Saturday, September 17, 2022

princesa azul

 


PRINCESA AZUL

 

Un ángel azul, de gasas celestes, que traía la noche en una cabellera larga como un cielo lleno de estrellas y la piel suave y blanca como la nieve, con la magia prendida en la mirada, en los universos de sus ojos, y un sol de luces blancas en su rostro como el despertar de las mañanas, con destellos dorados en un cuerpo de verano y toda la poesía de este maldito mundo en los labios, soñaba despierto desde los muros que defendía en Jerusalén cuando sus ojos me miraron, y mi corazón ya era suyo para siempre como mi espada y mi escudo.

 

Era una pintura en movimiento, un libro en blanco al que aún le faltaban las letras, un poema que escribir con la yema de los dedos, acariciando aquella amapola de labios llenos de versos, era una ensoñación, como ver una lluvia de estrellas fugaces cayendo desde el cielo, de existir los ángeles, tenían ese rostro, esa mirada, aquellos ojos, y aquel cuerpo, una princesa que parecía sacada de un bosque de hadas y que parecía un sueño.

 

Penetró en los muros, y de camino al castillo aun me miraban aquellos ojos llenos de cometas, por culpa del castigo a la orden me hice de cierta fama, y mi castigo era defender los muros y en las noches de luna llena su torre más alta, solo podía salir a proteger a los pelegrinos en los caminos una vez al mes, el resto del tiempo mi corazón suspiraba, me estaba haciendo viejo, pero desde aquellas murallas milenarias los atardeceres y los amaneceres nunca fueron más bellos, y desde la alta torre nunca vi un cielo con más estrellas, y en las noches de luna llena seguía tocando mi flauta, sin saber o ignorando que se había corrido la voz y moras y cristianas al oír la música y conocer su historia suspiraban, como los ojos de aquella princesa azul que se perdía a lo lejos y cuyos ojos me miraban.

 

 

 

 

 

 

Antonio cintas anguas

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