una hermana
UNA HERMANA
A veces los milagros existen,
a veces los deseos se cumplen, a veces Dios o el destino nos escucha en algún
momento y decide hacer realidad algunos de nuestros sueños, cuando era niño yo
quería tener una hermana, no sé si fue porque tenia muchas primas, o porque mis
padre intentaron que el tercero fuese una hija y en casa se respiraba esa
ilusión, el caso era que tenia siete años cuando se me metió en la cabeza que
quería tener una hermana, y no la tuve porque el tercero también fue niño, no
puedo quejarme Dios me regaló a los dos mejores hermanos del mundo, pero se me
quedó ese sueño incumplido, mis padres no querían tener más hijos.
Recuerdo que soplaba la vela
del pastel de cumpleaños y pedía una hermanita, o sentado en las rodillas de
los reyes magos pedía una hermanita, o pedía el deseo a las estrellas, o la
luna llena, tampoco sé porque solo era a la luna llena, pero tenia que ser
llena, recuerdo que las calurosas noches de verano cuando el barrio aún era un
barrio normal, los vecinos de los bloques se sentaban en sillas para tomar el
fresco de la calle y hablaban y reían en corrillos, y yo que era un niño
solitario me sentaba en los columpios y me ponía hablar con la luna llena como
si ella pudiera oírme o fuese el mago Merlín, y le pedía una hermana que no
fuese muy pequeña para que cuando creciera pudiese ir con ella de tiendas y
ayudarla a elegir la ropa, o con quien salir de fiesta aunque yo fuese mayor, o
a la que poder intimidar a sus novios, inocente yo que no intimido a una mosca,
por alguna razón la quería de pelo largo y negro, y que fuese divertida,
cariñosa, y que fuese su hermano favorito de los tres.
Crecí y supe al crecer que
los niños no vienen de París y que no los trae la cigüeña, y ya empecé a pedir
otras cosas al soplar la tarta de cumpleaños, a pedirle otras cosas a los reyes
magos, y fui dejando de hablar con la luna llena, hasta que me fui haciendo
mayor, y aprendí de donde vienen los niños, y que los reyes magos me habían
convertido en paje y rey mago, y empecé hablar de nuevo con la luna llena y le
hablaba de chicas del instituto o del barrio de mi abuela, pero ella solo me
escuchaba y no da consejos ni concede deseos, y ya sabía que me quedaría
siempre con las ganas, al menos tenia a mis primas, y muchas y de todas las
edades y condición, y tengo la suerte de que la mayoría me quieren más a mí que
a mis hermanos, o eso pienso o creo yo, que obvio puedo estar equivocado.
A veces los milagros existen,
a veces los deseos se cumplen, a veces Dios o el destino nos escucha en algún
momento y decide hacer realidad algunos de nuestros sueños, y así de repente,
sin esperarlo, sin darme cuenta, apareció, una chica con el pelo largo y moreno
de botas blancas que sin saberlo si le preguntas, se empezó a preocupar por mí,
con el paso del tiempo a llenarme de cariño, a quererme como un hermano con el
paso de los lustros, con la que salir de fiesta, emborracharme, enamorarme de
sus amigas, con quien ir a la playa, a conocer la nieve, a vivir venturas y
desventuras, a llorar de la risa y llorar de pena, y yo era su asesor cuando se
probaba ropa, y compartía sus peinados, sus sueños, sus amores, y me llenó de
una felicidad desconocida porque ella me hace muy feliz y yo soy feliz cuando
veo su sonrisa, y me fui dando cuenta que era la hermana que yo soñaba cuando
era un niño de siete años, y dejé de mirarla como mujer, como amiga, como
futura cuñada porque ella es tan bonita por fuera y por dentro que como hermano
la quería para mis hermanos, y le di las gracias a Dios, y al destino, y a la
luna llena, porque ella es un regalo del cielo, yo soy ese hermano pesado y
zalamero que la llena de piropos y poesía hasta agobiarla, y ella es esa
hermana pequeña independiente y rebelde que sabe apañárselas sola y que ejerce
de hermana mayor porque es más adulta que yo, la única pega es que cuando
deseas algo tienes que ser muy preciso y yo no lo fui, y no es sevillana, está
a quinientos kilómetros de distancia y no puedo exprimir más su cariño y verla
no todos los días pero sí más de seguido, pero al menos existe el internet para
mantener el contacto y mantener este cariño vivo.
Tengo los dos hermanos más
buenos y guapos del mundo, y tengo la hermana más buena y más guapa del mundo,
a veces los milagros existen, a veces los deseos se cumplen, a veces Dios o el
destino nos escucha en algún momento y decide hacer realidad algunos de
nuestros sueños, nunca dejes de soñar, la magia existe.
Antonio cintas anguas
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