nos vimos
NOS VIMOS
Nos vemos te dije al
despedirnos anoche, y nos vimos, en un sueño extraño que no sé como contarte,
era como un viaje a un lugar que no conoce nadie, donde durante el día cerca de
una casa junto a un bosque y un lago hace mucho frio yo me encojo y tú me lanzas
bolas de nieve, pero las noches son calurosas casi siempre, aunque la casa sea
con paredes de cristal y esté en una playa de arena fina y blanca salpicada por
conchas marinas de todos los colores imaginables, y entre los dos lugares un
camino de baldosas amarillas que nos conduce de un lado al otro, como si tú
fueses Dorothy y yo el hombre de hojalata o el cobarde león, unos hoteles que
compartimos como la habitación pero un lugar donde estamos solos.
Que bonita lujuria si me
desvelo sobre tu cuerpo, ay que así no era, pero tenemos de testigos y de
acompañantes a tus amigas las estrellas y tu amiga que nos presta su luz una
bella y enorme Luna llena, yo no soy el sombrerero loco ni tú eres Alicia pero
de noche bajo las estrellas y con el rumor de las olas podemos hacer
maravillas, no soy Neruda ni tú Sabines, pero nuestras almas hacen poesía con
el sudor de nuestros cuerpos como tinta, con las caricias de nuestros dedos
como lápices, en el lienzo de dos cuerpos que son poesía en movimiento cuyos
gemidos son ahogados por las olas al romper sobre la playa de arena blanca y
sus conchas de colores, el mismo sonido del mar que nos relaja y nos hace
dormir, después de haber vivido y soñado el sueño de los despiertos, siempre
acabas encima de mí y me atrapas y no me dejas escapar como si fuese a salir
volando como una cometa mecida por el viento.
En las batallas de bolas de
nieve siempre me alcanzas aunque me esconda tras los árboles y tras los muñecos
que construimos y que en silencio nos miran y tú no paras de reírte, en esas
batallas siempre ganó yo aunque mi mala puntería no te alcance nunca y tu buena
puntería me llene de bolazos cada pedacito de mi pequeño cuerpo, yo siempre
gano porque tu risa y tu sonrisa son mi vitamina y mi trofeo, como ir de un
lado a otro caminando por el camino de baldosas amarillas agarrado del calor de
tu mano.
Y la noche se acaba y
despertamos, tú allí yo aquí, me miro al espejo y sé que esa sonrisa de mi
rostro la pusiste tú ahí, y te despiertas llena de energía y con el corazón
lleno de luz, te vas a la ducha y al poco se oye incluso aquí el sonido de tu
risa, no puedes parar de reír, cuando encuentras en tu piel una concha marina
de color rosa que tiene escrito por el otro lado, poesía eres tú.
Antonio cintas anguas


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