Wednesday, January 25, 2023

historias que me cuentan tus lunares

 


HISTORIAS QUE CUENTAN TUS LUNARES

 

Estuve toda la noche oyendo las historias que contaban tus lunares, uno me contaba cosas de cuando eras una niña y el de al lado le decía es un extraño no hables, otros susurraban hablando entre sí, y alguno me contaba que no eras de este planeta que huiste de una cárcel de oro, porque querías conocer el amor y te bajaste para conocerlo mezclándote entre mortales, abandonando una nebulosa que escondía un pequeño planeta de nombre impronunciable, otros contaban que eras una mujer soñadora y romántica, con muchos sueños por cumplir y dos más abajo que tuviera cuidado que tenias mucho genio y coraje, para que dos más arriba dijeran, no le prestes atención, es todo ternura y una criatura adorable, otro sin vergüenza me contó que eras muy fogosa y me dio detalles, que los de alrededor lo abuchearon porque esas cosas un caballero no se las cuenta a nadie, otros me contaban que eras una princesa del cosmos y que brillaban en tu piel las estrellas más bonitas y rutilantes, alguno se aventuró incluso a susurrar es la hija de la luna guarda el secreto que no lo sepa nadie, otro decía ella es un ángel y viene del planeta poesía y somos puntos y aparte, para que seguido otro gritase no seas bobo somos música somos notas ignorante, no gritéis que podéis despertarla.

 

Y así poco a poco me iban volviendo loco, porque son bellos, pero son todos unos liantes, escucha es un hada por eso su piel es tan suave, su piel es un cielo por eso los lunares de su pecho son constelaciones y estrellas fugaces, a lo que otro respondía, su cuerpo está hecho de chocolate, alguno quiso contarme todos tus secretos pero hablaba tan bajito que era imposible enterarse, otros hablaban de decepciones, de heridas y cicatrices y que ciertas noches llorabas lágrimas negras, y al momento otro saltaba ella es fuerte y alegre, y cerca de tus labios contaron que eras magia y luz porque eras una bruja buena, y otro que tenias el corazón lleno de poesía y el alma forjado de poemas, unos que eras noche, otros que eras día, y entre todos sin querer le daban forma a tu cuerpo y lo vestían de fantasía, porque podían mudar la piel como camaleones, podías ser pétalos de millones de flores, agua de rocío, o incluso purpurina, podían brillar como luciérnagas si ellos se lo proponían, otros decían que eran tus guardianes, otros que eran tus enamorados y te cantaban entre susurros canciones, y entre los fuegos artificiales que eran en tu espalda discutiendo unos con otros, despuntaba ya la luz del alba, uno susurró más fuerte y mandó a callar a todos, se hizo el silencio entre las sábanas que los cobijaban, y flotaba en el ambiente un aroma a fábula, una fragancia a jazmín recién despertando, y la idea clara de que para poder oír todas sus historias, hacen falta más de mil y una noches.




antonio cintas anguas

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