él era un dios, ella era su diosa
ÉL ERA UN DIOS, ELLA ERA SU
DIOSA
Ella pensaba
que él era un Dios,
pero sin su animal
y desnudo
era un hombre como los demás
solo que de otro color
Él pensaba
que ella era una Diosa,
nunca vio tantos lunares
en una piel tan hermosa
Él no podía ser un hombre,
nunca la tocaron tan suave
ni le hicieron el amor
tan bonito, tan intenso,
que arañaba su espalda
y lo abrazaba fuerte
para que no se marchase,
sí era un Dios,
que la llevaba a volar por
los cielos
perdiendo la razón hasta la
locura
y el corazón
Ella no podía ser solo una
mujer,
que no apartaba
la mirada de sus ojos,
besaba y acariciaba
como si fuese de fuego,
y sus lunares brillaban como
estrellas
en la suavidad de su piel
y en esa boca tan bella
Pero no podía quedarse,
en este lado era un invasor,
ya sabían que no eran Dioses
y morían unos y otros
de la forma más atroz
Pero no podía quedarse,
él siempre sería el enemigo
y no podía llevársela,
era un soldado y al otro lado
aquella mujer tan hermosa
siempre la verían y tratarían
como una salvaje,
y de quedarse los dos
morirían
Pero el amor
de esas dos almas
y su fuego nunca se apagó,
los Dioses
con sus conjuros y su magia
los hizo inmortales,
pero no podían estar juntos
solo podían mirarse,
por eso son de cristal
las lágrimas a las que llaman
estrellas fugaces
Ella sería la Luna
y lo besaría y daría mimos
con su luz y la de las
estrellas,
él sería el Sol
y la abrazaría cada día,
besando sus mejillas
y esa piel y esa cara
tan suave y tan bella
de su hermosa chiquilla
Antonio cintas anguas
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