MAS PRINCESA

Allí en lo más alto de la torre, toda la ciudad era acariciada bajo tu mirada y bajo tus pies se arrodillaba para brindarte pleitesía, hasta el cielo se sentía distinto, el cielo parecía que se acercaba para poder sentir el roce de tus dedos y poder oír el eco de tus palabras.



Allí en lo más alto de la torre, con mis manos en tu cintura, con tus brazos abrazando al horizonte, con tu sonrisa llenando de luz, cada rincón, cada trozo de piel de ese reino que se entregó a tu corazón cuando tus ojos con su luz lo miraron, faro amoroso, princesa de princesas, allí en lo más alto de la torre, eras más princesa que nunca.



Ya son dos reinos los que te pertenecen en corazón y en alma, el que te vio nacer y te rodea cada tarde en risas, cada noche en sueños, y te besa con dulzura todas las mañanas, y este reino lejano que tanto sabe de reyes y princesas, que viendo la sonrisa de tu mirada, cayó rendido y enamorado preso de tus encantos.



Eres más princesa, aún resuenan el eco de las palabras por el cielo que te quiso besar y que puso luz de besos y estrellas a tus pies, aún acarician aquellos suspiros que susurraron las almas, cada rincón, cada calle, cada avenida, cada plaza.



Y esperan sus flores y sus jardines, sus árboles y su embrujo a que de nuevo un día vuelvas, para abrazarte con sus olores más intensos y besar la mirada de tus ojos con la explosión del color, te esperan sus cales y su río, que tanto te quieren y te recuerdan y que a pesar de la distancia, viven y se acarician en tu sonrisa de princesa.



Allí en lo más alto de la torre, toda la ciudad era acariciada bajo tu mirada y bajo tus pies se arrodillaba para brindarte pleitesía, hasta el cielo se sentía distinto, el cielo parecía que se acercaba para poder sentir el roce de tus dedos y poder oír el eco de tus palabras.


Antonio Cintas Anguas


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