Alli estaba, con sus ojos brillando como zafiros, con su
sonrisa hermosa como una primavera, alli estaba el angel mas hermoso que habia
bajado de los cielos, acariciando el aire su pelo, llenando de luz y de suspiros
la sala de los pajaros con el encanto invencible e imposible de descifrar que es
el encanto de su mirada, caminaba despacio de jaula en jaula observando los
pajaros, su corazon latia muy deprisa estaba muy nervioso por fin estaban solos
y no sabia que decirle, la miraba en silencio sara actuaba como si no lo hubiese
visto llegar pero le ruborizaba que la mirasen con tanto descaro.
-Asi que te gustan los pajaros, eres igual que mi padre, a mi
me da pena verlos enjaulados.
-Si me gustan los pajaros, son mis amigos.
-¿y enjaulas a tus amigos?
-Una vez lei en un libro que hay que tener siempre cerca del
corazon a muchos pajaros ellos son nuestros amigos y son los primeros que nos
avisan de que las cosas van mal y de los peligros.
-Un hombre que lee por placer querido samuel si querias
sorprenderme lo has conseguido son muy pocos o ninguno los hombres que conozco
capaces de leer por placer y ser amigo de los libros dice mucho de ti a mi me
apasiona la lectura no me canso de leer podria leer hasta quedarme ciega.
-Entonces ¿somos amigos?
-Si pero solo si no me metes en una jaula como a tus
pajaros.
Sonrieron nerviosos se hizo el silencio se cruzaban miradas
ruborizadas pero ninguno decia nada, Se pararon los ojos en una pequeña araña
que descendia del techo con su pequeña telaaraña, sara sonrio
maliciosamente.
-samuel deberias limpiar la sala de tus amigos por la
velocidad con la que teje esa araña debe ser al menos la cuarta generacion.
Samuel ruborizado no sabia que decir,
entonces la telaraña se rompio y la pequeña arañita se precipito contra el suelo
una explosion de carcajas rompio el silencio sara reia y reia y no podia parar
de reir samuel reia y se sonria y no apartaba los ojos de sara de esos labios
hermosos que podrian devolverle la vida a un moribundo miraba su cuerpo sus
ropas miraba el modo en el que caia el pelo por su cara esa cara tan bonita que
haria palidecer en belleza y en esplendor al todo poderoso sol, si estaba
enamorado muy enamorado amaba a sara con todas sus fuerzas con todo su ser
¿sentiria ella lo mismo por el? Agarro a sara de la mano y le
dijo:
-ven te enseñare algo.
Sara aun reia y lo miraba con desconfianza
-Sara confia en mi, ven vamos.
Y agarrado de la mano mas bonita y suave que habia
visto jamas se llevo al amor de su vida por un laberinto de
galerias.
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