el hilo rojo de nuestros dedos
EL HILO ROJO DE NUESTROS
DEDOS
Una tarde de lágrimas
el cerebro pensó
que confundíamos
cariño con amor
Y nos fuimos separando
y me volví distante
frío, huraño,
y el hilo rojo de nuestros
dedos
comenzó a estirarse
Pero tu alma y la mía
no saben de circunstancias
ni entienden de lógicas
y siguieron amándose
En los silencios de mis
noches
sentía tu voz o tu risa
en el eco de mi habitación
y llenabas mis oídos
y se llenaba de tu recuerdo
mi corazón
En los golpes de tu vida
encontraste una libreta
un pedacito de mí
lleno de cariño
y el hilo rojo que llegó
a estar como el nudo gordiano
se fue acercando
Y atados por el destino
está el hilo otra vez cerca
volvemos a ser amigos
esos que se daban calor
que se llenaban de risas
de canciones y de versos
a la luz de tu sonrisa
Antonio cintas anguas
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