de los dos mundos colgada de tu cuello, una llave invisible que solo
verán los ojos correctos, un ángel no es un Dios, tampoco es humano vive en la
linde de los dos mundos y sufre por ello, enamorao de tu vuelo, de tu libertad,
de tu fuego, de tu rebeldía indomable, de los suspiros que provocas entre
ángeles y mortales, cielo de donde nacen los sueños que todos soñamos, poesía
que nos despiertas con tu luz cada día regalándonos con los destellos de tus
ojos y tu sonrisa, los más bellos amaneceres, porque eres tú la más hermosa
entre todas las mujeres.
No podía creerlo, lo más
bonito que le dijeron jamás, se quedó sin palabras y eso era raro porque
hablaba sin parar como una lora, la velada fue mágica, comió chorizo criollo, lomo,
milanesas y tomó mates en un calabacín ahuecado hasta saciar su melancolía,
bailaron, rieron, cantaron, y regresaron al numero 3 de la calle Jesús en su
tercera caída, agarrados de la mano, con mil besos y abrazos hasta llegar al
pequeño piso donde tenían su nido de amor, te esperan más sorpresas le dijo, y
ya no podía sorprenderla ni hacerla más feliz pensaba, mientras sostenía con
ambas manos el rostro de Simón y lo besaba, en la mesa del salón había una
carta, lee en voz alta le dijo y luego ven a la habitación, otra vez los
nervios, como una niña pequeña que juega al escondite y no quiere ser
encontrada.
Yo quiero ser ese lunar que
escapa del escote de tu pecho, yo quiero ser ese pelo que acaricia tus hombros
y tu cara y a tu boca le roba un beso, yo quiero ser aquello que miren tus ojos
y que me mires muy de cerca hasta ver en ellos mi reflejo, yo quiero ser el
carmín de tus labios y el motivo de tu sonrisa, que cuando sientas un
cosquilleo en el corazón y mariposas en el estómago tenga mi nombre tu risa, yo
quiero ser quien escriba en tu piel todas las noches poesía, quien lave tu pelo
cada tarde y te lea cuentos hasta dejarte dormida, yo quiero ser ese sueño que
tuviste de niña, que seas todas las mujeres que eres solo conmigo y se desborde
en mi alma todo el peso de tu dulzura infinita, yo quiero sentir todo tu fuego
ese que arde muy dentro de ti y que haría cenizas al mismo infierno, yo quiero
ser el templo de tus secretos y la alcoba donde llores o descanses cuando todo te
cansé, yo quiero ser ese pensamiento cuando te ves en el espejo y quieres verte
bonita para alguien no solo para ti, yo quiero ser ese que pueda abrazarte y
tener la libertad de mover sus manos por todas partes para descubrir todos tus
misterios, tal vez tantos lunares son un mensaje encriptado si toco la
combinación precisa descubro tu secreto mejor guardado y encuentro y veo como
salen las alas de tu espada, porque yo sé que tú eres un ángel, yo quiero ser
esa luz que entra por tu ventana, las estrellas y la luna que velan por tu
sueño, y esa suave y blanca que te abraza entre tus sábanas y besa tu frente
para que no sientas frio, yo quiero ser ese tornillo que te falta, esa estrella
rota que te hace sentir querida y un poco menos sola, ser esa otra mitad de tu
camisa de fuerza, el que te de un beso de buenos días y de buenas noches y al
único a quien le des permiso para hacer cosas sucias y lujuriosas, que te haga
sudar de amor y de vicio, que conozca todas tus debilidades y tus defectos y
que si te tiene que elegir entre dos elija las dos veces quedarse contigo, yo
quiero ser ese que te susurre princesa al oído y que entre sus brazos te
sientas en casa, yo quiero ser esa locura que te sobra y ese pellizco de
cordura que te falta, quien te llame modelo cada vez que te pones mucho o poco
maquillaje y camines desnuda o te pongas mil vestidos, yo quiero ser tantas
cosas que será mejor empezar por el principio, yo quiero ser ese lunar de tu
pecho.
Se quedó paralizada,
demasiada miel, no era propio de Simón, se había desatado, se reía sola y
nerviosa y ya pensaba que esa noche tendrían sexo xxxl sus poros ya empezaban a
sudar y sentía como la piel estaba caliente, en cuanto salió de la sala otra
sorpresa, en el pasillo como si fueran migas de pan de un cuento, pétalos de
flores por el suelo le indicaban el camino que tenían que seguir sus pies
descalzos, su vestido ya estaba en el suelo del pasillo, en la habitación otra
sorpresa, la cama toda llena de pétalos de flores y la estancia iluminada con
la luz de cientos de velas, cuanto romanticismo en tan poco tiempo, sentía que
iba a colapsar, y abrazó y besó a Simón tan fuerte que por un segundo pensó que
le rompería todos los huesos, un pensamiento la hizo reír en sus labios,
xxxxxxl.
– Feliz aniversario Verónica.
– Feliz aniversario Simón.
Empezaba a despertar la
mañana, Verónica desnuda y sudando miraba por la ventana como llovía y un cielo
gris plomizo inundaba las calles y las aceras con sus gotas, sonreía, estaba
feliz y llena de vida, seguía pensando en la estafa de que a París la llamasen
la ciudad de la luz cuando la mayor parte del tiempo se lo pasaba lloviendo o
nublado, los cristales estaban llenos de vapor y con sus dedos húmedos estuvo
dibujando corazones en el cristal, pero al menos para ella sí era cierto que
era la ciudad del amor, miraba a Simón durmiendo todo destruido boca abajo en
la cama, y pensó que podría disfrutar un poco más del amor que crecía en su
pecho y dejó la ventana para poner sus labios con sus besos en aquella espalda.
Antonio cintas anguas
mapashito
1 Comments:
Sacado está el velo de la ciudad luz , una belleza de escrito y tanta miel me encanta ..
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