Sunday, March 07, 2021

rosi



 Pasa el tiempo, pasan las musas, caen en el olvido muchas sonrisas, pero aún veo en sueños muchos ojos y el eco de risas, mis pensamientos se nublan, se marchitan, como mi juventud que se quedó en sueños y letras huérfano de besos y caricias, tantas musas por amar, tanta piel en mi poesía, tantas miradas que me conquistan, tantos labios que no me quisieron besar, pasa el tiempo y me lo pasé soñando con musas hermosas que solo existían en mi corazón enamorado, se me hizo tarde para tantas y tantas cosas que mis poemas ya no tienen sentido, son solo suspiros en el aire de una vida que no he vivido. El sol y la brisa del mar me besan, mi mirada perdida en el horizonte, en la inmensidad del mar, con mis ojos tristes perdidos en mi memoria que ni las nubes más esponjosas del cielo con sus formas chinescas pueden llenar, no sonrío, casi nunca lo hice, casi nunca lo hago, tengo un corazón enamoradizo que vive atormentado, me he quedado solo unos minutos, mis padres se fueron a beber algo, yo no quiero nada, encontrar las bolas de dragón, la lámpara de Aladino, la fuente de la eterna juventud, y una extraña me saca de mi letargo.

– Su primer crucero.
– Sí, primera vez que viajo en un barco, ¿usted ya tiene más experiencia?
- Sí, viajo mucho.
- ¿Por placer o trabajo?
– Un poco de las dos, soy actriz aunque voy de incognito y casi sin maquillaje para poder tener un momento de paz y no me persigan los paparazzi, ese tipo grande que no nos quita los ojos de encima es mi guardaespaldas, pero shhh, guárdame el secreto.
– Sin problema, mi nombre es Antonio mapashito para los amigos.
– Mi nombre es Rosa, curioso apodo.
– Algún día puede que le cuente su historia.
– Me parece bien, pero hazme un favor, sonríe que estoy seguro que debajo de ese aire de tristeza existe una sonrisa preciosa.
– Gracias, no tanto como la tuya.
– Mira no he podido evitar oír hablar a tus padres, tienes que hacerles más caso, yo también he vivido y pasado cosas parecidas, todo pasará te lo juro, ten fe ya queda poco para que las cosas mejoren, hazme caso no te mentiría ahora somos amigos.
Por alguna extraña razón, una famosa actriz y modelo pasa las horas y los días en mi compañía, quiere olvidar por un tiempo su vida lujosa y sentirse normal como ella lo llama, poder beber una cerveza tranquilamente sentada o poder pasear sin que le pidan autógrafos ni le hagan preguntas incomodas y le estén sacando fotos, lo ha conseguido en todo este tiempo nadie la ha molestado, sí alguien le dice que se parece mucho a tal chica de tal película, de tal serie, pero poco más, el maquillaje hace milagros, cuando una mujer quiere parecer poca cosa o parecer un ángel tiene una habilidad increíble para conseguirlo, es preciosa, no necesita ser esa mujer espectacular que nos vende el cine, es preciosa, sencilla, humilde, y su sonrisa es la mejor vitamina para mi alma triste, ella me habla de sus hijos, tiene dos, me muestra fotos, me habla de sus viajes, de anécdotas de actores o directores, de lo dura que es la vida tras los focos, las zancadillas, las puñaladas por la espalda, yo le muestro mi blog de poemas y de relatos cortos, ella se encuentra fascinada, le gusta leerlos y le gusta sentarse con una copa de vino y oír como le recito cualquier cosa que haya escrito, en sus ojos no hay mentira, su risa es de verdad, tiene una luz y una alegría que no tenía el día en el que nos conocimos, pasamos mucho tiempo solos en mi camarote allí puede ser ella con total libertad, tiene una risa escandalosa y le gusta poner música en la radio y ponerse a bailar, en el caribe, en América tienen el ritmo en la sangre si yo me moviese de ese modo me rompería en mil pedazos como si fuese un jarrón de porcelana chino de un millón de años, de noche el cielo se llena de rayos y relámpagos se avecina una tormenta, se ha puesto sería y rígida, creo que no le gustan.
- ¿Puedo pedirte un favor?
– Claro somos amigos.
– Deja que pase la noche contigo en tu cama, me dan mucho miedo las tormentas y solo me relajo si me meto en la cama desnuda y siento el abrazo y el calor de alguien.
– Por supuesto que puedes quedarte.
– Sé que pido mucho y que te estoy poniendo en un compromiso, pero no puedo pedírselo a nadie más, solo confío en ti.
Se desnuda y ufff es una diosa del olimpo, no tengo palabras, es poesía y poesía de la buena, se mete rápido en la cama no quiere incomodarme, ha visto como se me han encendido las mejillas y como casi se me saltan los ojos, se acurruca en mi pecho y yo no sé donde poner las manos para que no se enfade y aún peor no sé como disimular la enorme erección dentro de mis pantalones, el barco pierde su balanceo suave, se mueve un poco más brusco, las olas fuera son grandes, la cama parece un parque de atracciones, ahora sube, ahora baja, y va de un lado a otro, el cielo parece que se desgarra cada vez suena más fuerte, el cielo puede romperse en pedazos en cualquier momento y caerse sobre nuestras cabezas, tiene la piel fría, esta aterrada, y la abrazo fuerte contra mi pecho, le susurro al oído no va a pasar nada, Dios bendito huele tan bien, pero tengo que sacar eso de mi cabeza, y tengo que sacar a Rosi de sus pensamientos negativos, y se me ocurre lo único que medio se me da bien, hacer el tonto, el ganso.
– Sabes a mí también me daban mucho miedo las tormentas pero ya no me dan miedo.
- ¿Cómo lo superaste?
– Vi en una película a un marinero en lo alto del palo mayor maldiciendo como un cosaco y saqué la idea, entonces cada vez que truena y me asusto insultó al cielo es como si un gigante estuviese con su hacha intentando reventarlo.
– Jajaja, no te creo.
– Mira funciona así, ¿a eso lo llamas un trueno mi abuela se pega peos más fuerte?
– Jajajaja.
– Dale fuerte hijo puta que no se escucha, prueba tú, ya sé que suena feo, pero prueba tú.
– Cabrón dale fuerte jajaja.
– Dale fuerte Manué.
- ¿Y si se enfada?, ¿me da miedo que pueda ocurrir una desgracia?
– Pues le dices, eso sí fue un señor trueno esta vez me has asustado de verdad.
– Jajajaja eres un loco maravilloso, no me puedo creer que aún sigas en el cascarón.
La tormenta desaparece, caemos en un profundo sueño, cansados, agotados, estuvimos despierto, gritando y riendo hasta muy altas horas de la madrugada, una luz blanca entra por la ventana, son las primeras luces del alba, se oyen las gaviotas, Rosi trata de no hacer ruido, se levanta, recupera su ropa desparramada por el suelo y se viste, lleva los zapatos en la mano y camina descalza para no hacer ruido, he sentido como acariciaba mi mejilla, como me daba las gracias aún dormido y me ha susurrado al oído te lo compensaré antes de ponerme un beso en la frente y desaparecer en silencio como desaparecen cuando se acaba la noche los sueños más bonitos, ya en cubierta no se habla de otra cosa, de la tempestad de anoche, del milagro de seguir vivos, nadie ha sufrido daños, hay pocos desperfectos, solo unos pasajeros se quejan de que oyeron risas de un par de locos cuando estaban todos muertos de miedo, no he visto a Rosi en todo el día, por la tarde se me acercó su guardaespaldas para decirme que Rosi quería ir a bailar conmigo que llevaba todo el día en la peluquería y mirando vestidos, me dijo a que hora llegaría a mi camarote que estuviera preparado que no le gustaba que la hicieran esperar. A las diez tocan a la puerta, abro y se me cae la mandíbula al suelo, he muerto y estoy en el cielo, un ángel celestial se encuentra frente a mí, ha enviado a la porra su incognito, luce espectacular, la reconoce todo el barco, todo el mundo, le hacen fotos, le piden autógrafos, graban videos, pero no le importa, esta preciosa con su melena suelta y con un vestido negro que solo luce bonito en diosas celestiales como ella, lleva un colgante con una enorme cruz de plata en el pecho, un rímel que tiene toda la dulzura de todos los caramelos, y en los ojos toda la maldita poesía y toda la maldita magia de este mundo y de todos sus universos, estoy soñando, y creo que esto último pensamiento lo dije en voz alta.
– No estás soñando, vamos a bailar.
– Te ves increíble, espectacular.
– Gracias, me he pasado horas para poder verme tan guapa.
– Tú ya eres guapa.
– Mapa no puedes ser de verdad.
- ¿Qué no es de verdad?
– Te dije que te lo compensaría, me apetece que me veas bailar.
Y es el centro de todas las miradas, y no puede dejar de bailar, no puedo quitarle los ojos de encima, y el pobre guardaespaldas no deja de trabajar muchos se le quieren acercar pero ella solo quiere bailar conmigo, que la mire bailar cuando no puedo seguirle el ritmo, estamos rodeado de miles de personas pero cuando nos miramos a los ojos no existe nadie más, es como si estuviéramos solos y la discoteca nos perteneciera porque se han marchado todos, me falta el aire no puedo bailar desde hace rato, ella no para, no para, baila y ríe como una loca, llena de vida, parece que no se cansa jamás.
- Que envidia cuanta energía y vitalidad, de mayor quiero ser como tú.
– No seas como yo, así tal cual eres un hombre maravilloso.
La música cambió, ahora sonaban baladas, canciones lentas, bailábamos pegados, muy juntos, ella no puede dejar de sonreír y yo no puedo dejar de mirarla, sus ojos me atraviesan la piel, el corazón, el alma, solo hemos bailado una canción, me agarró de la mano y me llevó a mi habitación, se quitó los zapatos con un soplido de alivio, bailaba descalza con sus manos alrededor de mi cuello, mi corazón iba a mil por hora, huele tan rico el perfume de sus cabellos, tiene la piel sudada brilla su cuerpo con la tenue luz de las estrellas, hace rato que no nos decimos nada, solo nos miramos bonito, profundo, yo me siento como un pez fuera del agua.
– Si es un sueño no quiero despertar.
– No quiero presionarte, tendré cuidado, lo haremos despacio.
No acaba la frase y la beso, encuentro el valor para robarle un beso, y me abraza fuerte y me besa fuerte, y siento que he sido atrapado por sus alas de ángel y que vuelo, por su piel, por su cuerpo, y creo poesía en su piel de canela morena cuando me enseña lo bonito que es el paraíso y lo mágico que es hacer el amor cuando te consume el corazón el fuego. No me debes nada y me debes un beso, las caricias de tus manos rozando mi alma, un abrazo lleno de calor con tus dedos deslizándose en el sudor de mi espalda, me debes ese momento, aquella noche de verano propicia para un secreto, para que me besaran tus ojos y mis manos se perdieran entre tu pelo, me debes la suavidad de tu cuerpo, que tu corazón me prestara tus alas para volar por el cielo, sentir el peso de tus senos apretados a mi pecho, no me debes nada y me debes ese rato, un día, una noche, una tarde, ese tipo de abrazos que sabías cuanto anhelaba mirando el fondo de tu mirada, bebiendo los besos de tus labios, me debes un sueño, mis manos sentirás como recorren tu cuerpo, me faltará tiempo, sentirás como un leve cosquilleo, dibujaré letras imaginarias, laberintos imposibles, palabras invisibles, y suspiraré suave para borrarlas, para que vuelen hasta tu corazón o tu alma, para que te besen en sueños y acaricien tu boca y tu cara, me comeré tus lunares a cucharadas, uniré cada punto, formaré constelaciones, los beberé a sorbos y me perderé en los mundos de tu mirada, y en la luz de tus ojos.


Antonio cintas anguas

1 Comments:

At 6:41 PM , Blogger Yurisa said...

Wow ....quedé enamorada del protagonista, precioso, lo leeré muchas veces más.

 

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